Lo divertido de las fiestas de los barrios de las grandes ciudades -como las de los pueblos- es la variedad de actividades que convergen en los recintos destinados a ellas. Aparte del macarrismo reunido, las atracciones típicas de feria y los puestos de bebida y comida fritanga, suele haber teatro, magia, juegos infantiles y sobre todo mucha música. Cada junta municipal hace lo que puede con los presupuestos y las ganas de los artistas de actuar «para todos los públicos». Y con esto de que los vecinos +55 también sean tenidos en cuenta, siempre cae alguna vieja gloria de la canción nacional.
Este año, con motivo de las Fiestas de Primavera 2007 del barrio madrileño de Hortaleza, se reunieron Los Sírex y Los Mustang. Tratándose del barrio vecino no podía dejar de ver a estos grandes de la historia del pop de nuestro país. Comenzaron Los Sírex con el auditorio a medio llenar pero con un sonido francamente bueno y una simpatía desbordante. La claridad de sus guitarras y las pulcras coreografías hicieron que poco a poco la platea se fuera llenando y aquello se convirtiera en un gran guateque al aire libre. Muchas de sus canciones eran un «tres-en-uno» que permitían así revisar casi toda su discografía entre las que sonaron los clásicos ‘Tus celos’ o ‘Qué bueno, qué bueno’.
A continuación llegaba el turno de Los Mustang. Pero, como era de esperar, desde la gira Sírex-Mustang de 2001, sólo apareció su cantante, Santi Carulla, que junto a los músicos de Los Sírex fue repasando gran parte del repertorio de esta banda que se caracterizaba por lanzar al mercado las versiones en castellano de todos los éxitos de Europa y América de la época. Como curiosidad, en la página web de Los Mustang existe un interesante comunicado que explica al público la supuesta traición del cantante hacia sus compañeros, después de más de 40 años juntos, al ofrecer junto a Los Sírex un show de Los Mustang paradójicamente sin Los Mustang.
Pero disputas de grupos aparte… centrémonos en el show. Porque a partir de este punto es cuando el espectáculo empezó a cobrar vida propia y el público parecía enloquecer con temas como ‘Doo Wah Diddy’, ‘Los Jóvenes’ (‘The Young Ones’), ‘El ritmo del silencio’ (‘The Sound of Silence’)… etc. Para la recta final del concierto se unieron los cantantes de ambos conjuntos para rematar con los hits más sonados, véanse ‘Si yo tuviera una escoba’ o ‘El submarino amarillo’. Disfruté como una enana, no paré de bailar, cantar, aplaudir y silbar. Y aunque ya no estén para muchos trotes -los años pasan para todos- se nota que siguen en forma y sienten el mismo amor por la música que entonces, con el que desde el auditorio Pinar del Rey hicieron las delicias de mayores, pequeños y medianos. Se respiraba la magia. Que viva el rock’n’roll y la música yeyé. ¡Y durante muchos años!
Más información: Los Sírex – Los Mustang