Después de su aclamado disco sobre la misteriosa producción de huevos, el violinista Andrew Bird sigue su carrera hacia la «fama» más de una década después de su debut. ‘Armchair Apocrypha’, en el que ha contado con la colaboración de algunos de los músicos de su gira, se caracteriza por un sonido más de banda, con mayor protagonismo para guitarras eléctricas y percusiones, sin que ninguno de los elementos, ni siquiera su violín, sobresalga tan en exceso como en las composiciones de, por ejemplo, Rufus Wainwright, con quien más de una vez le han comparado.
El extraño título, ‘Lo apócrifo del sofá’ o algo parecido, se ciñe al surrealismo moderno de sus letras, que nos hablan de macs carbonizados y cosmonautas, a menudo con complejas figuras retóricas de origen científico. En ‘Plasticities’ dice: «Creo que la vida es demasiado larga como para ser una ballena en un cubículo; uñas bajo tu cutícula». En la central y genial ‘Armchairs’, una balada folk de 7 minutos, habla sobre sofás que te llamarán dentro de 55 años y tres octavos.
‘Armchair apocrypha’ no es un disco que puedas llevar en tu ipod a hacer la compra, a menos que veas algo dramático y apocalíptico hasta en los botes de Nesquik y Mimosín, pero tampoco es una patata. Las sutiles cuerdas en temas como ‘Fiery Crash’, los excitantes detalles en la percusión de ‘Imitosis’ (una revisión de un antiguo tema suyo), el ligero toque oriental en ‘Heretics’, la bonita melodía de ‘Simple X’, la épica tradicional americana en ‘Plasticities’ o ‘Darkmatter’ o los silbidos de ‘Cataracts’, ‘Spare-ohs’ y sobre todo ‘Scythian Empires’ aligeran el viaje. Aunque sea para llegar a la triste conclusión de que «todos estamos básicamente solos».
Calificación: 7/10
Temas destacados: ‘Imitosis’, ‘Heretics’, ‘Scythian Empires’
Te gustará si te gustan: los Eels o si fantaseas con unos Flaming Lips en lo-fi
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