Resulta sorprendente cómo Heath Ledger, el hombre que susurraba a Jake Gyllenhaal, se está transformando en el yeti o algo así. Últimamente se le ve por las páginas de cotilleos, ya sea por su reciente divorcio o por su presencia en festivales de cine, así que podemos ser testigos de esta curiosa involución de persona normal a esta mezcla de homeless, hombre de las cavernas y vendedor de una tienda de cómics. Sin embargo, la ropa que lleva Heath no es para cogerla toda y dejarla en la puerta de Humana para que la disfruten otros, sino que la mala pinta se debe a una mala combinación de toda ella. Veamos por qué.

Para bien o para mal, el grunge vuelve a ser tendencia en el mundo de la moda. Incluso algunos grandes de la alta costura como Balenciaga se han inspirado en lo peorcito de la moda street para sus actuales colecciones, pero si se toma todo con mesura y moderación, como con cualquier otra tendencia del mundo, no tiene por qué pasar nada malo. Lo que pasa es que el amigo Ledger ha decidido ponérselo todo a la vez, quizá por ignorancia, quizá por pereza, y el resultado es este engendro que veis aquí. Pero, observando de arriba abajo, extraemos prendas que no están mal. Las gafas de sol son el dichoso modelo Wayfarer; puede que estemos hartos de verlas, pero se siguen llevando. La camiseta de rayas está muy de actualidad, tanto para hombre como para mujer, y el cárdigan de lana igual, aunque quizás podría haber elegido uno liso y menos hecho polvo. Los vaqueros rectos son perfectos, le quedan bien y pronto terminarán sustituyendo al pitillo. Las bambas no tienen nada de especial y la bolsita militar es un clásico, año tras año.

Concluyendo: todo junto, es un caos estilístico; las prendas por separado, y combinadas de otra manera, un acierto. Eso sí, el pelo de Heath Ledger está necesitado de un estilismo a la voz de ya, y esto sí que no tiene perdón de Dior.