¡Por fin se ha hecho justicia! ¿Es que nadie se iba a dar cuenta nunca de que Victoria Beckham es un personaje ridículo y soberanamente hortera? Su extremada delgadez y sus prótesis de silicona no ayudan a que le favorezca demasiado esa ropa excesivamente ajustada que suele utilizar sólo unas horas y, supongo, después tirará a la basura. Es una macarra venida a más, con demasiados tatuajes como para ser una princesita y demasiado poco peso como para ser una persona. Y su pelo… ¿nadie se da cuenta de que su peinado es fruto de que tiene muy poco y que apenas se puede hacer nada con él? También son bastante reseñables su bronceado natural como la vida misma y sus uñas de porcelana en manos y pies… Aunque el chupa-chups se vista de Cavalli, chupa-chups se queda…

Sabía yo que el segundo puesto de Amy Winehouse iba a irritar a algún amigo mío… Bien es cierto que esta chica tiene un estilo muy personal y que parece que le da exactamente igual crear estilo, ir a la moda y llevar un saco de arpillera o un Cavalli, pero para sus giras y presentaciones la chica no baja Paul & Joe. Vamos, que mira cómo para una entrega de premios no se pone sus infectas bailarinas rosas con manchas de sangre, sino que se calza unos Louboutin y se queda tan ancha. De cualquier forma, yo no la hubiera incluido en la lista porque, al igual que Brit, dudo que Amy esté en posesión de todas sus facultades en algún momento del día, a juzgar por sus penúltimas imágenes corriendo en sostén y descalza por las calles de Londres a las cinco de la madrugada y en pleno invierno. Dejémoslo en que Amy es especial.

Comparto totalmente la inclusión de Mary Kate en este ranking ya que la pobre, por mucha marca propia que tenga y mucho desfile de Zac Posen que protagonice, no acaba de encontrar su estilo. Tampoco acaba de encontrar un champú que le lave el pelo en condiciones, por eso se lo cubre con unos trapos y gorros que le dan un aspecto de lo más zarrapastroso. ¿Qué ha sido de la mitad de aquella niña tan mona llamada Michelle Tanner? Que se ha convertido en MK, una chica desgarbada que no sabe escoger sus complementos, anclada en la era grunge y adicta al Starbucks (bueno, eso yo también). Con todo el dinero que tiene, Dior mío, ¿cómo puede elegir tan tan mal siempre? Por no hablar de lo mucho que la odian los defensores de los animales por el uso indiscriminado que hace del abrigo de piel …

Yo a Fergie la hubiera puesto la primerita de la lista porque es, sin lugar a dudas, la persona más hortera de los últimos 50 años, llegando a extremos de mezclas imposibles sólo comparables a los de Paco Clavel o la tonta del bote. Si esta señora tiene un gusto pésimo en el vestir, no digamos en el operarse, porque se ha dejado la cara tan acartonada que difícilmente puede quitarse ese gesto mezcla de susto y loca seducción. Debe ser, junto con las chicas de 15 años del insti que tengo al lado, la única capaz de ponerse chándal con tacones y anillos de diamantes (las de mi insti esto último lo llevan del Bershka). De todas todas, Fergie es el horror más absoluto en cuanto a moda actual se refiere, de sport y de gala, o combinando ambas cosas, como suele hacer siempre.

Este Top 5 se completa con Kelly Clarkson, una cantante que en España nos importa un pito pero que en Estados Unidos es ampliamente conocida. Buscando fotos suyas por doquier no he encontrado ningún look especialmente horrible, ni bonito tampoco, así que no comprendo la inclusión de esta chica en la lista de los horrores. Lo más destacado es que no sabe sacarse mucho partido, ya que recurre a prendas cero favorecedoras para su forma física. Comparada con sus compañeras de lista, Kelly tiene algunos kilos de más, aunque en la vida real debe ser una chica de peso normal; eso sí, debería aprender cosas básicas como que si tienes la piel clara debes llevar ropa que haga contraste con ella (es decir, oscura), y que si tus piernas no están muy en forma las minifaldas te harán un flaco favor. Pero vamos, no es ninguna tragedia.

La joven y nada embutida Mariah ha protagonizado más de un mal look de la semana en JNSP, y de manera bien merecida; de hecho, en todo el mundo se espera siempre como agua de mayo su posado-robado en la nieve, donde aparece atavida con un look romántico-invernal que suele dar bastante miedito. La bella Mimi tiene que asumir que no es una adolescente y empezar a llevar ropa de su talla o, al menos, que le permita respirar. También tiene que hacer uso de otros colores que no sean el rosita o el blanco folio: no siempre favorecen. El abuso de mariposas, glitters y brillantes es verdaderamente sonrojante pero ella nada, que no aprende, y se lo pone todo a la vez para demostrarnos lo fantasiosa y jovial que es. La Carey debería estar prohibida, y alguien debería quemar su vestidor.

Beyoncé es de esa clase de famosas que opinan que más es más, como buena parienta de rapero ostentoso y hortera. Ella cuanta más carne enseñe de manera gratuita, mejor; cuanto más liso o voluminoso tenga el pelo (o peluca, a ver si te crees que somos tontos), mejor; cuantos más dorados, brillantes y lamés tenga tu vestuario, mejor que mejor. A ella le da igual porque sabe que es una máquina de hacer dinero y que le llueven los contratos publicitarios, pero hay que reconocer que es una nueva rica más y que sólo le falta un collar de oro macizo con el símbolo del dólar colgando del cuello. ¡Y encima tiene una línea de ropa, House of Dereon, donde desarrolla todo su estilazo! Espero que cuando cantaba en el coro de la iglesia, en sus comienzos, no fuera así.

Ella no, ella no aprende. Ni siquiera embarazada es capaz de moderar su estilo tan… ¿sexy? ¿atrevido? ¿desenfadado? ¡Macarra! Eso es lo que es esta cantante rubia de bote, porque parece directamente sacada del escaparate de Stradivarius o algo peor. Y no sólo sus ropas son un completo desastre de prendas ajustadas y combinaciones imposibles, sino que su peinado y su maquillaje también son para echarlos de comer aparte. Más que base, Xtina lleva una máscara naranja sobre su cara, y una pintura de ojos que emula a la propia Sara Montiel. Del pelo… pues qué decir: natural como la vida misma. ¿Irá al paritorio con un camisón entallado y bien de máscara de pestañas? Fijo. Su vida real es como el personaje que interpretaba en el vídeo de ‘Moulin Rouge’, estéticamente hablando.

Supongo que Karl Lagerfeld estaría ebrio el día que eligió a Avril Lavigne para la primera fila de uno de los desfiles de Chanel en París, y que ahora se estará dando de cabezazos al ver a la punki esta de tres al cuarto con esta guisa allá donde va. Lo último han sido sus mechas rosas del pelo, súper novedosas, nunca vistas y favorecedoras. De la ropa hay tanto que decir, que lo resumo en: bonita, lo tuyo es ir de skater blandita, pero cuando te intentas poner un vestido de alta costura con las Martens en los pies, de lo que vas vestida es de mamarracha. La pobre no se decide entre ser rebelde o ser una princesa cisne, y así le va. Por no hablar de su peor accesorio, que es ese marido con cara de topo, aunque esto ya lo dejamos para otro post ‘Especial Maridos Feos’.

¡Basta ya con Jennifer López! ¿Cuándo va a salir de la lista de las mejor vestidas? Parece que su ostentación totalmente gratuita y su exceso de maquillaje no son razones suficientes como para meterla en la lista de Choni del Año, ¿verdad? Encima su diseñador fetiche es el no menos macarrónico Cavalli, que ha creado para ella unas divinas prendas premamá discretísimas con poquísimos detalles en dorado y estampados tropicales. Su estilo es muy excesivo y no siempre le favorece: ¿cómo puede ser que estando tan buena, pueda llegar a parecer gorda? Ah sí, porque se pone pantalones enseñahucha, tops demasiado cortos o túnicas que le hacen parecer Shangay Lily. Un estilista para Jenny, por favor, que se lo puede permitir.