Klee son más o menos los Vive La Fête de Colonia, aunque en muchos temas cuentan con unas letras muy La Buena Vida. Su cantante, Suzie, en el concierto del pasado jueves en el Club Maria de Berlín, se presentó con unas plumas en forma de alas y se bebió una cerveza de un trago.
Como era de prever, los conciertos de Klee se abren con ‘Für alle, die’, un tema creado expresamente para abrir discos y shows. A continuación suenan muchos de sus éxitos, como ‘Tausendfach’, ‘2 Fragen’, ‘Liebe mich Leben’ o ‘Mein Geheimnis’. Sobre todo aparcan las baladas y tiran de las canciones que en directo pueden sonar más electro-rock. En total 5 chicos arropan a Suzie en el escenario otorgando al grupo un sonido bastante potente y nada enlatado, a pesar de que a veces sí que tiran de pregrabados.
Suzie se comporta como una estrella. Aparece vestida con un vestido harapiento que podría haber salido del cajón más viejo de una escuela de teatro y lleva tacones rojos y pestañas postizas. El pelo lo mueve en busca del trance como Alaska. La escenografía no es espectacular, Klee no son tan famosos en Alemania. Pero entre las serpentinas y la purpurina lanzadas al público y los focos con los que Suzie acosa a los asistentes y a sus compañeros de grupo en ‘Lichtstrahl’, mientras el resto de la sala está completamente a oscuras, pasas el rato.
El grupo también presenta su nuevo single, ‘Zwei Herzen‘, que a pesar de lo pegadizo del final, no es de sus mejores canciones, y cierran con la explosiva ‘Nicht immer aber jetz’, en la que Suzie cambia la letra para repetir “Wodka, wodka, wodka, wodka, wodka, wodka”, y ‘Gold’, que inexplicablemente es su mayor éxito hasta el momento. El concierto está muy bien, pero vaya tela, no tocan ni una sola de mis canciones favoritas. Ni ‘Erinner dich’, ni ‘Hoffentlich’, ni ‘Wenn es so wär’, ni ‘#9’, ni ‘Unverwundbar’, ni ‘Zu anderen Ufern’, ni ‘Wunschfrei’, casi todas del primer disco, la verdad. He llegado tarde a hacerme fan de Klee. Aunque este pequeño fiasco me ha hecho recordar lo fuerte que es que Fangoria no toquen en directo habitualmente ni ‘Electricistas’ ni ‘En mi prisión’, ni ‘Disneylandia’, ni nada. 8.
No se sabe a quién se le ocurrió poner a Klee de teloneros de Infadels, ¿simplemente porque estos son ingleses? La conclusión es que la mitad de la gente se fue a sus casas cuando acabaron Klee. Infadels lo dan todo en el escenario y, en su mezcla de rock y electrónica, tratan de convertir su show en un trallazo tras trallazo como Franz Ferdinand. Pero aunque las canciones no son malas y al menos distingues unas de otras, tampoco son tan buenas. Ni la versión de ‘Killer’ de Adamski mejora la cosa. Suenan a mil cosas vistas ya. Unos no dejan de bailar y darlo todo con ellos y otros optan por irse. En junio pincharán en el Elástico y en septiembre en el Low. 4.
Antes de todo esto, Dillon dieron un concierto entretenido. Son una chica y un chico de Berlín. Él toca la batería y a veces nada. Ella empezó tocando baladas al teclado pero terminó dándole al playback de sus dos macs para pasearse entre el público gritando con un altavoz. Donde Björk se encontró con el electroclash. 5.