Ymac Sumac murió el pasado Día de Todos los Santos a los 86 años después de que en febrero le fuera diagnosticado un cáncer de colon. Nacida en Perú como Zoila Augusta Emperatriz Chavarri del Castillo, era conocida como soprano por alcanzar entre cuatro y cinco octavas. Su primer nombre profesional fue Imma Sumaq (significa «qué linda»), y bajo este pseudónimo grabó una veintena de canciones de folk peruano en Argentina en 1943 junto a la Compañía Peruana de Arte de su marido y descubridor, el compositor Moisés Vivanco. En 1946 se mudó a Nueva York, donde formó Inca Taky Trio. En 1950 firmó con Capitol Records y pasó a llamarse Yma Sumac.
Poco a poco su voz, su look y su personalidad, a cual más excéntrico, la convirtieron en un personaje entre de culto y kitsch. Yma Sumac grabó discos de lounge durante los 50 y de rock durante los 70, participó en musicales de Broadway, rodó películas y vio como un documental sobre su vida terminaba de extender la creencia popular de que era realmente una princesa inca.
Hubo un momento en que Hollywood la escogió como favorita para los medios sensacionalistas y se vivió como otra excentricidad el hecho de que volviera a casarse con el mismo hombre del que se había divorciado el mismo año en el que había firmado la separación… para después divorciarse de él de nuevo ocho años después, pero eso es algo que en esta web nos parece lo más normal del mundo.
40 años después de su mayor momento de gloria, Yma volvió a ser reivindicada con el resurgir del lounge y aparte de ofrecer giras sueltas durante los 90, su tema ‘Ataypura’ vivió un revival de mano de los hermanos Coen en ‘El Gran Lebowski’. Otra de sus canciones, ‘Boo Mambo’, fue sampleada por Black Eyed Peas. La nota de EFE recuerda además que fue una inspiración para el punk, ahí es nada.
En el comunicado emitido sobre su muerte sobre sus seres queridos, se dice que «su último año lo pasó cuidada por quienes la amaban. Que sirva de consuelo para quienes la han querido y admirado el saber que estuvo siempre rodeada de flores, de vuestras hermosas tarjetas, fotos de sus días de gloria». Qué bonito.