Cuando Kylie estaba a punto de sacar ‘Fever’ alguien me llamó y me dijo que había escuchado el disco y que estaba muy bien entero. «No puede ser, ¡eso es imposible!» fue mi respuesta inmediata. Para quien nunca había sido fan de la Minogue, parecía una especie de milagro. Hasta entonces Kylie, en el mejor de los casos, sólo había publicado algunos buenos singles. Quizá bastantes, pero tan espaciados a lo largo de 15 años que te impedían tomarte en serio un álbum de la australiana. Sólo después de ‘Fever’ ha sido digno reivindicar discos antiguos que hasta ese momento no interesaban a nadie.
Pero ‘Fever’ fue muy grande. Una sucesión de hits excelentemente producida que ya hubieran querido para sí esas Lolitas medio poperas medio underground (por aquello de que no venden nada) del palo de Sophie Ellis-Bextor, Annie o Rachel Stevens. Quizá lo mejor es que lo que la gente considera «la balada» del disco, ‘Fragile’, va en realidad como a 120 bmp, que no está mal.
‘Can’t Get You Out Of My Head’ es tan buena porque no tiene estrofas. Se puede entender que o toda la canción es un estribillo continuado, como el ‘Holiday’ de Madonna, o que tiene tres estribillos: el de «la la la», el de «Can’t Get You Out Of My Head», que para algo es el título de la canción, y el de la parte de «Won’t You Stay / Set Me Free», que sería la parte a la que, por estructura, le correspondería el título pero que no se sabe.
La canción sería el primer éxito de verdad de Kylie en Estados Unidos desde ‘Locomotion’ y llevaría a Kylie a vender 6 millones de copias de ‘Fever’ en todo el mundo, convirtiéndose en un gran éxito que ya nunca repetirá. Curiosamente España fue uno de los países en los que menos funcionaría, consiguiendo simplemente un disco de oro y por los pelos, cuando en otros lugares había sido multiplatino (1,7 millones sólo en Reino Unido).
Tanta copia vendida se debe sobre todo a esta canción, ya que el resto de singles, aunque excelentes, no calarían tanto en radio. Una pena porque ‘Come Into My World’, vídeo aparte, es una de las mejores canciones electropop que se han hecho jamás; ‘Love At First Sight’ es un himno para todos los integrantes de JENESAISPOP porque nos hemos hartado de bailarla en el Dancing Stage de la Play (más las veces que nos quedan); ‘In Your Eyes’, que tiene un algo a lo house latino, no pierde de vista la elegancia que impera en todo el álbum.
Y más allá de los cuatro sencillos, el boca a boca, en 2001, con ya Internet funcionando divinamente, cumple una función fundamental, porque no hay nada que sobre en el álbum. Ahí están la central ‘Fever’, el «grower» ‘Love Affair’ y el acierto de que el álbum no se cierre con una balada. En una época en la que los discos de electroclash iban bien cargaditos de relleno, o si no que se lo pregunten a Miss Kittin, el de Kylie era toda una colección de aciertos.
Puede carcomernos la curiosidad de quién estuvo detrás de ‘Fever’ y por qué ni antes ni después en la carrera de Kylie hemos encontrado disco igual. Pero una lectura de los créditos no nos deja nada tan claro. Richard Stannard (‘Love At First Sight’, ‘In Your Eyes’), por ejemplo es un habitual en su carrera y autor, últimamente, de ‘The One’, pero el resto de sus composiciones naufraga entre los proyectos en solitario de las Spice Girls o East 17. Pascal Gabriel es coautor del ‘Here With Me’ de Dido y de algunas canciones de Miss Kittin y Ladyhawke. Cathy Denis (‘Can’t Get You Out Of My Head’, ‘Come Into My World’) es autora de ‘Toxic’ de Britney o ‘I Kissed A Girl’ de Katy Perry. Otros autores y coautores ni siquiera han hecho nada reseñable, pero lo común a todos es que ‘Fever’ es lo mejor que han hecho en su vida.
Fuera suerte o no, que da igual, lo indudable es que esta es una de las obras claves del pop de todos los tiempos. Y para redondearlo, el bootleg entre ‘Blue Monday’ y ‘Can’t Get You Out Of My Head’ de la edición de lujo, muy imaginativamente titulado ‘Can’t Get Blue Monday Out Of My Head’.