No es un titular sensacionalista, es más o menos el nombre del programa que La 2 emitió anoche. En su versión original, ‘No disparen al pianista’ emitió cosas tan chulas como esta versión de Jota de Los Planetas cantando íntegra ‘Los Ángeles’ de Sr Chinarro con la banda de Antonio Luque. Y en las últimas semanas ‘No disparen… en concierto’ ha emitido shows de gente como Beyoncé o Pedro Guerra. Anoche fue el turno de Los Secretos.
‘Gracias por elegirme’ es el título del nuevo doble CD y DVD en directo que se ha publicado este otoño de cara a la Navidad y que además se está vendiendo bastante bien. Se trata de un concierto con el que Los Secretos celebraron sus 30 años en Las Ventas de Madrid, llena a rebosar. Lo que emitió La 2 era un resumen de una hora.
Lo primero que vimos después del primer tema fue la dedicatoria del concierto de Álvaro Urquijo a su hermano Enrique, que murió en 1999. Para él y para los miles de asistentes tocaron algunos de sus hits, interpretados por la banda en solitario o en compañía de otros artistas como Miguel Ríos (‘Ojos de gata’), José María Granados de Mamá (‘Nada más’), Fito el de los Fitipaldis (‘Quiero beber hasta perder el control’) o Joaquín Sabina, que cantó su ‘Por el bulevar de los sueños rotos’. No se emitieron, en cambio, los duetos con Amaral, Conchita, Manolo García o David Summers, que sí aparecen en el disco.
Escuchar de nuevo algunas de las canciones de Los Secretos es comprender por qué Klaus & Kinski o Mate los han reivindicado recientemente, sobre todo su primer álbum, que por supuesto no pudieron dejar de lado en este show (‘Déjame’, ‘Sobre un vidrio mojado’). Hoy en día, a pesar de que podrían convencernos de que su sonido country-rock llegó mucho antes que la moda de la americana, parecen más interesados en reivindicarse como leyendas vivas a lo grande y llenando estadios, a lo Rolling Stone o a lo Maná. Es muy bonito verles recaudar pasta si recordamos el gafe que siempre ha seguido al grupo. Sin embargo, cabe preguntarse si ese disco nuevo que sacarán en 2009 será bueno (el anticipo ‘No, no, no’ no promete mucho), si se rodean en este tipo de conciertos de las compañías adecuadas o si su propuesta de letras intimistas y negativas sentaría mejor a un teatro que a un gran estadio.