Los hechos sucedieron el pasado mes de enero, cuando un policía de Cape Cod, Massachusetts, en un concierto de Metallica, se dedicó a orinar encima de unos fans, a la par que soltaba por su boca algún que otro insulto racista. El tipo, de nombre Joseph Houston, no podrá volver a ejercer, ha tenido que empezar a asistir a rehabilitación para dejar de beber y además tendrá que pagar 2.632 dólares a las víctimas.
Rolling Stone concreta que los hechos sucedieron el 18 de enero en Boston, que Joseph acudía con una camiseta en la que se leía «Alcoholic» y que se bebió seis cervezas antes del concierto. Al parecer, se bajó los pantalones, mostró su pene y orinó sobre la camiseta y el asiento de un tipo y sobre la fila de al lado. También arremetió contra la hermana de ese chico. Joseph no podrá volver a acercarse a esta familia, que viajaba a Boston para ver el concierto desde Connecticut.