Es una pena decir esto de un grupo tan prolífico como Vive la fête, pero desgraciadamente parece que su obra culminante fue ‘Nuit Blanche’, al que hace poco nombramos disco de la década. Es muy loable que sigan haciendo cosas muy chulas y muy buenas, pero es que ‘Nuit Blanche’ era una sucesión de trallazos desmedidos, hipnóticos, epilépticos y rotundos que te obligaban a levantarte de un salto y bailar como un verdadero descosido.
Después de ‘Nuit Blanche’ vino ‘Grand Prix’ y luego ‘Jour de Chance’, que ese sí que no hubo manera de tragárselo. Ahora por fin, VLF vuelven a recuperarse con ‘Disque D’Or’, que sin ser un discazo, está bastante por encima de los anteriores.
Después de ‘Nuit Blanche’, Vive la Fête intentaron sonar más guitarreros, pero la jugada no les salió bien. En ‘Disque D’Or’ parece que han decidido meter un poco de todo (canciones más rápidas, más lentas, más techno, más electro, alguna balada…) y la verdad es que el compendio no les ha quedado mal. ‘Petit Colibri’ es, por ejemplo, lo que quieres encontrar en uno de los discos del dúo belga. Y luego pasa lo mismo con ‘Amor Physique’. Pero sorprenden después con una canción en inglés, ‘Everybody Hates Me’, que está graciosa, aunque recuerda un poco a Rinôçérôse. Con la diferencia clarísima de que esta es mucho mejor. «Todo el mundo me odia porque soy rock’n’roll. ¡Droguémonos esta noche!» dice la letra, que no deja mucho a la imaginación.
Es a partir de ese punto donde se ponen más guitarreros (‘Naïve’) para luego soltarte una de esas maravillas que sólo pueden salir de la mano de estos dos: ‘Je Ne Pourrais Pas’. Una mezcla entre un bollywood pasado por la máquina electrónica, house facilón y una melodía de lo más pegadiza (tinoní, tinonuniiiii) que revienta en el momento justo, casi al final de la canción, dejándote muy buen sabor de boca.
Después, algunas cosas que nos suenan a sus discos antiguos y para cerrar, una de las mejores canciones de todo el álbum, en la que podrían emular un poco a Serge Gainsbourg y a Jane Birkin. ‘Elle N’Ecoute Pas’ retoma un poco la idea de ‘Je T’Aime, Moi Non Plus’, donde francés y británica se declaraban su amor-no-amor entre gemidos. Los belgas ya han dicho muchas veces que son muy fans de Gainsbourg, así que este ¿homenaje? no sorprende.
Lo que sí sorprende es que esa canción en concreto sea una pista de 40 minutazos, y que hayan tenido los c*ojones de incluirla tal cual. Una vez pasados tres minutos y medio, el silencio. ¿Se ha acabado? Pues no, todavía quedan varias canciones, ¿qué varias canciones?, todavía queda lo que es un disco entero por escuchar. Claro, que con tanto espacio entre canción y canción, te aburres en seguida. Guitarras con la misma melodía de ‘Elle N’Ecoute Pas’ pero con otra letra; sonidos de una batería sin voz; un piano; un solo de electrónica, teclados y guitarras y por último un ¿órgano? que cierra el disco de una forma muy castiza. Aunque claro, escucharlo todo de corrido es un poco imposible, con tanto coitus interruptus de por medio…
Calificación: 7,5/10
Temas destacados: ‘Petit Colibri’, los primeros tres minutos de ‘Elle N’Ecoute Pas’, ‘Je Ne Pourrais Pas’
Te gustará si: eres fan de toda la vida.
Escúchalo: en Spotify