Mejores discos 2009

50.-Patrick Wolf / The Bachelor: Patrick Wolf ha hecho su disco polémico, su ‘Pop’, su ‘American Life’, su ‘Volta’, su ‘Panorama’, su ‘Black Cherry’. Desde su edición y hasta siempre, no nos cansaremos de leer las más diferentes opiniones sobre ‘The Bachelor’: que si es el mejor, que si es el peor, que si es el único disco de Patrick Wolf que mola, que si es la peor mierda editada del año. Quedándose con lo bueno o con lo malo, habrá quien diga que estamos ante una obra clave del año y todo lo contrario. Y todo el mundo tendrá razón, este disco puede llegar a gustarte o no gustarte tanto como te apetezca.

49.-Alela Diane / To Be Still En ‘To Be Still’ esta jovencita de Nevada se eleva un par de palmos por encima de la media, gracias en gran medida a unos arreglos espectaculares en su belleza y sencillez (a cargo de su propio padre, el músico Tom Menig), a su prodigiosa voz (comparada con total justicia con mitos del folk como Vashti Bunyan, Karen Dalton o Sandy Denny) y a unas canciones enormes, que nos hablan de la naturaleza desde un punto de vista místico, con una espiritualidad que emociona y sobrecoge de forma parecida al debut de Fleet Foxes, transportándonos a los parajes más remotos y profundos de Norteamérica.

48.-Cola Jet Set / Guitarras y tambores: Las conocidas ‘Suena el teléfono‘ y ‘El sueño de mi vida‘ son preciosas, y a ellas hay que sumar la balada ‘Durará’, la animada ‘En esta pista ya no se puede bailar’ o ‘Subidubi’, que es de Alicia y la canta ella. Aunque la gran sorpresa del disco es ‘Prometiste volver’, una balada psicodélica que cierra el álbum y que deja dos frases memorables: ”si quieres ayuda, pide una ayuda al gobierno”, y “tanta gente inocente y tú no te mueres ya mismo”.

47.-Dent May & His Magnificent Ukulele / The Good Feeling Music: Musicalmente muy próximo a Jens Lekman, Dent May parece fijarse más en los grupos vocales y en el swing. El disco, más variado de lo que parece, incluye una versión de Four Preps y por momentos recuerda a Morrissey tanto en la voz como en las letras. En un constante juego “en serio pero de broma pero en el fondo en serio”, el pobre pone tanto esfuerzo e ilusión en lo que hace que la pista uno del disco es una bienvenida. Nosotros sí que se la damos.

46.-Corazón / Nuevo futuro: Corazón se han convertido en un proyecto completamente arty. En la portada de su segundo disco visten de Carlos Díez, han requerido la producción de Ibon Errazkin y en sus letras incluyen guiños a ese mandamás de la modernidad/antimodernidad llamado Juanjo Sáez. Sin embargo, en el fondo su música es más bien un homenaje al mejor pop cañí sesentero. Y es en ese punto de raíces tan españolas donde Corazón están encontrando su lugar en el mundo del pop.

45-Wild Honey / Epic Handshakes And A Bear Hug: Con ‘Epic Handshakes and a Bear Hug’ es posible viajar en el tiempo casi un siglo atrás (como en ‘1918-1920’) o a una fiesta de Nochevieja en 1994 (‘Whistling Rivalry’). Las melodías más bellas del disco se las reparten a regañadientes la fantástica ‘The Big Parade’, ‘Isabella’ o ‘One Word Prayer’. Pequeños cuentos musicales donde se respira la devoción por los clásicos y el saber hacer de su autor.

44.-The Field / Yesterday and Today: Capas y capas de samples que se repiten de un modo prácticamente mágico, con una cadencia perfecta y una sincronización sorprendente. Willner protesta cada vez que alguien cataloga su música como minimal. Al final los discos de The Field son más bien maximal, si atendemos a la cantidad de loops que llevan cada una de sus canciones, unos encima de otros, creando una sensación de caos ordenado realmente difícil de conseguir.

43.-Wilco (The Album): En ‘Wilco (The Album)’ se tocan casi todos los palos trabajados por la banda de Jeff Tweedy pero enlazados de forma maestra. ‘Deeper Down’ con esa psicodelia orquestal escalofriante, toques de country en ‘Solitaire’, puro rock en ‘Bull Black Nova’, ‘You Never know’ con aires al más clásico George Harrison… La colaboración con Feist en ‘You and I’ no despunta por nada en concreto, ya que si algo le sobra es sencillez. En cuanto a las letras, encontramos fragmentos realmente tremendos como la irremediable y espeluznante despedida de ‘One Wing’ o el ocaso y la resurrección de ‘I’ll Fight’, la esperanza por encima de soledad de la muerte o el fin del amor.

42.-Au Revoir Simone / Still Night Still Light: El grupo de chicas que debe su nombre a un personaje de Tim Burton y pone perraco a David Lynch se ha beneficiado de la ausencia de Lali Puna y la puntual de Stereolab para, con tres álbumes en cuatro años, situarse a la cabeza de las bandas que utilizan la electrónica para la creación de escenarios oníricos, ideales para antes de irte a la cama, más que por dar sueño por propiciar un bonito encuentro contigo mismo.

41.-The Raveonettes / In And Out Of Control: ‘Bang!’, abriendo el álbum, nos trae reminiscencias a las producciones de Spector, a los tiempos de los Beach Boys o los Ramones, dando paso a una sucesión de grandes temas, pegadizos y adictivos, a un nivel muy superior al anterior ‘Lust, Lust, Lust‘. Con letras para caerse de espaldas como la de ‘Boys Who Rape (Should All Be Destroyed)’, que habla sin tapujos de violaciones y abusos sexuales diversos y de cómo puede afectar esto a las víctimas o ‘Suicide’, que trata la repugnante vida de una chiquilla abocada irremediablemente al suicidio.

40.-Cass McCombs / Catacombs: Errarán aquellos que prejuzguen a McCombs como un simple émulo de Oldham, Molina o Callahan. McCombs se sitúa en una tierra de nadie que sí, posee un poso de tradición country, pero que también tiene inauditos efluvios de Gene Pitney o Roy Orbison o topa ocasionalmente con el folk de Simon y Garfunkel, en una constante huida del encasillamiento que ya mostraba en obras como ‘PREfection’ o ‘Dropping The Writ’, y que alcanza en este su quinto álbum su mejor expresión.

39.-Elvis Perkins in Dearland / Elvis Perkins in Dearland: En Perkins, las maneras de Dylan vienen a la mente una y otra vez, solo que además él parece haberse empapado de toda la música que los negros introdujeron en el continente americano y haberla adoptado y transformado a su medida. Cada instante de este apasionante álbum habla, otra vez, de la pérdida y el dolor pero con un arrojo y una energía que alivia el drama. Música revitalizante y profunda a la que agarrarse para mantenerse a flote.

38.-Elle Belga / 1971: A veces es la influencia de Vainica Doble, otras la contundencia de unos ritmos que dicen haber sampleado de discos ajenos en todos los casos, pero en cada paso este nuevo proyecto supone un interesante renacimiento para Josele, y el descubrimiento del magnetismo de Fany. Una constante muestra de buen gusto que esperemos tenga continuación.

37.-Mendetz / Souvenir: El segundo largo de Mendetz cuenta con un sinfín de giros inesperados en sus canciones que las hacen sorprendentes y muy divertidas. ‘Cholula Cream’ empieza como una ochentada de banda sonora, sigue un poco más Prince y al final recuerda a ‘Thriller‘. Todo parece lo mismo, pero no lo es. ‘Flashback’ es un gran trallazo con estribillo funky, sirenas de policía y solos de guitarra, sí, a lo Daft Punk. Un disco bastante inteligente de lo más exportable que tenemos en España.

36.-Prefab Sprout / Let’s Change The World With Music: Un disco exquisito, sobre todo en las líneas de piano y teclados, originalmente grabado en 1993 pero nunca editado, que no ensucia la carrera de la banda sino que incluso la redondea. Mientras el estilo de esta entrega a veces está entre los New Order más pop, el R&B y el synthpop sofisticado de los Pet Shop Boys de ‘Behaviour’, las referencias líricas son la música, Dios y la vida. Aunque esperemos que la perfección del concepto no implique la retirada definitiva de Paddy McAloon.

35.-Sonic Youth / The Eternal: Un disco que tiene todo lo que ha hecho a Sonic Youth grandes. Unos riffs de guitarra únicos e inimitables, con sus sonidos llevados al límite, experimentación y ruido. Esto, mezclado con unos temas directos, cortantes, en los que la parte más experimental que siempre han explorado queda contenida en las canciones. Aunque para los seguidores, este disco no es una ruptura con los últimos, sino el paso lógico que se veía venir desde el ‘Murray Street’ y que terminó con el ‘Rather Ripped’.

34.-Röyksopp / Junior: Qué gusto da cuando una banda que te gusta saca su tercer disco (momento realmente crucial en la vida de un grupo) y te encanta. Es el caso de Röyksopp, que han debido de pensar: “¿a cuento de qué vamos a sacar un disco pesimista con la que está cayendo?”, y han convertido su ‘Junior’ en una buena recopilación de trallazos, a cada cual mejor.

33.-Pet Shop Boys / Yes: ‘Yes’, a pesar de la colaboración de Xenomania, Johnny Marr a la guitarra o Final Fantasy a las cuerdas, no es ningún punto y aparte en la carrera de Pet Shop Boys. En cierta medida, muchas canciones contenidas en él serían intercambiables con algunas del anterior ‘Fundamental‘. Aunque el nuevo no contenga un par de singles tan claros como ‘Integral’ y ‘Minimal’, flojea en muchos menos puntos y deja un sabor de boca mucho mejor. Es el disco de pop que se quedó a las puertas de ser el anterior álbum de Pet Shop Boys. Su mejor disco de pop desde ‘Very’.

32.-Ama / Exposición permanente: En el tercer disco de Ama son varios los temazos que se suceden. A la cabeza está la gran ‘100 veces “no puede ser”’, una terapia totalmente “sing-along”, a pesar de su pesimismo, que no te podrás quitar de la cabeza durante semanas (¿el resto de tu vida, tal vez?). La acompañan himnos ultrapegadizos como ‘Jonás sabe’ en un disco, ahora sí, más que sólido, que puede bajarse gratis de su web.

31.-Slow Club / Yeah, So?: Si bien el nervio arrebatado de ‘Giving Up On Love’, ‘It Doesn’t Have To Be Beautiful’ o ‘Because We’re Dead’ es el pilar fundamental del disco, es cierto que hay un porcentaje más elevado de baladas que en los EPs. Y eso no tiene porque ser necesariamente malo. La universalidad que hay en la tristeza de ‘There’s No Good Way To Say I’m Leaving You’ (nada más que añadir a ese título) o la devastación tras una ruptura (la voz de Rebecca suena enorme en ‘Sorry About The Doom’) hacen que estas «torch songs» te toquen severamente la patata.

30.-Lily Allen / It’s Not Me, It’s You: Es probable que absolutamente todo el mundo haya soltado la frase “no es por ti, es por mí” mientras dejaba a alguna de sus parejas. No es tan raro, es una frase francamente fácil muy recurrente y una perfecta muletilla. Lily Allen parece haberse dado cuenta de que todas sus “desgracias” no han sido siempre culpa suya, y de ahí el título de su segundo disco, en el que lo mejor vuelven a ser las letras entre los deseos de venganza y el costumbrismo.

29.-A Place To Bury Strangers / Exploding Head: El nuevo disco de A Place To Bury Strangers acusa cierta linealidad y continuación con respecto al disco anterior. Sin embargo, siguen brillando melodías pop como ‘Keep Slipping Away’ (en su estribillo muy Siouxsie & The Banshees), el single ‘In Your Heart’, la machacona canción que abre el álbum, ‘It Is Nothing’, o la “noise” que lo cierra, ‘I Lived My Life To Stand In The Shadow Of Your Heart’.

28.-The Flaming Lips / Embryonic: Hay en ‘Embryonic’ una racanería supina con lo melódico, llegando a armar temas completos con apenas uno o dos fraseos, pero una generosidad total en la variedad de texturas, en las miles de capas superpuestas de sonidos, en la búsqueda de llevar las canciones hasta el final, exprimiéndolas hasta dejarlas secas. The Flaming Lips seguirán resultando aburridos para los seguidores de Coldplay y ‘Embryonic’ no va a resultar satisfactorio para quien busque una prolongación de los logros de las anteriores obras de la banda oficial de Oklahoma, pero sí para quien confíe en la capacidad de sorpresa de una banda que se reivindica a sí misma con un disco magnético y expansivo.

27.-Phoenix / Wolfgang Amadeus Phoenix: El cuarto trabajo de los franceses ya comienza con dos de los mejores temas de toda su carrera: ‘Lisztomania’, frenético y cargado de energía, como carta de presentación de lo que viene después, con una letra que no tiene mucho sentido pero que Thomas Mars dispara sin atragantarse, a pesar de todo, y ‘1901′, con una mezcla de sintetizadores y ritmos más rockeros. En estos dos temas está la esencia del nuevo disco, la perfección de la fórmula Phoenix, esta vez menos áspera que en su anterior LP, ‘It’s Never Been Like That’ y apta para cualquier emisora top 40.

26.-M Ward / Hold Time: ‘Hold Time’ presenta un lado turbio que no hace sino ampliar su profundidad. Esos sonidos positivos, casi festivos, contrastan enormemente con unas letras en las que hay una gran profusión de temas religiosos y místicos y que a menudo reflexionan sobre muerte y enfermedad. Y no deja de resultar curioso que la auténtica joya del disco sea la canción que lo presentó y que le sirve de título: ‘Hold Time’ es una prodigiosa, contemplativa y enigmática balada que bien podría estar en la banda sonora de ‘Terciopelo Azul’ o ‘Twin Peaks’, con unos teclados, un piano y una voz que sobrecogen y duelen, pero también arropan y curan.

25.-Francisco Nixon / El perro es mío: ‘Erasmus borrachas’, el que iba a ser originalmente el título del álbum, es un éxito inmediato que tiene todo lo que necesita tener un buen single. ‘Inditex’ o ‘Brackets’ son otros de los temas que se sostienen por sí mismos y se defienden airosos entre todos los públicos. Aunque quizá, las perlas de ‘El perro es mío’, las que tocan la fibra y dejan K.O. de verdad, son ‘Traficando’ y ‘Nombres y teléfonos’. Melodías y arreglos perfectos con la carga melancólica suficiente para sufrir y disfrutar con ellas una y otra vez.

24.-Morrissey / Years of Refusal: Los ocho primeros cortes se suceden casi sin que te des cuenta, cada uno con su aquel: ‘Something Is Squeezing My Skull’, sobre la adicción a los anti-depresivos, y ‘One Day Goodbye Will Be Farewell’ con sus trepidantes baterías; ‘When I Last Spoke to Carol’ con su aire spaghetti-western; ‘Mama Lay Softly On The Riverbed’ con sus adictivos arreglos, ‘Black Cloud’ presentándose con un ligero matiz electrónico pero alcanzando su punto álgido en un momento acústico, etcétera. Cuando te quieres dar cuenta ha pasado más de la mitad del disco y te han gustado todas las canciones.

23.-A Camp / Colonia: Una obra consistente y bien zurcida, que bien podría llevarse a los escenarios en forma de musical. Por sus estructuras vocales e intrumentales y por sustentarse el disco en una misma idea: la exploración del ser humano como ser salvaje obligado a vivir en sociedad, a matar si es necesario para sobrevivir, a adaptarse a diversas formas de vida y luchar por conseguir un sueño sin morir en el intento. Había muchas maneras de hacerlo y parece que lo han logrado. Ahora solo falta que se entere todo el mundo.

22.-Bat for Lashes / Two Suns: ‘Two Suns’ puede entenderse como una recopilación de casi todos los tipos de cantante femenina que hemos conocido. La Björk de ‘Isobel’ y ‘Homogenic’ sigue pareciendo una referencia en canciones como ‘Two Planets’, mientras que ‘Piece Of Mind’ y ‘Moon & Moon’ recuerdan a distintas etapas de PJ Harvey, ‘Siren Song’ a Tori Amos, ‘Glass’ a Siouxsie y ‘Sleep Alone’ a Fever Ray. Además, lejos de ser una triunfita copiota, Khan aporta su mundo de letras extrañas y muy personales.

21.-Anntona / En la cama con Anntona: Las cosas que uno espera de un disco son sencillas: unos cuantos singles que le enganchen, unas cuantas canciones a recordar aunque nunca pudieran ser singles y un par de rarezas que den personalidad al artista, completando y dando sentido al conjunto sin aburrir. En el segundo disco largo de Anntona, que puede descargarse totalmente gratis desde la web de su sello Gramaciones Grabofónicas, esas rarezas abren y cierran el disco de forma anecdótica, pero todo lo que queda en medio son temazos a escuchar en “repeat”, bien te los imagines como hits que todo el mundo pudiera canturrear o bien no.

20.-Benjamin Biolay / La Superbe: Benjamin explora en este nuevo álbum todos los géneros que le interesan, lo que supone canciones al piano como ‘La Toxicomanie’, un dúo incluso ahiphopado en ‘Brandt rhapsodie’, más guiños hip-hop en las extrañas ‘Assez parlé de moi’ y ‘Buenos Aires’, en la que casi recuerda a Experience o a Manta Ray por lo de las voces en castellano, y guiños a Geoff Portishead en los siete minutazos ‘Jaloux de tout’. Entre todas, resplandecen números más pop imposible como ‘Si tu suis mon regard’. El disco doble que Benjamin Biolay quiso hacer en la era ‘Négatif’, pero que, por decisión de su discográfica, no pudo realizar.

19.-Camera Obscura / My Maudlin Career: ‘My Maudlin Career’ no tiene tanta magia como su predecesor, pero es perfecto para que nuestro romance con el grupo escocés perdure. Campbell da un paso adelante encarando la recurrente temática sentimental desde una perspectiva madura, apartándose del encanto naíf de sus primeros discos. Básicamente, son canciones que observan las relaciones con una gran dosis de amargura, recelo, ironía y humor.

18.-The Horrors / Primary Colours: El grupo dice que ‘Sea Within A Sea’ es la última pista del álbum porque puede abrir puertas de cara al futuro, y que esos sonidos a lo ‘Third‘ ya existían antes de que Geoff Barrow apareciera en el estudio para producirlo. En ese caso ‘Primary Colours es la prueba de que será un placer seguir a los Horrors en el futuro, porque la densidad y la sensación de decadencia que alcanzan en este tema o ‘I Only Think Of You’ es grandiosa y puede dar lugar a cosas mucho más grandes que la mímesis Suicide / Joy Division esperable hasta ahora.

17.-La Bien Querida / Romancero: David Rodríguez ha hecho un excelente trabajo en ‘Romancero’, contribuyendo a dar cuerpo a unas canciones que ha escrito en su totalidad ella sola, y que ya apuntaban maneras en la famosa maqueta. Las cuerdas a cargo de Mohamed Soulimane aportan un decidido toque oriental, acorde a su inspiración flamenco-rock, muy Sr. Chinarro. En los temas, la voz de Ana suena lo suficientemente altiva, cortante y distanciada como para hacer de frases vulgares como “vete ya de mi mente” un proyecto de lo más personal.

16.-Linda Mirada / China es otra cultura: ‘China es otra cultura’ es un título claramente de broma, pero la melodía de ‘Jose’, que podrían haber firmado los Niza tan inspirados en las costas francesas como sudamericanas, mola en serio. Será el synthpop a lo ‘Solo’, la influencia de Orange Juice y Gary Low o los momentos más acústicos y victimistas, como ‘Me quedo en casa’, donde canta sobre esos problemas tan graves que azotan al mundo (”si un chico me mira, le vomito encima / trozos de la cena encima de mis piernas”) o el modo tan irritante en que pronuncia ciertas palabras, pero las canciones de Linda Mirada tienen gancho. Y mucho.

15.-HEALTH / Get Color: ¿Huelga decir que para disfrutar mínimamente de ‘Get Color’ es imprescindible escucharlo a gran volumen? Pues dicho queda. Porque esa burrada de baterías vertiginosas de BJ (técnica y estéticamente válido para la más fiera banda de death metal que se os pase por la cabeza), las voces angelicales a lo MBV de John y Jake o los trallazos de guitarra lanzados a discreción no dicen lo mismo si no lo llenan todo a tu alrededor.

14.-Yo La Tengo / Popular Songs: Para promocionar su último álbum Yo La Tengo han hecho cinco vídeos, como prueba de la calidad de las canciones aquí contenidas. ‘Nothing To Hide’, de haber salido en los 90, habría sido quemada por MTV hasta la saciedad, mientras que ‘Here To Fall’ podría haber sido hasta de Air. Las cuerdas toman protagonismo en este tema o en ‘If It’s True’ protagonizando algunos de los momentos más luminosos jamás grabados por la banda. Aquí cabe de todo, desde sus distorsiones de siempre hasta el funky, pasando por la banda sonora en todas sus formas, el chill-out o el folk. Y (casi) todo suena 100% popular y 100% Yo La Tengo.

13.-Dirty Projectors / Bitte Orca: La nueva entrega de Dirty Projectors, la que le ha dado definitivamente la fama y el respeto de los medios especializados, recuerda a las playas africanas de Vampire Weekend, pero con un punto a veces más R&B, a veces más folk, y siempre más reposado. Guitarras afropop, voces soul casi emparentadas con Beyoncé y su hermana y ritmos de una Björk post-Timbaland también con guiños excelentes en los arpegios a Tim Buckley y Nick Drake en un disco no tan inmediato en todas sus pistas, pero sí muy interesante y «grower».

12.-Jack Peñate / Everything Is New: 35 minutos de pop rabioso, mezclado con todo tipo de músicas étnicas con un algo de música africana que él ubica mejor como brasileña. La mezcolanza de electrónica, guitarrazos furiosos, funky, soul y música principalmente negra resulta un compendio maravilloso. De la primera a la última, las canciones de Peñate son sobresalientes, tanto en sus ritmos más frenéticos (’Pull My Heart Away’) como en los más pachangueros (‘Tonight’s Today’) e incluso en las canciones que podríamos calificar como baladas.

11.-Passion Pit / Manners: Aunque el número de samples es menor que en Avalanches y las dosis de Red Bull menor que en un álbum de Go! Team, las melodías de las canciones escritas por Michael Angelakos tienen cierto deje caribeño y un poco soul que las acercan igualmente a las playas. No sabemos si por casualidad o a propósito el disco no se publicó durante el invierno, cuando el grupo protagonizó su «hype», pero guardarlo para el verano fue un cualquier caso un enorme acierto.

10.-Music Go Music / Expressions: Durante años mucha gente se ha despachado a gusto sobre el sonido del progressive rock o de grupos como Meat Loaf y Music Go Music, que en su adolescencia escuchaban más bien a The Clash y a los Ramones, y en su pasado han formado parte de grupos como Bodies Of Water o Excel, parece que han ido directamente a por estos estilos tan mal considerados. Pero les ha salido bien y las referencias a la Electric Light Orchestra recargan su sonido sin perjudicarlo. Una explosión definitiva de influencias, colores y matices que parecen provenir del mismo sitio, como en el caso de La Casa Azul, pero que en realidad no lo hacen.

9.-Girls / Album: Soul, blues, doo-wop, boogie, rockabilly y hasta la balada hawaiana alimentan el pop certero y atemporal de ‘Laura’, ‘Summertime’, ‘Big Bad Mean Motherfucker’, ‘Ghost Mouth’, ‘Morning Light’ (de repente, el noise) o EL baladón ‘Lauren Marie’, creando un conjunto heterogéneo pero asombrosamente coherente en su sonido, sucio y desarrapado, a la medida de alguien que huye desesperadamente de la miseria hacia la belleza. Por no incomodar, ni siquiera lo hace ‘Goddamned’, que parece un homenaje al ambiente y sonido de ‘G N’ R Lies’ de Guns N’ Roses (¿rasgado de vestiduras? Sí, es aquí).

8.-The Pains of Being Pure At Heart / The Pains of Being Pure At Heart: Un tratado de cómo encauzar toda la rabia, la angustia, las dudas, la felicidad desbordante, el nihilismo y la pasión de la adolescencia desde la post-adolescencia. Este disco es un clásico instantáneo no porque invente nada o porque abra nuevos caminos, sino que será ese tipo de clásicos a los que siempre podremos recurrir para salvar un día feo y hacernos hervir la sangre, retrotrayéndonos a aquella colisión de sentimientos a flor de piel. Nunca querrías volver a tener quince años y la cara llena de granos pero qué divertido es echar un vistazo a unas cuantas viejas fotos.

7.-Fever Ray / Fever Ray: Tras el descanso largo que se han tomado The Knife, la mitad femenina del dúo, bajo el nombre de Fever Ray, publica uno de los trabajos más densos y oscuros de este 2009. Es un álbum que recoge la atmósfera de ‘Silent Shout’, despojándolo de la parte más bailable y sumiéndolo un poco más en la penumbra, mientras sigue jugando con el pitch de la voz hasta dejarla completamente irreconocible en algunos momentos del disco. Siempre conservando la homogeneidad del proyecto, que aunque en una primera escucha pueda parecer muy lineal, poco a poco nos irá revelando todos sus matices. Enigmático, hipnótico, imprescindible, genial.

6.-Bill Callahan / Sometimes I Wish We Were An Eagle: Ya desde el mismo título, el disco de Bill Callahan recurre a la Naturaleza como fuente inagotable de metáforas para ilustrar con poética precisión los rincones menos frecuentados de las relaciones humanas. ‘Rococo Zephyr’ retrata un momento de intimidad de pareja, un leve temblor de un cuerpo desnudo sobre otro, como una brisa que altera la paz del río, que mece suavemente las finas ramas del sauce. ‘All Thoughts Are Prey To Some Beasts’ es sin duda uno de los puntos álgidos del álbum merced a la épica que gobierna cada instrumento y en ella un águila arremete ferozmente contra los más dulces pensamientos, frágiles estorninos en un árbol deshojado. Es capaz, incluso, de juguetear ingeniosamente con las palabras en ‘Too Many Birds’, cuya última estrofa va siendo completada palabra a palabra, como esos pájaros negros que poco a poco van llenando la rama de un árbol. Y resulta sublime en ‘The Wind And The Dove’ hablando de la importancia de lo que no existe, de todo lo que alberga ese espacio que existe entre el viento y la paloma. La belleza de sus arreglos de aires orientales es sencillamente estremecedora. Callahan es un talento mayor, que en esta su última obra hasta el momento ha encontrado el estado de gracia. Felizmente, su mejor disco será el próximo.

5.-Grizzly Bear / Veckatimest: La opacidad de los textos, con los que raramente podremos sentirnos identificados, y la complejidad de algunas canciones puede hacer desfallecer incluso al oyente más experimentado, pero aconsejo vivamente no tirar la toalla, sino insistir en detenerse y deleitarse en sus infinitos recovecos que, como aquellos huecos en ‘La escala de los mapas’ de Belén Gopegui, nos invitan a acomodarnos en ellos para refugiarnos fugazmente de la feroz realidad. ‘Veckatimest’ es una obra magnífica, música pop de gran altura.

4.-Animal Collective / Merriweather Post Pavillion: Se habla de ‘Merriweather…’ como El Disco Pop de Animal Collective. Y sí, es verdad. Pero que nadie se confunda. Las canciones de Avey Tare, Panda Bear y Geologist siguen siendo complejas. Pero sí es cierto que tienden cada vez más a la estructura tradicional de canción, presentan cada vez más (y mejores) estribillos y las letras alcanzan a entenderse casi siempre, mostrando que incluso así son seductores, sorprendentes, enigmáticos, adictivos y necesarios. Unos ya estarán cansados de oír hablar de ellos como la panacea, otros los han descubierto ahora y les parecerán la panacea, otros sentirán que el espíritu out y de vanguardia se ha perdido y les parecerán unos vendidos… Nada de eso importa demasiado. El desafío o la oferta (según se mire) de ‘Merriweather Post Pavillion’ está aquí y ahora, al alcance de todos, y cada uno debe obrar en consecuencia. Alza las manos si comprendes.

3.-Fuck Buttons / Tarot Sport: Andrew Hung y Benjamin John Power siguen haciendo tanto ruido como en el disco anterior, pero donde aquel, hacia su final, terminaba resultando un tanto predecible y se desinflaba un pelín, este no nos ha dejado tregua. La última pista, ‘Flight Of The Feathered Serpent’, es la canción más bailable que han hecho hasta el momento. Todas siempre llegan muy lejos, aunque a veces se desconozca cuál es su origen. El dúo incorpora ahora una banda “de verdad” y, como gustaba a My Bloody Valentine en otro sentido, un número ingente de pedales para distorsionar sonidos en distintos grados y momentos. Es difícil describir cómo suenan Fuck Buttons. Entre amigos lo resumiríamos muy bien diciendo que simplemente son una pasada. No solamente por la genialidad de sus producciones sino porque además son melódicos. ¿Serán perfectos?

2.-The Antlers / Hospice: El horror que supone sufrir un cáncer para el enfermo y sus seres queridos es retratado hasta el más mínimo detalle en ‘Hospice’, el primer disco de The Antlers. Peter Silberman rompió con su novia, se mudó de Manhattan a Brooklyn para evitarla y estuvo un año y medio deprimido sin salir de casa. Durante este tiempo se dedicó a grabar, allí mismo, un disco inspirado en un chico que ve morir a una niña de cáncer de huesos en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York. Las referencias a la enfermedad en las letras son explícitas, desde los tubos insertados en los brazos a “lo asonante de los indicadores de morfina”, pasando por una repetida mención al fémur, rozando a menudo lo macabro. Musicalmente próximos a Arcade Fire, The Antlers prefieren la contención o, como mínimo, manejan mejor el juego entre ambos extremos, el ruidista y el delicado (’Atrophy’), dejando en el camino momentos concretos, instrumentos y detalles que son verdaderas joyas a descubrir escuchando al grupo con cascos, de madrugada.

1.-The xx / The xx: Muchas de las canciones de The xx recuerdan a las baladas de los años 50, quizá debido al punteo de sus guitarras, que de alguna manera hace pensar en las películas adolescentes de James Dean. En muchas partes de sus canciones la batería o caja de ritmos no suena, del mismo modo que los teclados, que sólo hacen apariciones esporádicas, aunque espectaculares. Este antónimo de “muro de sonido” creado por el propio grupo a los mandos de la producción, después de desechar la participación de Diplo y Kwes, acentúa la intensidad en los momentos que ellos quieren. En ‘VCR’, si la simpática percusión resulta tan llamativa es porque no vuelve a aparecer nada ni remotamente parecido en el resto del disco. Mientras, el teclado añadido al final de ‘Islands’, bastante Portishead / The Horrors, convierte lo que creías una canción lineal, indistinguible de las demás, en un subidón a escuchar en “repeat”. Un efecto que se repite en varias pistas de ‘xx’, como ‘Heart Skipped A Beat’ o ‘Infinity’. El disco se cierra con una canción sobre la primera cita y la única duda es si conseguirán mantenerse en lo más alto cuando afronten la segunda, la tercera… en definitiva, la decepción de las cosas de la vida.

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