Acompañados únicamente por Alex Thomas (Bat For Lashes, Badly Drawn Boy) a la batería, Jean-Benoît Dunckel y Nicolas Godin se presentaron ante una Riviera considerablemente llena de público expectante. Comenzaron como comienza ‘Love 2’, con ‘Do The Joy’, y, pese a que, con el deber de presentarlo, las canciones de dicho álbum fueron las que tuvieron mayor presencia, Air tocaron canciones de casi todos sus álbumes, incluyendo la banda sonora que hicieron para ‘Las Vírgenes Suicidas’ de Sofía Coppola. Apartaron ‘Pocket Symphony’ del repertorio, lo cual tal vez indique que no volverán por esos derroteros en el futuro.
Del último, además de la inicial, brillaron ‘Missing The Light Of The Day’, ‘Tropical Disease’, y ‘Be A Bee’, y de los demás destacaron ‘Venus’, ‘Cherry Blossom Girl’ y ‘Alpha Beta Gaga’ (‘Talkie Walkie’); ‘People In The City’ y ‘How Does It Make You Feel?’ (‘10,000 Hz Legend’); o ‘Highschool Lover’ (BSO ‘Las Vírgenes Suicidas’). Incluso rescataron uno de sus primeros singles, ‘J’ai dormi sous l’eau’.
Por supuesto, las canciones más celebradas por los asistentes fueron las de ‘Moon Safari’: increíbles temazos como ‘Talisman’ o ‘Kelly Watch The Stars’, tras la cual hicieron la despedida de rigor antes del bis. Y ahí tenían guardado lo mejor: Tras otra pista de ‘Love 2’, llegaron ‘Sexy Boy’ y para finalizar, probablemente la mejor de todo el concierto, ‘La femme d’argent’.
Con una puesta en escena bastante sobria en comparación con anteriores giras (contaban solo con un fondo blanco sobre el que proyectaban imágenes eminentemente psicodélicas), ambos miembros de Air se mostraron muy simpáticos en todo momento, agradeciendo cada aplauso, y sin despeinarse lograron deslumbrar a los presentes. Monsieur Dunckel, monsieur Godin: Á bientôt! 8.
La londinense Georgina Richards-Pringle, bajo el nombre artístico de George Pringle, fue la elegida por el dúo francés para telonearles, y parece que así va a ser para el resto de la gira europea. No se entiende muy bien el porqué, ya que en anteriores ocasiones trajeron a gente de la calidad de Au Revoir Simone. Se trata de una suerte de karaoke electro-clash protagonizado por un pivón y su portátil. Salvo alguna base decente, ni un atisbo de talento (ni vocal ni musical), ni de vergüenza. 3.