El jueves pasado comentaba con un amigo que es posible que ‘El guardián entre el centeno’ haya sido uno de los libros que más me marcaron durante mi adolescencia. Me lo mandaron leer en el instituto y lo había empezado sin muchas ganas, pero la profesora de Lengua y Literatura -Cristina, creo que se llamaba- empezó a caerme bien en el mismo instante en que me di cuenta de que iba a devorarlo con avidez. ¿Cómo podía sentirme tan identificado con Holden Caulfield, sin vivir yo en Nueva York, ni estar en un internado, ni follarme chicas ni ser yo nada de eso?
Al mismo tiempo comentaba que es un libro que he tenido ganas de releer muchas veces, pero siempre que lo veo en la estantería, lo ignoro por completo. Quizá en mi fuero interno sé que ‘El guardián entre el centeno’ ha de leerse a una edad, y probablemente su relectura no será tan satisfactoria como me gustaría.
Hoy ha muerto J. D. Salinger, escritor de culto para muchos y un bicho raro de la literatura en general. A sus 91 años de edad, se puede decir que convirtió su libro en un éxito de ventas sostenido a pesar el paso del tiempo. Un libro que relata una adolescencia que ríete tú de la Generación Ni-Ni y un personaje terriblemente atractivo que se debate entre ser un canalla y un tipo sensible, que es lo que realmente es.
Sin lugar a dudas, la evocadora imagen del final del libro, en la Caulfield rememora su infancia y su sueño (ser el guardián entre el centeno de un campo de niños, fantasía cuyo origen está en una canción) ha quedado grabada a fuego en la mente de muchos de nosotros, tanto que muchos la consideran una de las mejores novelas del pasado siglo.
J. D. Salinger no era amigo de los medios de comunicación, y sufría porque además era un escritor reconocido. Por desgracia, pasó sus últimos años amargado, luchando contra todo tipo de habladurías, muchas sacadas a la luz por su hija, y -por lo visto- tiene una ingente cantidad de material sin publicar. No sabemos si ahora se publicará o no su legado, ni si le llegará a la suela de los zapatos a su novela estrella.