‘Tetro’, la coproducción entre EE.UU., Argentina y España escrita, producida y dirigida por Francis Ford Coppola, ha conseguido sólo una nominación a los Goya para una de las partes más españolas de la película, la de Maribel Verdú. Lo va a tener muy difícil frente a Lola Dueñas por ‘Yo también’, Penélope Cruz por ‘Los abrazos rotos’ y Rachel Weisz por ‘Ágora’, pero la verdad es que su personaje consigue un gran peso en una película que en realidad habla de la relación entre dos hermanos, y es una firme candidata.
‘Tetro’ es una extraña película que comienza pareciendo ‘Querelle de Brest’, tiene un desarrollo bastante italiano (por mucho que el director por donde se haya mostrado fascinado haya sido por Argentina) y acaba con una escena un tanto cutre que parece sacada del vídeo ‘You’ll See’ de Madonna. Sería rara estuviera quien estuviera detrás, pero si quien está detrás es Coppola todo esto es más extraño todavía.
Bennie llega a casa de su hermano Tetro para averiguar por qué le abandonó y nunca volvió a buscarle como había prometido. Tetro se presenta como un verdadero ogro en la primera escena, casi un monstruo, aunque la interpretación de Vincent Gallo no llega a dar tan mal rollo como se promete al inicio. Entre ambos, es donde se luce Maribel Verdú, sin salir tanto, interpretando a la novia de Tetro y ejerciendo de puente, ya que ellos mantienen una relación misteriosa llena de secretos familiares y rencores.
Tetro, además es escritor retirado, y Bennie trata de imitarle terminando sus escritos, lo que da lugar a melodramas, confesiones, metahistorias y obras de teatro dentro de la película, recordando inequívocamente a Almodóvar. Algo que remata la aparición inexplicada de Carmen Maura, que busca un clímax que se produce de manera un tanto torpe. Quizá porque su personaje, crítica de teatro, no está muy bien definido e incluso en principio iba a ser hombre (se pensó en Javier Bardem para interpretarlo). Así, aunque el resultado sea un poco más ‘Carne trémula’ que ‘Todo sobre mi madre’, a la que recuerda en estructura, en muchos sentidos la película resulta una enorme curiosidad, que le vale este 6.