Hubo un tiempo en que discos como ‘Your Favorite Music’ o ‘The Ghost Of Fashion’ prometían una meteórica carrera para el grupo de Eef Barzelay. Incluso llegaron a entregar su obra culmen, el para mí superlativo y nunca bien ponderado ‘End Of Love’, un verdadero tratado de desnudez emocional y fracaso sentimental. Tras eso, las tensiones internas derivadas de los problemas personales y financieros de los miembros de la banda provocaron la ruptura de Clem Snide, en el año 2006. Eef publicó y paseó por el mundo dos buenos (no notables) discos en solitario hasta que en la pasada primavera, volvió a contactar con el batería Ben Martin y el bajista Brendan Fitzpatrick para reanudar la actividad, publicar el disco que quedó grabado poco antes de su separación, ‘Hungry Bird’, y hacer una gira. Así que puede decirse que este ‘The Meat Of Life’ es el verdadero disco de regreso de Clem Snide.
En su séptimo disco de estudio persiste el mismo espíritu de amargura y desencanto que reinaba en ‘Hungry Bird’ pero parece que, al fin, Eef ha decidido abrir un poco las cortinas y dejar que un hilo de luz entre en el viciado ambiente oscuro de su habitación. Así, podemos reencontrarnos con los viejos Clem Snide, los de ‘I Love The Unknown’ o ‘Ice Cube’, en cortes como ‘BFF’, ‘Denise’ o el vibrante ‘Wal-Mart Parking Lot’.
De nuevo Mark Nevers (Lambchop, Calexico) produce con inteligencia añadiendo arreglos comedidos y elegantes que visten pero nunca saturan las canciones, como las cuerdas (¡ese cello!) de la estupenda ‘With Nothing Much More To Show Of It’ o el trombón final de la mencionada ‘Denise’. Tampoco falta su recién adoptada épica (la misma que reinaba en cortes como ‘Pray’ de su última obra) en temas como ‘Forgive Me, Love’ o el que da título al disco, en el que se ponen claramente en plan Wilco. Pero donde se muestran certeros como nunca es en la emotividad y sencillez de canciones como ‘Denver’, ‘Song For Mary’, la sobrecogedora ‘Please’ o el exquisito soul de ‘Anita’.
Lo que sí permanece imperturbable es el talento de Barzelay para desarmar con sus letras y llenarnos de desazón con su amargo sentido del humor, con algunos versos para enmarcar. Latigazos como «I hid the bottle in the woods to mark the spot where I first realized that we we have is more than good» (en la ebria rabieta resignada del amante abandonado por algo mejor -‘Denise’-), «I hope that you never forgive me, forever deny me your smile, cause I met this woman in Denver and now she is carrying my child» (la confesión amarga de que hay otra, que es más joven y está embarazada -‘Denver’-), «I got high with a Sufjan Stevens fan in Normal, Illinois, and this song goes out to all you beautiful American boys and girls» (que ya lo dice todo de ‘I Got High’) o «Trust me you don’t want to know how I really feel, I’d like to enjoy this meal, I don’t want to talk anymore» (en la furia interna previa al fin de una relación, ojo, profesional o artística -‘BFF’-) parecen sencillos, pero no está al alcance de cualquiera transmitir desolación con una media sonrisa.
Hubo un tiempo en que Clem Snide podían haber sido enormes y la vida les puso en la segunda fila, en la fila en la que se sientan los que, con discos como ‘The Meat Of Life’, seguirán poco a poco ganando algunos fans, no muchos, que les serán fieles para siempre.
Hoy 17 de marzo Clem Snide comienza su minigira española junto a Arizona Baby en la sala Heineken (también con Inhabitants), el 18 estarán en la sala Plateruena de Durango y el 19 en Mephisto, en Barcelona.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Wal-Mart Parking Lot’, ‘Denise’, ‘Anita’, ‘BFF’
Te gustará si te gustan: Lambchop, Elvis Perkins
Escúchalo: en Myspace, en 429 Records