El grupo barcelonés antes conocido como Facto Delafé y las flores azules vuelve ahora simplemente como Delafé y las flores azules, tras la salida de Marc Barrachina del grupo. Helena Miquel y Óscar Daniello, sin embargo, siguen adelante con este proyecto, presentando ahora su tercer disco, al que no le falta un (nuevo) título apocalíptico: ‘Delafé y las flores azules vs. las Trompetas de la Muerte’. A pesar de la separación, el ahora dúo sigue manteniendo más o menos una esencia bastante marcada, aunque quizá Helena Miquel tiene ahora más protagonismo. Cosa de la que nos congratulamos, claro.
El sonido del nuevo álbum no ha cambiado en demasía, aunque quizá sí que han introducido algún que otro instrumento que se deja notar en las composiciones. Sí, es justo lo que os estáis imaginando: el LP está plagadito de trompetas por todos lados, con todo lo bueno (que es un sonido muy reconocible, capaz de ponerte de buen humor y de hacerte soltar una carcajada cuando suena mientras Daniello anuncia “las trompetas de la muerte, miles de trompetas de la muerte”) y todo lo malo (la capacidad del instrumento en sí para empalagar de lo lindo) que esto implica. Pero por lo demás, las canciones son bastante similares a las que ya conocíamos con anterioridad, aunque con unas letras que parecen menos trabajadas que en otras ocasiones.
A ‘Vs. las Trompetas de la Muerte’ le falta una canción con tanta carga emocional como ‘Mar, el poder del mar’ o ‘Enero en la playa’. Sin embargo, destila mucho optimismo, lo cual ya es algo. Hay algunas autorreferencias en el disco, y muchos reconocerán trozos de letras de álbumes anteriores en el nuevo, como pasa en ‘La primavera’ (“la primavera ha llegado a la ciudad / y no sabes lo bien que me sienta, papá”). También hacen gala de su forma de entender Barcelona, retratándola casi como si de un cuadro costumbrista se tratara: “Barcelona, estás tan guapa / aunque huelas a cloaca” o “los paletas van de bólido / y lucen su repertorio”. Y vuelven a temas tópicos, como el deporte (“Hablemos de fútbol mejor / que Iniesta se merece el oro de balón / que si no se lo dan me corto una mano / o mejor me corto las dos. / Por Dios, cuánta ficción” en ‘Espíritu Santo’). Igualmente, a Helena y Óscar les da hasta para reírse de las canciones del verano (‘1984’), e incluso hacer una referencia a la canción que lo ha petado todo en los bares más chungos este pasado 2009 (“Palmeras que bailan con Míster Levante / ‘Uno, dúe, tré, cuatro’”), al tiempo que pincelan el verano barcelonés, lleno de guiris y de vecinos que miran las tetas a sus vecinas en la playa.
Las partes melódicas también tienen su aquel. ‘La compra’ tiene una prometedora melodía que por desgracia se queda en nada. ‘Éramos’ pierde fuerza al escuchar el último corte (un remix de Drama Veis que la pone patas arriba). Pasa lo contrario sin embargo con ‘Espíritu Santo’, el single que ya comentamos por aquí. Si bien la primera versión es quizá demasiado parecida a lo que hacen, la segunda (‘El Espíritu Loco del Teniente Bailaora’), mucho más downtempo, gana enteros por segundos. Y por supuesto, la parte de Helena Miquel en ‘Como loco’, que no sabes muy bien si estás escuchando a Delafé o a Nosoträsh, salvando las distancias.
Calificación: 5,75/10
Lo mejor: ‘Hoy’, ‘Río por no llorar’, el rollo retro de ‘La primavera’, ‘Como loco’. Y la portada, que mola mil.
Te gustará si te gusta(ba): Facto Delafé y las flores azules, porque no han cambiado mucho…
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