No hay que ser un lince para darse cuenta de que Pauline en la playa siguen en esto de la música por amor al arte. Casi diez músicos decidieron llevar al escenario del Neu! el pasado sábado para que se perdieran los mínimos matices posibles de sus últimas canciones. A poco que uno haga cuentas y por mucho que la sala estuviera bastante llena (se optó por dejar mesas y sillas en la pista, algo muy adecuado para este show más tranquilo de lo habitual), una puesta en escena de esta envergadura, rentable para ellas no es, al menos en lo económico. Si medimos el grado de satisfacción personal, seguro que los resultados son mejores.
Mar y Alicia siguen repartiéndose el liderazgo de Pauline en la playa por igual: ambas tocan y cantan, si bien Mar tiene un mayor protagonismo en las guitarras, con las que no puede evitar bromear como si no llegara a creerse sus progresos en estos años («yo ya las cojo a boleo, como los grandes»), y Alicia en las voces. Ambas se muestran de buen humor, encantadas de volver a Madrid y el público reacciona de manera similar, aplaudiendo al reconocer temas como ‘Pasos de ratón’, ‘Un monstruo’ o ‘Lo que pesa un hueso de cereza’, de los que nadie parece haberse olvidado.
La orquesta calla paciente cuando no le corresponde tocar y enriquece los momentos clave, a destacar el protagonismo del acordeón diatónico del miembro presente y representante del grupo de folk asturiano La Bandina, con el que Pauline han colaborado en su tema ‘Esos besos’. Quizá puede ponerse al set la única pega de que a veces precisamente los instrumentos se comen las voces de Mar y Alicia y no pueden descubrirse o redescubrirse las letras del grupo, su gran baza, como cuando las escuchas en casa, pero cuando ya las conoces al dedillo, como es el caso de ‘Quién lo iba a decir’ (juraría que ya les da la risa cuando tienen que decir lo de la tortilla) o, hacia el final ‘Mi bañera’, ‘Titubeas’ y ‘Un gran país’, el resultado es más que notable.
En el bis suenan ‘Mis zapatos cojos’, ‘Acabáramos’ y ‘Rueda corazón’, aunque lo bueno de verdad viene en el segundo grupo de bises, cuando Mar y Alicia cantan solas ‘Mis muñecas’ popularizada por Nosoträsh y las ‘Coplas del iconoclasta enamorado’ de Vainica Doble, aprovechando que siempre las «comparaban con ellas». Benditos los primeros a los que se les ocurrió hacer un paralelismo entre ambas formaciones porque su versión sonó tan bien que dio verdadera angustia volver a recordar que ya no tendremos más discos de Vainica entre nuestras manos. 7,5.