Yonquis embarazadas y gays confundidos en ‘Mi refugio’

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Yonquis embarazadas y gays confundidos en ‘Mi refugio’

22237_1_951Una pareja de guapos treintañeros descansa en una cama de un lujoso piso de París. Se besan, se acarician… y se ayudan a buscarse la vena para meterse heroína. Así empieza la nueva película de François Ozon. Un prólogo de 15 minutos, sin apenas diálogos, donde el cineasta francés es capaz de transmitir el sentimiento amoroso que envuelve a la pareja en medio de un descarnado proceso de autodestrucción.


A partir de ahí, el director de ‘8 mujeres’ construye un drama intimista y algo parsimonioso que gira alrededor del concepto de “refugio”. La protagonista, una embarazadísima Isabelle Carré, pierde sus refugios –materiales, artificiales, emocionales- y busca otros, al mismo que tiempo que su propio cuerpo actúa como refugio para su bebé.

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Pero, ¿qué pasa cuando otra persona intenta acceder a tu guarida pidiendo cobijo? Es en esa disyuntiva, en el proceso de apertura de la protagonista a su “cuñado” (interpretado de forma regulera por el cantante Louis-Ronan Choisy, autor también de la banda sonora), donde la película se pone en funcionamiento adquiriendo entidad y densidad dramática. Es la típica relación de amor-odio, sí, pero con un componente que la dinamiza: él es homosexual. Un detalle que lleva la relación por caminos menos trillados, deparando soluciones más imprevisibles.

Pero no sólo se refugian los protagonistas. También lo hace el director. Poco presupuesto, escenarios limitados, nada de estrellas, rodaje en digital… Ozon economiza al máximo sus recursos materiales intentando potenciar los elementos dramáticos. El resultado, a pesar de sus muchas virtudes, es eso que se suele denominar una “película pequeña”, de esas que los directores consagrados hacen antes de embarcarse en un proyecto de más envergadura: ‘Potiche’, protagonizada por Gerard Depardieu y Catherine Deneuve, y seleccionada para la próxima Mostra de Venecia. 6.

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