La banda del nombre de gato de ‘Sabrina, cosas de brujas’ ha publicado al final su primer largo, tras el hechizante EP que descubrimos dos años atrás. Las once canciones que conforman este ‘King Night’ podrían ser un solo track sin ningún problema, al estilo mixtape.
El disco comienza el recorrido con las dos pistas más melódicas, que podrían valer incluso para algún club que abra hasta las tantas y que guarde joyitas para reproducirlas cuando llega la mañana. Los sintetizadores de ‘Asia’ dibujan una clara melodía emotiva que a lo largo del disco apenas encontraremos, ‘Frost’ suena a canto de iglesia con una caja de ritmos taladrante y nos topamos con versos hip-hop endiablados en ‘Trapdoor’ y ‘Sick’. En ‘Hound’ hay un momento en el que se atreven incluso con la percusión tribal.
El tempo, las voces y la ambientación son parecidas en todas las canciones de Salem, que consiguen crear una atmósfera personal e intransferible. Al escuchar el disco, uno puede añadirle imágenes al mundo que han creado con el sonido; de hecho sería una idónea banda sonora para alguna película de terror espiritual. Y es que Salem dan miedo, por muy majetes que parezcan en las fotos.
Calificación: 7/10
Suenan a: M.I.A. a lo oscurete, The Knife distorsionado.
Lo mejor: ‘Asia’, ‘Hound’, ‘Frost’.
Escúchalo: Spotify