Los caminos del revival son inescrutables. Cuando el mundo creía que se le había sacado todo el jugo a los años ochenta (con el post-punk y el petardeo por montera), empieza a surgir una hornada de artistas que reivindican sonidos no tan obvios pero fácilmente identificables con esta década que parece no pasar de moda.
En el caso de la londinense Anna Calvi y su homónimo disco de debut, las influencias ochenteras se perciben en unas guitarras crepusculares a lo Chris Isaak (sic) y una voz que recuerda a Kate Bush, aunque podríamos asociar su actitud a la de otras cantantes de armas tomar como PJ Harvey.
El sonido en general es claro, espaciado, con un punto de nostalgia. Pero aquí lo que importan son las canciones y, francamente, hacía tiempo que no escuchaba tantos temas buenos juntos en un disco: desde el comienzo, el instrumental ‘Rider to the Sea’, con esas guitarras que parecen perderse en la noche, hasta el final, esa enorme ‘Love Won’t Be Leaving’ que a la vez suena épica e intimista, el álbum no tiene desperdicio. No en vano, leyendas de la música como Brian Eno han definido a Calvi como «lo mejor desde Patti Smith». Su single ‘Jezabel’ (una versión de un tema popularizado por Edith Piaf) ya causó sensación el año pasado dejando a mucha gente expectante ante lo que sería su debut, grabado en Francia bajo la batuta de Rob Ellis, que ha trabajado con la mencionada PJ Harvey así como con Marianne Faithful o Scott Walker. Para la grabación han utilizado un equipo completamente analógico, lo cual se agradece en la riqueza del sonido: no hay mucho más que guitarra, bajo y batería (todo pasado convenientemente por una reverberación gloriosa) pero todo desprende una profundidad auténtica.
Quizá lo mejor que se puede decir de ‘Anna Calvi’ es que es un disco que se escucha y se te queda, estés haciendo lo que estés haciendo.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘No more words’, ‘Suzanne & I’, ‘I’ll Be Your Man’, ‘Love Won’t Be Leaving’
Te gustará si te gusta: Kate Bush, Chris Isaak, PJ Harvey
Escúchalo: The Guardian