Nadie conoce por completo a su artista favorito hasta que no acude a un concierto homenaje. Es entonces cuando las debilidades (aunque de estas anoche se vieron pocas) y fortalezas del mismo salen a relucir. Christina Rosenvinge, Nacho Vegas, Amaral y Hugues Aufray se reunían este martes 24 en la azotea del Círculo de Bellas Artes de Madrid para rendir homenaje a Bob Dylan en una velada en la que el músico francés se lució más que ningún otro.
«Por su culpa hago estas cosas». De esta forma, Christina Rosenvinge comenzaba su particular homenaje a Dylan agradeciendo la labor del compositor de Minnesota. La velada arrancaba de la mano de la madrileña, que escogió ‘Canción del eco’ de su laureado ‘La joven Dolores’. Como había adelantado a JENESAISPOP, Rosenvinge versionó ‘Don’t Think Twice, It’s All Right’ de ‘The Freewheelin» (1963) tras confesar que se trataba de «la primera canción que había aprendido de Dylan».
Nacho Vegas tomó el relevo a Rosenvinge con una adaptación de otro «de los grandes creadores del siglo XX». El asturiano desempolvó una vez más su versión en español de ‘The Stranger Song’ de Leonard Cohen. «Nunca me atreví a adaptar a Dylan porque el respeto que me producen sus letras me paraliza», explicó Vegas para presentar su adaptación de ‘Simple Twist of Fate’ del ‘Blood on the Tracks’, que supo perfectamente llevarse a su terreno personificando una de las estrofas.
La nota cómica de la velada la puso Juan Aguirre. El guitarrista de Amaral tuvo problemas para salir del ascensor. Una vez en el escenario, el artista bromeaba con la posibilidad de que Intereconomía hubiese intentado «boicotear» la velada. Una vez calmado, el dúo interpretó con la fuerza que le caracteriza su nuevo tema ‘Hacia lo salvaje’ (disponible en Rolling Stone) y contentó al público con su conocida adaptación al castellano del clásico de Dylan ‘A Hard’s Rain Is Gonna Fall’, convertido en ‘Llegará la tormenta’ para la Expo de 2008. Rosenvinge y Vegas se unieron a Amaral para interpretar ‘Dead Is Not The End’, un magistral canto a la vida adaptado al castellano por el asturiano y el dúo maño.
Acto seguido, el músico francés Hugues Aufray se convirtió en el plato fuerte de la velada con una interpretación limpia, sincera y apasionada de los clásicos del homenajeado. Aufray, cuyo repertorio incluye conocidas adaptaciones al francés de las canciones de Dylan, agradeció con buen castellano el homenaje a su «amigo». «Para mí no son meras traducciones. La poesía no se traduce. Cuando algo te gusta, se comparte. Yo quería dar a conocer sus canciones a fuerza de transmitirlas», explicaba para presentar ‘Heart Land’, canción de Dylan que hizo propia añadiendo dos estrofas. Tras esta, Aufray llevó a su terreno las archiconocidas ‘Blowing in the Wind’, ‘Mr. Tambourine Man’ o ‘Like A Rolling Stone’. Porque, al fin y al cabo, de eso se trataba: de hacer suyas canciones que hoy, sombras de lo que un día fueron, siguen emocionando. Con un «Bon Anniversaire, Bob» y tras pedir permiso al público para interpretar su aclamado ‘Santiano’, Aufray se convirtió en el mejor maestro de ceremonias para felicitar a ese joven testarudo que cambió el rumbo de la música.