Paredes de Coura 2011

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Paredes de Coura 2011

Volver del Paredes de Coura pensando en lo mucho que nos queda aún por aprender en España sobre festivales era algo más o menos previsible con solo echarle un ojo al cartel de la edición de este año. A cambio de un abono que cuesta los 75 euros que aquí te cobran por ver a Vetusta Morla, Dorian, Ellos y Love Of Lesbian un año tras otro, el Paredes apunta más arriba con una, a priori, muy sugerente mezcla de pesos pesados (Pulp, Death From Above 1979, Kings Of Convenience, Mogwai…), pesos medios (Metronomy, Deerhunter, Blonde Redhead, Battles, No Age…), interesantes promesas (Twin Shadow, Summer Camp, Wild Beasts, Marina & The Diamonds…) e, incluso, alguna boutade (Omar Souleyman).


Pero resulta que una vez allí las expectativas se ven sobrepasadas por la evidencia de la realidad: un recinto inteligentemente adaptado a una orografía terrible (sacando todo el provecho de la ladera como grada natural para el escenario grande y del río como zona de baño para campistas); una preocupación pasmosa por ofrecer variedad en los servicios (puesto de gominolas incluido), situarlos a mano (las barras a los lados del escenario Ritek y los dos puestos de reconocidas marcas de fast food al pie del After Hours eran para nota), aligerar cualquier posible trámite (no había tickets; sí hubo alguna cola) y ofrecer todo ello a unos precios tan populares que provocaban risa floja (mantener a la gente dentro del recinto y que consuma sin llevarla a la ruina: esa utopía); y un público portugués bastante más respetuoso de lo que estamos habituados por aquí (incluso, a veces, en exceso).

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Y todo a ello a unos 20 minutos de la frontera con España. No es de extrañar que Paredes de Coura esté ya marcado en la agenda de muchos españoles (gallegos, sobre todo, pero no solamente) como fecha indispensable del verano. La organización cifra en un 30% nuestra asistencia, lo que nos convierte un poco en los guiris del, como lo ha denominado algún medio nacional, FIB del noroeste (aunque este año, por cartel, el Paredes fuese más un Primavera Sound mini).

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La falta de sorpresa ha sido, quizás, la tónica general de este Paredes de Coura 2011. Los cabezas de cartel cumplieron su papel con los grandes conciertos que se esperaba de ellos. Pulp, con el mismo Jarvis Cocker hiperactivo y parlanchín de siempre, desordenaron el setlist del Primavera Sound, dejando fuera ‘Underwear’ o ‘I Spy’ e incluyendo ‘Acrylic Afternoons’ o ‘O.U. (Gone, Gone)’, en un concierto absolutamente inolvidable. Kings of Convenience, tan integrados en el festival que Erlend Øye incluso se llevó su guitarra al río en una de las imágenes del festival, triunfaron con un recital delicioso que, sin embargo, al ser en acústico, quedó tapado por el rumor del público en más ocasiones de las deseadas. No era la hora ni el lugar y, con todo, el emocionante momento de comunión general en la versión de ‘Corcovado’ en los bises quedará para el recuerdo. Mogwai, un poco a piñón fijo, y Death From Above 1979, arrolladores, cerraron una jornada de sábado en la que sí sorprendía, por desgracia ante muy poco público (el resto ya tomaba posiciones en el escenario Ritek para ver a los cabezas del día) la fuerza y el descaro del directo de No Age, con un simpático Dean Allen diciendo “abrigado” (sic) al final de cada canción.

También cumplieron con buenos shows Metronomy, divertidísimos, despejando la duda de cómo casaban en un mismo repertorio las canciones de ‘The English Riviera’ y sus dos anteriores trabajos, tan diferentes en estilo e intenciones (fantástica la versión acelerada de ‘Corinne’, por cierto); Two Door Cinema Club, en progresión y dejando más ganas, si cabe, de su futuro segundo trabajo; Battles, los Rinôçérôse del africanismo, espectaculares por sí mismos y también por comparación en un cartel bastante falto de originalidad (si es que a Battles los podemos considerar como tal); Omar Souleyman, acompañado solamente de teclado, notoriamente encantado con un público enloquecido desde el primer acorde (¿tiró de hits?, ¿repasó sus caras B?, ¿hizo alguna versión?… ¿quién sabe?); y Twin Shadow, que consiguieron trasladar la emoción de las canciones del ‘Forget’ al directo transformándolas en algo diferente y muy interesante.

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Correctos, sin más, los conciertos de Wild Beasts, indemnes a pesar de su difícil emplazamiento entre Omar Souleyman y Crystal Castles; Le Butcherettes, mucho mejor en directo que en disco; Crystal Stilts, demasiado parecidos a demasiadas cosas; y Maika Makovski, que bromeó con su sustitución de última hora tras la caída de Foster The People dos días antes del inicio del festival, y tuvo en las primeras filas el apoyo incondicional del público español.

A cambio, también hubo sonoras decepciones. Crystal Castles ofrecieron su ya habitual show decadente con bases que duelen de tanta saturación y con la voz de Alice Glass apenas audible entre el caos sonoro y los horribles filtros que le meten. Si a eso le sumamos el agobio que se vivía en el escenario After Hours (también escenario 2), claramente insuficiente en horas punta (pasó lo mismo en el concierto de Metronomy), es perfectamente entendible que los escépticos ni siquiera aguantasen hasta el final del concierto. Marina And The Diamonds estaban un poco descolocados, y remontar la emoción del concierto previo (Kings Of Convenience) era igual de anticlimático que irte a ver a Delorean justo después de Pulp. Tampoco ayudaron a creerse el directo de Marina ni las voces pregrabadas ni su pose de diva, claro que una vez sentada al teclado y cantando a pelo es capaz de callar cualquier boca. Horrible, horrible lo que hace con ‘Mowgli’s Road’, ventilada junto ‘I’m not a robot’ al comienzo del concierto.

Blonde Redhead empezaron bien pero acabaron bastante perdidos en la grandilocuencia de una propuesta magnética pero que deja absolutamente frío, algo así como la propia expresión facial de Kazu Makino. Warpaint se mantuvieron planas desde un principio y, en consecuencia, más allá de la tercera canción resultaban aburridas. Summer Camp, que entraron en cartel a última hora, tras la caída de Jamaica, dejan de lado en su directo el toque retro de su EP de presentación, convirtiendo sus canciones en buenas composiciones pop, pero demasiado convencionales y, en ocasiones, anodinas. Una pena, porque tienen potencial para hacer algo más grande.

Gracias a hangtheguille por las fotografías.

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