El mal gusto perdura

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El mal gusto perdura

John Waters elige a la perfección sus palabras mientras se pregunta cómo ‘Pink Flamingos’ puede seguir impactando en una sociedad donde parece que ya está todo visto. El artista paseó hace unos días por Madrid sus obsesiones, su aire refinado y su particular forma de concebir el cine haciendo gala de su humor macabro y de su incombustible verborrea. Hablamos con Hidrogenesse sobre él, que a su vez habló de Almodóvar o Lady Gaga.


Waters ha callejeado por Malasaña, ha posado con Alaska y Mario Vaquerizo y ha prodigado que se puede ser una estrella oculta entre las gradas. No hacía falta ser celebrity para acercarse al genio de Baltimore, por ejemplo durante su rueda de prensa. John se deja fotografiar, habla sobre su primer viaje a España y escucha con atención a sus seguidores mientras degusta una copa de vino blanco. De fondo suena Hidrogenesse, otros que tampoco han desaprovechado la oportunidad de intercambiar impresiones con el bautizado Papa de la basura. «Creo que si John Waters conociera a las Nancys Rubias, le encantarían», nos explican casi al unísono Carlos y Genís. «Su estética, su música y su forma de concebir la fama podría encajar en sus películas», prosigue Carlos. «Su música le gustaría más que un grupo indie como el nuestro», añade Genís. Sin embargo, ellos fueron los elegidos junto a Trash Kit, Narwal, Halo Halo, Salto de cama y Greendogs para homenajear a Waters en su visita a nuestro país con motivo del festival Rizoma. Hidrogenesse incluso le dedican dos canciones nuevas, que seguramente formarán parte de su nuevo disco. «Pero aún queda para eso», matizan.

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Tras las primeras impresiones sobre el tocado de Genís y la puesta a punto con ‘El artista’, Hidrogenesse mostraron su interpretación del trash movement con un cuidado repertorio en el que alternaron sus nuevas y viejas canciones.» ‘Ahora vamos a tocar ‘A los viejos’. Un tema dedicado a los viejos como el que hoy se encuentra aquí», dijeron mientras le buscaban con la mirada en la distancia. No faltaron ‘Disfraz de tigre’, ‘Así se baila el siglo XX’ y ‘Caballos y ponis’. Un acertado setlist que consiguió retener a Waters hasta el final.

A sus 65 años, Waters se calza unas zapatillas, deslumbra con un floreado blazer de Comme des Garçons y lanza dardos envenenados contra la industria de Hollywood como ya hiciera en ‘Cecil B. Demented’. «Ahora es más fácil hacer cine basura. El trash se ha convertido en la cultura que América exporta hoy», matiza. En un momento en el que las etiquetas han perdido su esencia y los límites parecen dispersos, Waters reivindica la importancia de ser uno mismo. «La gente dice que es gay cuando no lo es. Es una cuestión de clase ser gay», ironiza. Previsiblemente, el nombre de Lady Gaga sale a relucir en el momento en el que Waters recordaba a su musa Divine. «Apoyo a Lady Gaga. Creo que es estupenda para los chicos de 14 años. Ha hecho que a los chicos les sea más fácil salir del armario en el instituto. Pero también es cierto que no me parece tan nueva y fascinante como a un adolescente», añade. Quien sí parece contar con su agrado es Pedro Almodóvar. «Creo que es el mejor director de cine en la actualidad», recalca en su afán por alabarle. Una vez más el maestro quedó prendado de la transformación del que fuera su discípulo. «Aunque reconozco que lo que hago no es del gusto de todo el mundo». Y que así sea, Mr Waters.

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