En medio del puente más largo posible y con la Navidad a la vuelta de la esquina, aparecen varios estrenos de cine de animación. Predominan cosas como las secuelas animales ‘Happy Feet 2 ‘ o ‘Alvin y las Ardillas 3 ‘, el reestreno en 3D de ‘El Rey León’, la misma que se estrenó en 1994 con el reclamo de este formato, o el retorno de un secundario de la serie ‘Shrek’, donde otro felino en 3D se convierte en protagonista en ‘El Gato con botas’.
Del mismo modo que los romanos ocuparon toda la Galia salvo la aldea de Astérix, nos encontramos al margen dos guarniciones de legionarios que aguantan con guiones originales, la francesa ‘El Ilusionista‘ y la belga ‘Pánico en la granja’, que aunque aparentemente están dedicadas al público infantil, están lejos de ser pasto para todos los públicos.
Algo de secuela podemos encontrar en la belga, ya que está basada en la serie de televisión con el mismo título y que fue distribuida por Aardman Animation, productora de ‘Wallace & Gromit’. Utilizando la antigua técnica del stop motion, rodando fotograma a fotograma, nos encontramos ante una historia atípica, resultona y surrealista interpretada por unos protagonistas de plástico y plastilina: un caballo que lee el periódico, se ducha con frecuencia y comparte casa con un cowboy y un indio.
El mencionado triángulo mantiene una amistad leal e inquebrantable y esta es una de las pocas conclusiones que el público infantil puede extraer. Es una lástima que la fiebre loca surrealista que se desprende de él, lo mejor de la película, no tenga lugar durante más parte del metraje y arranque sólo después del primer tercio. Ese es el único pero que se puede poner a esta notable cinta en la que en cada fotograma y en cada diálogo hay humor y momentos tan desconcertantes como disparatados, donde no deben pasarse por alto los pequeños guiños musicales, como el de Camillo Felgen con ‘Sag Warum’, que fue construido en su día sobre una melodía de Phil Spector. 7.