Destroyer, el personaje

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Destroyer, el personaje

Destroyer ha publicado algunas de las canciones más elegantes de los últimos tiempos, así que había ganas de verle en un entorno como el Teatro Lara, después de que nos hubiera conquistado en el Día de la Música el año pasado, en los días en que presentaba el sobresaliente ‘Kaputt‘. Dan Bejar, que por cierto dedicó la última canción antes del bis a «la familia Béjar in the audience», arrancó a capella, con un ‘Your Blues’ que fue incorporando instrumentos hasta sumar los de los siete músicos (algunos alternan más de uno) que le acompañaban, esta vez apretujados en un pequeño escenario.

Los problemas de ecualización de esta canción quedaron resueltos en una completamente deslumbrante ‘Savage Night At The Opera’ que, gracias a su envolvente e híper desarrollado final, hizo ya al público estallar en aplausos. Seguía en el repertorio ‘Kaputt’: imaginaos. Era difícil mantener el nivel de 10 vivido durante estos primeros instantes, y esos cinco minutos de samples de distorsión a cargo de uno de los músicos, no contribuyó mucho (aunque tampoco fue como para que un asistente se empeñara en gritar una y otra vez «what the fuck is going on?»). Sin embargo, se consiguió llegar a casi la misma altura en algunos puntos, como ‘Chinatown’, ‘Suicide Demo For Kara Walker’, ‘Downtown’ o ese bis perfecto con ramalazos de trance que fue ‘Bay of Pigs’. ¿Con qué canción, si no, iba a despedir su concierto?

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Dan Bejar, cuya voz en los momentos más blueseros era difícil no comparar con la de Bob Dylan unos días después de haber visto a este en vivo, apenas abre los ojos para mirar al público. Se apoya tristemente en un pie de micro bajado hasta el máximo, que utiliza casi como bastón, y se limita a dar sólo un paso hacia adelante y hacia atrás, y a agacharse constantemente primero para tomar una de las dos cervezas con que salió a la salud del patrocinador Son Estrella Galicia, y segundo y principal, para quedarse ensimismado en su mundo. Es curioso que aunque las letras quedaran ligeramente ahogadas por una banda de músicos impresionante (a destacar el saxo, siempre más vistoso, pero también los fantásticos teclados o la sección rítmica), su personalidad destacara por encima de todo. 8.

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