Los singles de la última década de Pet Shop Boys no han tenido la repercusión que merecían. Aunque estaban perfectamente a la altura de sus clásicos, ‘Flamboyant’, ‘Minimal’, ‘Integral’ y ‘Love Etc’ no terminaron de acomodarse a las emisoras de radio y las pistas de nuestros días. Peor aún, maravillas como ‘Pandemonium’, ‘The Way It Used To Be’ o ‘More Than A Dream’, de su última entrega hasta el momento, ‘Yes’, ni siquiera fueron extraídas como sencillo. Como si hubieran decidido dejar de intentar lograr un ultrahit, como si se hubieran creído la teoría de sus amigas de que Madonna es demasiado mayor para intentar colocar pelotazos en Radio One, esta vez no hay rastro de un single claro en la línea de un ‘It’s A Sin’ o un ‘West End Girls’, ni tampoco de Xenomania en la producción.
Pet Shop Boys exploran en ‘Elysium’, en cambio, su lado «adulto», que en realidad llevan manejando desde el principio de su carrera y que supieron perfeccionar tan pronto como a los 31 años en ‘Behaviour’. Si en aquel álbum ya había restos de calmado y elegante R&B, ahora han decidido contar con un colaborador de Kanye West, Destiny’s Child, Common, Nas y John Legend que tiene la misma edad que ellos cuando despacharon ‘Being Boring’. Se trata del productor Andrew Dawson, que parece la persona idónea, por ejemplo, para la ambientación decadente de la balada ‘Invisible‘, una canción sobre hacerse viejo, y a la postre, aunque casi nadie lo viera venir, uno de los puntos cumbres de este disco.
En aquel momento extrañaba que Pet Shop Boys presentaran ‘Elysium’ con una canción así, pero al final las piezas encajan. El disco, titulado como la vida después de la muerte para los héroes en la mitología griega, no sólo habla sobre la edad sino sobre el estatus del grupo en el mundo de la música, después de décadas en el negocio. Por supuesto no podían dejar de hacerlo desde su prisma particular, y así ‘Your Early Stuff’ recopila algunas de las frases que Neil Tennant tiene que aguantar de los taxistas de Londres, que asumen que Pet Shop Boys están retirados y que si no, es por el dinero. Otra de las canciones metamusicales es ‘Ego Music’, que aparte de alguna estrofa para enmarcar («I see myself as a building / My mind is the office where the world gets done / There’s a nightclub in the basement when I need some fun / And in the penthouse later, that’s where the magic happens»), parece contener cierto carácter autoparódico («I think what fastinates people about me / And I’m really grateful to my fans / Is that I’m totally fearless / And people really get that»).
Musicalmente, el dúo no se ha preocupado de dar una unidad clara a sus reflexiones, y una extraña secuencia por la que aparece tan pronto la olímpica ‘Winner‘, como el baladón navideño con créditos a George Frideric Handel ‘Hold On’ o la muy Burt Bacharach ‘Give It A Go’, junto a un par de pistas algo debiluchas como ‘Breathing Space’ o ‘Everything Means Nothing’, impiden que de nuevo, teóricamente, hablemos de otra obra maestra de Pet Shop Boys. Sin embargo, como ya sucedía en ‘Fundamental’ y ‘Yes’, a pesar de sus imperfecciones, ‘Elysium’ presenta una enorme cantidad de virtudes que lo elevarán a tu lista de discos más escuchados del año, aunque la razón te diga lo contrario.
La siempre a punto de explotar -y por ello adecuada para este disco- ‘Face Like That’ pone seriamente en peligro la teoría de que ‘Elysium’ no tiene singles claros. El actual, ‘Leaving‘, que abre el álbum, sin cesar de repetir estrofas y estribillos como si Neil Tennant luchara por asumir tristemente la marcha sobre la que canta, es una de las mejores composiciones de su carrera. ‘Memory of The Future’ es otro de sus medios tiempos adultos casi perfectos, y la final y de rocambolesco título ‘Requiem in Denim and Leopard Skin’ vuelve a retomar con sentido del humor el tema de las estrellas del pop, describiendo el perfecto final para la carrera de Pet Shop Boys (esperemos que no sea premonitaria como la última canción del que ha sido el último disco de R.E.M.).
Más allá de coartadas intelectuales, ‘Elysium’ es un álbum disfrutable en la belleza de sus melodías, adecuado para el período de madurez que vive el dúo, y al mismo tiempo también para las nuevas generaciones que disfrutan de la elegancia de Jessie Ware o Frank Ocean (el descubrimiento del amor es un tema que aparece repetidamente en las letras, como ‘Hold On’ o ‘Give It A Go’). Es, de nuevo y por tercera vez consecutiva, el mejor disco que los maestros del pop podían hacer después de tantas entregas.
Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘Leaving’, ‘Face Like That’, ‘Invisible’
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Escúchalo: en Spotify.