Templeton: «No ser cínico hoy en día puede ser una forma de destacar»

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Templeton: «No ser cínico hoy en día puede ser una forma de destacar»

Durante la entrevista dirán que no son detallistas, pero lo son: a mitad de nuestro encuentro me di cuenta de que la grabadora… no estaba grabando. Una de las cosas que uno descubre cuando los hados no están de su parte es que tienes mejor memoria de lo que piensas, y con el material que se acumulaba en mi cabeza era suficiente para que el lector medio pudiera conocerles. Sin embargo, se ofrecieron amablemente a repetir la entrevista, otro día. Santi Castillo (guitarra) y Álvaro Martínez (voz) volvieron a ceder su casa -y sus cápsulas de café-, y Javier Carrasco (teclados) volvió a acercarse para que intentáramos reconstruir la escena del crimen, pero… hay algo que uno descubre haciendo entrevistas: cada una es única e irrepetible.

Faltaban Brian Hunt (guitarra), Gonzalo Mamano (batería) y Pablo Bordas (bajo). El sexteto ha facturado uno de los álbumes más melódicos del año, ‘El Murmullo‘, en el que los ambientes guitarreros y el slowcore de su primer disco, ‘Exposición Universal’, se han apartado en beneficio de una mezcla equilibrada de canciones atemporales, alejadas, según palabras de Manu Punsetes/Antonna, del cinismo habitual del indie patrio. ¿Nuevos clásicos en una época de iconoclastia? Podréis comprobarlo esta noche en Madrid, en la sala Wind, junto a Rusos Blancos, grupo con el que comparten teclista, Carrasco, una de las personas más ocupadas del panorama actual: no contento con esa doble tarea, tiene un alter ego en solitario (Betacam), le quitó polvo a las viejas canciones de Parchís y si le queda algo de tiempo colabora con gente como Javiera Mena.

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Templeton también estará tocando en Valencia el 20 de octubre (Festival Deleste), en Albacete el 26 (Velouria) y en Santander el 27 (Rocambole).

‘El Murmullo’ es un disco más personal y maduro que ‘Exposición Universal’. En un grupo que lleva poco tiempo es lógica una evolución así en relativamente poco tiempo, pero vosotros lleváis diez años juntos. ¿A qué se debe este cambio entre un disco y otro?
Santi: «Creo que viene dado porque ‘Exposición Universal’ no tuvo la misma concepción como disco que ‘El Murmullo’, porque de hecho no estaba concebido como un disco. Fue el resultado de las dos primeras grabaciones de nuestra historia, desde la total inexperiencia y en dos momentos diferentes, con algunas canciones que llevábamos tocando en el local de ensayo durante seis años, por lo que era un recopilatorio de todos los bandazos que Templeton había ido dando para encontrar su personalidad. Con esas canciones grabadas, Subterfuge nos escuchó y dijo que juntáramos todas en un solo CD, le pusiéramos un título y que sería un disco. ‘El Murmullo’ es lo contrario: pudimos reflexionar, teníamos mucho más claro qué era lo que hacíamos bien y qué era lo que hacíamos mal, qué errores no había que cometer y por dónde había que tirar, y ya tiene una concepción de principio a fin como disco y creo que se nota esta diferencia».

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¿Incluso en el sonido teníais ya la idea de esa evolución?
Javier: «No es tanto que supiéramos qué queríamos hacer como qué no queríamos hacer, los arreglos que no queríamos repetir. El disco no es tanto maduro como más madurado, lo hicimos de arriba abajo en maquetas y así sabíamos exactamente lo que queríamos: aquí sabíamos que queríamos estas guitarras, este sonido, aquí llevamos charles y aquí no… Está más trabajado».

¿Quiénes componen y cómo es ese proceso?
Javier: «Así como el primer disco era más de local de ensayo, en el que todos hacíamos la música y luego las letras, en éste les enseñé unas cuantas canciones seguidas y trabajamos sobre esa base. A la vez, hay canciones que hicimos a tres manos -algo que ya habíamos hecho y que nos gusta mucho-, otra de Santi… Digamos que el 80% de las canciones son mías y el 20% del resto».

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Javi, vives un buen momento creativo tanto con Templeton como con tu proyecto en solitario, Betacam…
Javier: «Si vieras lo que tengo en el ordenador, no dirías eso…» [risas]

¿Esto es un acicate para que los demás se animen a aportar cosas?
Álvaro: «Sí, en todos los sentidos. Cuando ves que la canción que ha traído tiene muchas posibilidades te apetece tocarla una y otra vez, trabajarla, exprimirla…»
Javier: «Si yo hago una canción de arriba abajo no la veo con distancia. Ellos decían que había cosas que estaban bien y otras que no. Por ejemplo, cosas de la letra que a Álvaro no le gustaban o que directamente decía que no era capaz de cantar, y decidíamos rehacerla. Teníamos un código de colores».
Álvaro: «En rojo, no lo toques; en amarillo, tienes cierta libertad pero si lo puedes dejar, mejor, y en verde, puedes cambiarlo».
Javier: «Es curioso que dentro de una canción que está hecha prácticamente con una frase cada uno, la puedes hacer tuya perfectamente».

Es lo que pasa con ‘Miércoles Capítulo’.
Javier: «Cada uno hicimos una estrofa».
Álvaro: «Y con ‘Miedo De Verdad Y En Condiciones’ pasó tantas veces… Estuvimos componiendo y recomponiéndola».
Javier: «En ‘Miércoles’ había estrofas que decía «esto es una mierda, vamos a cambiarla»».
Álvaro: «Y luego fuimos añadiendo más estrofas, la intro… Eso sí que fue un trabajo coral, porque estaba bastante cerrada pero después la trabajamos mucho. Hay muchas canciones que les dimos la vuelta, porque ‘Miércoles Capítulo’ es en esencia la misma canción que trajo Javi, pero era mucho más tecnopop».
Javier: «Mucho más tontorrona».
Álvaro: «Entonces vinieron Santi y Brian con los arpegios de guitarra y cambiaron la canción».
Santi: «Con muchas de las canciones pasaba eso. En general nos gustaban mucho pero en Templeton le quitamos bastante azúcar. Las canciones de Javier están ahí pero Templeton hace una labor de filtrado y le da su propio sonido».
Javier: «Yo no quiero tocar canciones de Betacam con Templeton, yo quiero que aporten ellos lo que sea y suene a la banda, con Betacam ya me despendolaré yo pero en Templeton quiero que ellos pongan de su parte».

¿El cambio de sonido que habéis tenido tiene que ver con que el disco lo haya producido Paco Loco? ¿Hasta dónde le dejasteis meter mano?
Álvaro: «Ayudó sobre todo la infraestructura que tiene Paco montada, puedes contactar con músicos para tenerlos a tu disposición, en el tema de las cuerdas, la trompeta, etc. Los arreglos ya estaban pensados, no obstante».
Javier: «También nos quitó vicios y tonterías, decía «venga, callaos la boca y vamos a grabar esto». La concepción de ‘El Murmullo’ es más abierta, más psicodélica, y no tan cerrada en el indie guitarrero del disco anterior».
Álvaro: «Una cosa que me gustó mucho de cómo lo grabamos fue que en el primero metimos mano a la grabación en sí y en este repetimos tantas tomas como nos hiciera falta. En el otro hicimos mucha edición. Paco te animaba mucho para que hicieras la mejor toma y en ese sentido, aunque el disco está muy arreglado, muy trabajado, las tomas son muy naturales».

‘El Murmullo’ es un disco que parece muy cuidado. ¿Os consideráis detallistas?
Javier: «A veces somos un poco chapuceros, pero sí es cierto que casi todos los discos que nos gustan los escuchamos una y otra vez y encontramos detalles que a lo mejor hace años que no escuchábamos, y eso lo queríamos plasmar en nuestro disco, que tuviera una riqueza para que pudieras escucharlo varias veces seguidas y seguir disfrutándolo, que no te lo supieras de memoria la primera vez».
Santi: «Depende de cómo entiendas el detalle. Si lo entiendes como que en cada canción haya un montón de arreglos sonando a la vez, con una serie de capas «complicadas», puedes decir que sí es una música que cuida el detalle, no es punk de guitarra y batería. Pero puede ser también justo lo contrario, no estar tocando todos a la vez o meter una guitarra porque sí. En ese sentido, creo que Templeton tiene un camino por recorrer para cuidar el detalle».

Siendo seis personas, hay que pensar también en qué no meter en la canción.
Santi: «Ahí está el rollo, muchas veces por inercia estamos los seis tocando todo el rato, cada uno una cosa, etc. Eso no es garantía de que la canción vaya mejor ni mucho menos, a veces queda mejor cuando solo somos tres en el ensayo y descubres unos matices que no los habías descubierto cuando somos seis. Esos detalles es algo que tendremos que trabajar en el próximo disco».

¿Vivís con las canciones un proceso de eliminación de esos detalles superfluos, de pulir?
Javier: «Cada vez más. Hemos hablado de hacer algo, sin caer en el tópico de «disco grabado casi en directo», sabiendo hasta dónde podemos llegar depurando todo al máximo. Ahora estamos ensayando y nos damos cuenta de que lo estamos consiguiendo».

No hay muchos grupos indies que busquen tanto el detalle como vosotros, ese clasicismo que muchas veces no está bien visto.
Javier: «Estoy de acuerdo contigo, a lo mejor no es la corriente de «ahora se lleva el ruido», «ahora se llevan las maquinitas…» Parece que tirando a lo clásico te quedas siempre fuera, pero ahora no se me ocurre qué grupos pueden estar en nuestra onda… Aunque tampoco creo que seamos tan clásicos en realidad».
Santi: «El otro día estaba hablando con Manu, de Antonna. Le contaba que, mientras que nosotros estábamos intentando sonar clásicos, los grupos que nos gustaban tiraban más hacia lo sintético, estaban intentando darle una vuelta al original… y dijo Manu que apreciaba en el disco que, ahora que la gente va con un rollo mucho más cínico, tuviésemos ese toque romántico y más sincero. Y ver que cosas que te planteas son valoradas así es muy positivo. Hoy en día puede ser incluso una forma de destacar…»

Vuestras letras no son nada cínicas, es cierto, pero hay momentos chocantes como en ‘El Caminante’, donde decís «te querré hasta que te mueras».
Javier: «Ahí intenté, por un lado, ser lo más claro, dentro de que es una historia medio inventada, medio aplicada a un personaje de nuestro pueblo [Torrelavega]. A veces me gusta jugar con el lenguaje, no es que lo haga mucho, pero me apetecía darle esa vuelta de decir «hasta que me muera yo no, hasta que te mueras tú»».

La coda final de ‘Miedo De Verdad Y En Condiciones’ es parecida: es algo de tan clásico que suena… diferente.
Álvaro: «Por puro sobado, puro clásico y puro evidente, un día la tocamos sin querer. Le salió a Santi del alma porque la subida de tono que hacíamos antes no le iba demasiado. No es que contraatacara a Carrasco sino que así le salía y ya por la coña se quedó».
Javier: «Es un «riau-riau»».

Además es una afirmación total, «hago esto porque sí, a ver si podéis criticármelo».
Álvaro: «No sé si fue eso lo que Santi tenía en mente…»
Santi: «Sí, fue eso [risas]».
Álvaro: «Pero me alegro de que se pusiera farruco».
Javier: «En el fondo es quitar hierro a una canción que suena muy solemne, con un final más grande que la vida, que va a más… y de repente «riau-riau»».

‘El Murmullo’ es un disco nostálgico, pero no es una nostalgia de los sonidos, como la que está de moda ahora, sino que es más emocional.
Javier: «Sí, es una de dos: o lamento por algo que he perdido o lamento de algo que he vivido, o nostalgia de lo que depara el futuro… Nostalgia del pasado y del futuro. Te das cuenta de que has llegado a los 30 años, has vivido de puta madre en el colegio, el instituto, la universidad, los primeros años de Madrid… ¿Y ahora qué? La vida que me queda es difícil que sea tan buena como la que dejo atrás».
Santi: «Cuando tienes 30 años, tienes un pasado».

Volviendo al disco, ‘Vestido De Blanco’ tiene un sonido noventero, diferente al resto, que es más sesentero. De hecho, ya os han colgado la referencia a Los Brincos, igual que el anterior os colgaron la referencia a Los Planetas. Me recuerda mucho al Wilco de ‘Summerteeth’.
Javier: «Eso es un halago. Es la canción más pegote porque al ser la más antigua nos rompimos la cabeza para ver cómo encajaba en el resto. Le dimos muchas vueltas, tenía muchas más cosas que ahora, y al final volvimos a hacerla de arriba abajo. Cuando la empezamos a hacer era prácticamente kraut, con una intro súper larga… Paco nos animó a darle mil vueltas».
Santi: «Lo de la batería con sonido electrónico fue idea de Paco. El ‘Summerteeth’ es para mí el mejor disco de Wilco».
Javier: «Es coger pop de toda la vida, de los sesenta/setenta, que es lo que a nosotros nos gusta, y ponerlo al día. Hemos intentado hacer lo mismo».

Pero sin que suene a pastiche.
Javier: «Claro, no sonamos a pastiche cuando no queremos sonar. Cuando sí, lo hacemos encantados, pero en esta intentamos hacer una canción de pop llevada al siglo XXI».
Santi: «Es una canción pop porque lleva todos esos «parapapás», pero por otro lado, yo creo que pasa en muchas canciones de Templeton, hay una parte más tensa. Todo el principio es muy pesadote y la parte de los «parapapás» es muy pop. Ahí está el sonido de Templeton».

Cambiando de tema, supongo que habréis notado muchas diferencias entre estar en una discográfica y autoeditarte. ¿Son necesarias las discográficas ahora mismo?
Santi: «En el momento en que teníamos que sacar el disco, nuestra mejor opción era la autoedición. Ninguna de las discográficas con las que hablamos y que se interesasen nos ofrecían nada mejor que lo que podíamos conseguir por nosotros mismos. Sí que implica un trabajo extra pero son cosas que, al hacerlas tú, son más satisfactorias. La primera vez las haces son muy pesadas y tienes que enfrentarte a mucha burocracia y muchas cosas muy aburridas, después merece mucho la pena y te das cuenta de que no era para tanto. Ahora mismo, para nosotros la opción más interesante es la autoedición, si le interesamos a una discográfica que nos convence con lo que nos ofrece nos lo plantearemos, pero tal y como están las cosas estamos contentos de haberlo hecho así».

Vosotros habéis pasado antes por discográfica. ¿Qué es lo mejor para un grupo nuevo, buscar sello o lanzarse a la autoedición?
Santi: «Nosotros estamos en una situación más ventajosa, teníamos hecho un primer trabajo. Templeton, en 2009, dice sí a una discográfica por lo que sabe y tiene hasta el momento. En 2012 es diferente, ves cómo ha trabajado una discográfica, lo que no te gusta y decides hacerlo por tu cuenta. Depende mucho de la situación de la banda, de lo que la discográfica vaya a hacer contigo y de lo que tú te dejes «manejar». Nosotros estamos mejor así».

Las discográficas ahora se centran más en el tema management, vosotros tenéis un manager.
Javier: «El modelo ha cambiado y una discográfica es cada vez más una oficina de promo y una oficina de management».

¿Y la distribución? ¿La hacéis vosotros?
Javier: «Ahí está Gonzalo, recibiendo mails todos los días…»
Álvaro: «En nuestro caso sí, en las tiendas de Madrid, en Cantabria y por correo. Y también en los conciertos. No nos pareció que nos compensaría meternos en una distribuidora. Llevaremos 200 discos de una tirada de 300».

En el disco también se observa un gusto en el detalle: es un vinilo blanco.
Álvaro: «Tuvimos la suerte de poder pagarnos un disco con una edición cuidada. Ya que lo vamos a hacer nosotros vamos a hacer lo que queramos y controlado de principio a fin. No hay otra manera de hacerlo, si lo controlas tú todo quieres hacerlo lo mejor posible».
Santi: «Además teníamos muy claro, en el tema de la fabricación del disco, que es un campo del «negocio» que te va a dar tan pocos beneficios que nos da igual sacrificar un margen».

Hacéis la adaptación de las canciones de ‘Hora de Aventuras’ en español y las cantáis. ¿Cómo surgió esto?
Santi: «Yo trabajo en Cartoon Network y se lo propuse al director porque vi los primeros episodios y había unas canciones muy originales. Antiguamente, en los estudios de doblaje existía la figura del director musical, se cuidaba mucho la adaptación de las letras, las voces, etc. Hoy en día es más raro de ver porque no hay tanto presupuesto en el mundo del doblaje. Me parecía que era una pena que a una serie tan buena no se le diera toda la atención a las canciones…»

En principio no se iban a adaptar.
Santi: «No era seguro. A veces se decide dejar la canción en su idioma original y subtitularla, que es mejor que hacer una chapuza con ellas. Ya había hecho cosillas con los compañeros de adaptación y pensé que se nos daría bien hacerlo, lo haríamos con cariño porque nos encanta la serie y eso se iba a notar, de ahí la propuesta».

¿Os ha tentado añadir al repertorio de Templeton alguna, o robar ideas?
Santi: «Dan ganas. Justo el otro día escuché una canción de ‘Hora de Aventuras’ que tenía unos efectos de chorus en la voz que me fliparon, y estoy haciendo unas maquetas que van todas con chorus en la voz. Nos están llamando gente de festivales de animación, porque hay un movimiento fan tremendo de ‘Hora de Aventuras’, está en pleno auge. Hay concursos de disfraces de la serie y hemos visto vídeos de gente haciendo karaoke con las canciones, y desde que se empezó a saber que nosotros éramos los que adaptábamos las canciones comenzaron a escribirnos para hacer conciertos con canciones de ‘Hora de Aventuras’, y nos estamos planteando cómo hacerlo».
Álvaro: «También nos ha escrito gente que quiere tener las canciones de ‘Hora de Aventuras'».

Una última pregunta: ¿Cómo os sentís siendo el grupo cuyas madres querrían para sus hijas?
Javier: «Si las hijas están buenas… [risas]»

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