“Este disco va a ser una mierda” / “Este disco va a ser la leche”. El número de veces que se recorre la distancia entre estos dos pensamientos en el proceso de grabación de un disco es incalculable. Supongo que el primero predomina durante la preproducción, mientras ves que las fechas que contrataste para que la presión funcionase de acicate creativo se acercan peligrosamente y que, si bien estás muy contento con la forma que están tomando en el local algunas de las canciones, otras no terminan de funcionar. Y cada vez tienes menos ensayos disponibles, y tienes que preparar el repertorio antiguo para este sábado, «pues yo mañana no puedo, que ensayo con Templeton», «y yo pasado con Cosmen, así que tiene que ser mañana», «a mí esta canción no me gusta», «pero si la otra es lo que hacemos siempre», «vámonos, que tengo que madrugar», «para ensayar una hora yo no me molesto en venir»…
“Este disco va a ser una mierda”.
Por su parte, la sensación de euforia es la que suele predominar una vez empiezas a grabar como tal y Paco empieza a poner en orden las ideas que traemos de casa, a quitarnos disparates de la cabeza, o a proponernos disparates muchos más absurdos y divertidos. Mientras grabas un disco tienes que creer que va a ser genial, que estás haciendo historia en la música. No es así. Repito. NO ES ASÍ. Y el resto del tiempo que pasas en el estudio, lo sabes. Pero mientras tocas o cantas, tienes que creerlo. Si no, mejor quédate en tu casa.
“Este disco va a ser la leche”.
DÍA 0: Viajamos de Madrid al Puerto de Santa María bajo el diluvio universal. Parece que algún grupo con el que no nos llevemos muy bien nos esté tirando cubos de agua al coche. Deben de ser varios los grupos, porque es mucha agua. Durante el trayecto escuchamos Hidrogenesse, Curtis Mayfield y el último disco de Tote King y Shotta. Eli no entiende en qué momento nos volvimos negros. Yo tampoco entiendo algunas cosas del disco de Genís y Carlos, pero merece la pena oír a Eli y Javi Betacam cantar ‘Christopher’.
Repasamos las canciones y discutimos posibles títulos para el disco. Es la primera vez que tenemos conciencia de grabar un álbum largo (‘Sí a todo‘ era más bien la suma de dos EP’s grabados con unos meses de diferencia, y luego hicimos ‘Hijo único’) e intentamos buscar un título que resuma su contenido. De momento ya me han rechazado ‘Es una cicatriz’, ‘Cómo vivir en pareja para siempre y feliz’, ‘Baila el camaleón’ y ‘No me llames’. El disco básicamente habla de la insatisfacción, del miedo al fracaso y del miedo al éxito, de si es mejor vivir persiguiendo algo con la falsa esperanza de que llene un vacío, o alcanzarlo y descubrir que ese vacío no se puede llenar. Es un disco de ruptura, para qué mentiros. Parece que ‘Tiempo de nísperos’ les convence más como título, menos a Eli, que lo odia, aunque la idea de pintar un bodegón con ellos para la portada sí que le gusta… Manu.