Hoy era el día más esperado, y también el más temido por todos en Pacotown: la grabación de vientos y cuerdas. Después de varias llamadas mareando a los músicos con si lo hacíamos o lo suspendíamos por nuestros numerosos imprevistos, anoche vimos que habíamos recuperado y que no solo nos daba tiempo, sino que habíamos avanzado tanto que si no dedicábamos el día a ello, lo único para lo que se me ocurre que podríamos aprovechar el estudio es para improvisar solos de castañuelas. Por suerte los músicos no habían cerrado ningún compromiso nuevo y pudieron venir.
Como somos gente de naturaleza megalómana, en principio teníamos pensado (o al menos esa era la idea que habitaba in my mind, no sé del resto del grupo…) dedicar un día entero a cuerdas y otro a vientos, pero al final no había dinero para ello, y tuvimos que dedicar la mañana a lo primero y la tarde a lo segundo. Para mí el proceso creo que ha sido parecido a lo que debe sentir un director cuando aplican los efectos especiales a su película. La canción empieza a crecer, y esa idea vaga que tenías en tu cabeza, o que a lo sumo habías escuchado en forma de sinte, se hace real. Es más, muchas veces crece y se aleja por completo de lo que tenías pensado, transformando la canción en algo nuevo, o cuanto menos dándole un matiz inesperado. Así, ‘Orfidal y caballero’ ha tomado un punto épico nada propio de su título, ‘Hogareña’ ha dejado definitivamente de ser una rumba kraut para convertirse en una especie de Curtis Mayfield meets Can y ‘Se me enamoran’ acaba con una improvisación dixieland que no veía venir cuando empecé una canción sobre lo pesadas que se pueden poner las chicas cuando es fin de semana, quieren salir y a ti no te apetece.
Quiero decir que los arreglos, más allá de alguna idea mía y, evidentemente, de Paco, son obra de Javi Betacam, que pasó la noche escribiéndolos para pasarlos a partitura mientras que el resto veíamos a Wayne Coyne hacer el loco en ‘Fearless Freaks’. Y que estamos muy orgullosos de él por ello.
A lo largo del día pensaba en que es curioso que éste sea nuestro trabajo menos guitarrero hasta ahora. Como nos suele gustar mucho bromear con los lugares comunes de las entrevistas musicales, tanto por parte de entrevistadores (“¿cómo valoras el uso de internet?” ¿en serio? ¿cuántos años tiene internet ya? ¿por qué, ya puestos, no me pides que valore el teléfono o la licuadora?), como de entrevistados. Entre estos últimos, un gran clásico es el “este disco es muy distinto porque es el primero que compongo al…” y tras los puntos suspensivos puedes escribir desde el piano (más típico) hasta la flauta de pan (arriesgada, pero con encanto). Y nos hacía gracia caer en el tópico y decir que ha sido compuesto por primera vez con guitarra eléctrica casi en su totalidad, pero lo cierto es que no es muy guitarrero.
Y como nuestras fotos empiezan a ser un poco redundantes, os dejo con dos instantáneas de las perras de Paco, Georgia y Marieta, que son muy monas y nos hemos encariñado mucho con ellas. No descartamos que alguna sea la portada del disco. Manu.