El mayor delito de Ke$ha de momento no ha sido la portada de este disco o la de la edición especial de su debut, sino haber publicado aquel ‘Animal‘ justo cuando Lady Gaga ya era Lady Gaga, a principios de 2010. Hasta llegaron a programar un concierto el mismo día en Madrid a finales de aquel año (adivinad quién ganó). Eran tiempos en que nos creímos que el pop tenía que ser algo trascendental y meditado hasta el último milímetro, complejo y casi denso y pesado como un vídeo de 17 minutos que debería haber durado 3. Después de tanto pensar, Ke$ha parecía la hermana tonta de Germanotta, algo que ella misma se curraba con puestas en escena completamente pobreticas o con su empeño por mostrarse como una artista medio lela que sólo quiere pasárselo bien. Cuando informaba al mundo de que su segundo disco iba a estar más influido por el rock de los 70, lo que tocaba era reírse de ella.
Pero no. El pop se hizo para bailar y después de canciones tan disfrutables como ‘Tik Tok’ o ‘VIP’, Ke$ha ha sabido perfectamente por dónde tirar, ofreciendo otra colección de hits potenciales, mejor incluso que la de su primer disco, en la que no se corta en realizar afirmaciones como «No quiero dormir / quiero quedarme toda la noche» y «no quiero pensar en lo que vendrá después de esto» (‘C’mon’) o en rimar «I’m over it» con «so suck my dick» (‘Thinking About You’). El título del álbum puede hacer referencia a la necesidad de luchar para seguir adelante («no somos perfectos pero no importa» o «no queremos flirtear con el desastre», dice el corte ‘Warrior’), pero ante todo lo que prima es una llamada constante a la fiesta.
Ke$ha ha querido divertirse tanto que el disco cuenta con insólitas colaboraciones de Iggy Pop y los Strokes. Ya el single ‘Die Young’ hace un buen uso de las guitarras, y ‘Thinking Of You’ copia con descaro un par de ideas eléctricas (y también electropoperas) de Daft Punk, pero es que la participación de Julian Casablancas y Fab Moretti en ‘Only Wanna Dance With You’ podría haber sido el segundo single de ‘Angles‘. Por su parte, la colaboración del líder de los Stooges es más hilarante todavía: una canción llamada ‘Dirty Love’, muy Peaches, en la que se sueltan perlas como «todo lo que quiero es meterme entre tus sábanas» o «no eres mi papi, ya soy mayorcita».
De vez en cuando irrumpe una canción más reflexiva, como ese ‘Wonderland’ que apunta a la antigua Taylor Swift, hablando sobre toda la juerga en pasado; el bonus track con Flaming Lips ‘Past Lives‘; o el final ‘Love Into The Light’, un tema de autoafirmación escrito por Greg Kurstin, más acertado en sus estrofas que en su estribillo. Sin embargo, los productores de gran parte del pop comercial internacional de los últimos tiempos Dr. Luke, Cirkut, Max Martin y Benny Blanco han hecho un trabajo más que aceptable con Ke$ha. Desde ‘Crazy Kids’ a ‘Supernatural’ y la discotequera y petarda ‘All That Matters (The Beautiful Life)’, pasando por muchas de las mencionadas, ‘Warrior’ se convierte en un divertido acertijo de cuáles serán los cinco o seis sencillos extraídos y en qué orden. Uno de mis entretenimientos favoritos en los discos del estilo que este año no ha podido tener lugar tantas veces.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Die Young’, ‘All That Matters (The Beautiful Life)’, ‘Only Wanna Dance With You’, ‘Dirty Love’
Te gustará si te gustan: Katy Perry, Peaches, Daft Punk
Escúchalo: en Deezer.