Con el cariño con el que recibimos en su momento el delicioso ‘Street of the Love of Days’ hace un par de años, abordamos ahora el segundo trabajo del dúo formado por Alasdair Mclean y Lupe Núñez-Fernández. Sólo las sensaciones que trae el recuerdo de las bandas a las que estuvieron ligados, The Clientele y Pipas respectivamente, hacen que el acercamiento a ‘The House At Sea’ se convierta en una aventura excitante.
El folk, la bossa y el twee-pop se dan la mano nuevamente en ‘The House At Sea’. El single que conocimos hace unas semanas, ‘Jean’s Waving’, es la canción de sonido más británico de todo el disco, porque lo que en él abundan son las guitarras españolas, algunos ritmos más propios del trópico brasileño y un baño de espíritu latino (pero el del glamour, el que se puso de moda en la América de finales de los 50 y primeros años 60).
Esta vez ha aumentado la participación vocal de McLean, convirtiendo la mitad de los temas en canciones que parecen rescatadas de otras décadas, recordando a ratos a cantautores del pop-folk de los 70 como Bobby Goldsboro o Nilsson, o a voces de la resaca del revival psicodélico de los 80 como Paul Bevoir. Canciones como ‘Voice In the Rose’, ‘The House at Sea’ o la casi perfecta ‘Same Old Night’ cautivan desde la primera escucha y parece que ligaran el resto de pistas del largo.
La voz de Lupe, sin embargo, con su grave casual de “yo pasaba por aquí”, se detiene en las frases el tiempo necesario para que uno decida cuál es su favorita y darle a las palabras el significado que mejor se ajuste al momento elegido. Destacando la jovial ‘Day’, tampoco se queda atrás ‘In The Winter Sun’ o las cantadas en castellano, como ‘Viento del mar’ o ‘Piedras rotas’. Poemas que vagan por un mundo de psicodelia y libertad artística que mantienen al oyente atento pero sin importunarle, en un ejercicio brillante de elegancia y discreción.
Aunque también hay pistas algo más difíciles. Como ocurre con ‘Humpshire Lullaby’, que puede hacerse algo farragosa en sus últimos compases. Y con otras de melodías y estructuras más complejas, como es el caso de ‘The Sunlit Estate’. Las guitarras, sean eléctricas o españolas, van conduciendo todo el entramado de ‘The House At Sea’ hacia un mundo de nostalgia y brisa de mar, y hacen que cobre sentido el título del LP. Como llevados por un viento fresco al borde del acantilado llegamos a ‘Maureen’, el último tema, recitado por ella, cantado por él.
Desde que uno conoce la importancia en esta historia de la madrileña calle Amor de Dios -cuyo nombre dio el giro que bautizaría a esta banda- es inevitable cruzarla y no sacar al menos una media sonrisa, tararear alguna melodía de Amor de Días y recordar algunos de los arpegios más bonitos que ha dado últimamente el pop.
Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘Day’, ‘Jean’s Waving’, ‘Voice in the Rose’, ‘Same Old Night’
Te gustará: si te gusta el twee-pop de aires latinos, si te ponen los arreglos bonitos de guitarra española y si eras fan Pipas y The Clientele
Escúchalo: en Deezer