«Pensé que el «comeback» de Carla Bruni tenía que ser el más sonado del año tras su aventura como Primera Dama de Francia. Con Bowie y My Bloody no hay quien compite y ella, de todas formas, una vez más, ha escogido el camino de la discreción (musicalmente, quiero decir). ‘Chez Keith et Anita’ es una canción pequeña, que con grandes dificultades llegaría a la lista de lo mejor del año, pero que no por ello deja de ser una pequeña delicia, aderezada por una simpática sección de vientos. ¿Dónde está Carla Bruni? Ni en política, ni en Estambul, ni en la plaza pública, ni en Notre-Dame, dice la letra. Con Keith (Richards) y Anita (Pallenberg, su novia desde el 67 al 79), descubriendo esas maravillas ocultas que deja la historia… como esta». Sebas.
«Nos encontramos ante un tema sin sorpresas, el estilo que esperábamos encontrar en una canción de Carla Bruni. Pero este ‘Chez Keith et Anita’, admitámoslo, deja una rara sensación. ¿Qué le ha pasado en la voz a esta mujer? No es que le haya cambiado sustancialmente, el problema está más bien en la forma. Se aprecia cierta dejadez en la manera de cantar que hace que se escape algún gallo un tanto desagradable. Lo que en otro momento fue una dulce y evocadora voz quebrada ahora parece que esté cantado con las amigas tomando un brunch de resaca. Por otro lado, esto no hace más que despertar mi curiosidad sobre cómo será el resto del disco. Intriga». Angèle.
«El primer single de la Bruni post Elíseo continúa en su línea de su disco de hace 5 años, como si aquí no hubiera pasado nada. Una canción que recuerda mucho a otras de sus composiciones, melódicamente muy amable y sin riesgos, con una ligera cadencia meridional y un elegante arreglo de trompeta. Está tan cerca de la corrección moderada que por momentos puede rozar lo anodino, lo reconozco. Es posible que algún día, sin que ella haga nada, recordemos a Carla Bruni como aquella primera dama de Francia que hacía canciones facilonas, con clase, aparentes pero vacías. No digo que no, pero yo todavía no he llegado a ese momento». Carlos Úbeda.
«La pobre de la Bruni ha sufrido el peor de los castigos: su personaje de primera dama francesa ha deglutido a su personaje musical e interpretativo, que a mi juicio era infinitamente más interesante. Ahora, sin tener encima el constante foco de la prensa por ser la mujer del Presidente de la República de Francia, Carla vuelve al ruedo para hacer una de las cosas que mejor sabe, cantar. Y es un placer tenerla de vuelta, incluso a pesar de que muchos ya hemos admitido que jamás en su vida volverá a firmar un single tan bonito, sexy y pegajoso como ‘Quelqu’un m’a dit’. Este ‘Chez Keith et Anita’ puede resultar gracioso por momentos, e incluso tener un ritmo pegadizo pero nunca, nunca, nunca, llegará a la grandeza de su canción más reconocida». Lolo Rodríguez.
«Me aburre infinitamente Carla Bruni. Como actriz, como modelo, como cantante, como persona. Me produce una pereza infinita. De ser una súper modelo, de pronto pasó a ser una cantante respetada, para mi sorpresa. Nunca he encontrado dónde está su gracia, y después de todo este tiempo me siguen aburriendo sus aires de gran dama de la canción. Al menos cuando era modelo, no tenía por qué escucharla cantar». ACM.
«No es que pretenda que al escuchar una canción se me abran las carnes o una luz divina atraviese las nubes del cielo para iluminarme pero perder 3 minutos de mi vida con una canción que no me produce sensación alguna tampoco entra dentro de mis planes. Más allá de lo curioso que puede resultar la trayectoria vital de Carla, ‘Chez Keith et Anita’ es la nada más absoluta. Imagino que será un pelotazo cuando la incluyan en alguna recopilación de música de ascensor». Nicolás del Moral.