Una historia clásica en el mundo de la música es que cuando un grupo muere de éxito y los egos de sus componentes son tan grandes que no caben por la puerta del local de ensayo, cada uno inicia una carrera en solitario, soliendo ser más exitosa la del cantante que las demás. Así les pasó a The Police con Sting, pero llegó un momento en el cual la carrera del cantante estaba en punto muerto y, ¿qué tocaba hacer? Pues reunir a la banda, efectivamente, con la consabida gira de estadios a reventar de fans nostálgicos. Buen movimiento. Sin embargo, el caso que nos ocupa es un tanto extraño. A José González lo conocemos sobre todo por dos estupendos discos, ‘Veneer’ (2003) y ‘In Our Nature’ (2007), sin los cuales no nos habríamos enterado de que antes de coger su española y lanzarse en solitario, tuvo un grupo, Junip. Desafiando las leyes de la gravedad musical, en lugar de continuar su carrera por su cuenta, volvió con sus amigos Elias Araya y Tobias Winterkorn, batería y teclista respectivamente, para debutar de largo con ‘Fields‘ (2010), álbum revelador que, para quien lo supiera apreciar, aportaba un nuevo y rico prisma a la trayectoria del sueco-argentino, llenando su voz y guitarra de aires kraut y psicodelia. El experimento fue tan positivo que tres años después, el trío regresa con su segundo LP, homónimo.
Anticiparon la salida del álbum con ‘Line of Fire‘, una canción enorme, de emocionantes giros y con un estribillo que pone los pelos de punta. Fue todo un acierto acompañarla de un impactante videoclip, pero tal vez no fue buena idea adelantar un single tan potente si los demás temas no iban a estar a la altura. Cuidado, esto no quiere decir que si quitamos ‘Line of Fire’ el resto del disco no valga ni como posavasos, nada más lejos de la realidad: González, Araya y Winterkorn han regresado con una serie de canciones competentes y con miga, pero ninguna logra hacer sombra al primer single, un tema tan sobresaliente que es imposible no tenerlo como referente.
Como era de esperar, no han perdido su sello de identidad y mantienen en estas diez canciones un tono reflexivo, tirando rítmicamente de los medios tiempos, pero sin calcar lo ya plasmado en el debut. Esta ocasión la variedad está en los detalles, con lo cual merece la pena dedicar varias escuchas para observar lo que a primera vista no queda claro. Si había algo que caracterizaba a ‘Fields’ era la nitidez con la que suenan los instrumentos, tanto es así que aun escuchándolos en conjunción, te los podrías imaginar fácilmente por separado. Por contra, en ‘Junip’ la producción (a medias entre el grupo y Don Alsterberg, quien ha trabajado con gente como The Soundtrack Of Our Lives) es más enrevesada, con muchos más elementos esparcidos aquí y allá y con más aristas, ruido y suciedad que de costumbre.
La batería deja por momentos la cadencia motorik para adentrarse en ritmos más abstractos, como en ‘Suddenly’ o ‘Baton’, de repente escuchamos una guitarra eléctrica suelta, casi huérfana (‘So Clear’) y como quien no quiere la cosa aparecen múltiples elementos de percusión que se entrelazan (‘Walking Lightly’), conformando una rica telaraña. Lo que no varía (y jamás querríamos que lo hiciera) es la hechizante voz de José ni (en gran parte) los ensoñadores sintes de Tobias, que junto a su agudo sentido por la melodía mantienen ese aire mantra con el que asociamos a Junip. Reconozco que, tras escuchar ‘Line of Fire’, veía el segundo álbum del trío como disco del año, jugándomela a una carta y que, al descubrir el resto de su contenido, quedé un tanto decepcionado. Ahora bien, una vez superado el drama y con sucesivas audiciones, ‘Junip’ es muy disfrutable y tiene mucho y muy bueno que ofrecer.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Line of Fire’, ‘Your Life Your Call’, ‘So Clear’, ‘Walking Lightly’.
Te gustará si te gusta: José González
Escúchalo: Deezer