Horas antes de que ofreciera una apabullante actuación en el pasado Primavera Sound, tuvimos la ocasión de realizar una breve entrevista a Matthew Houck, el hombre que ha publicado, bajo su alias Phosphorescent, uno de los discos más emocionantes de los últimos meses, ‘Muchacho‘. Houck es un tipo joven, bastante alto, que tras unas grandes gafas de sol, una gorra y una espesa barba, esconde a alguien afable y simpático, que se llega a emocionar ante preguntas sobre los acontecimientos de su vida personal que ha plasmado en sus recientes canciones.
Pienso que ‘Muchacho’ es fantástico, tu mejor disco hasta la fecha. Pero he leído que su creación fue difícil para ti. ¿Cuál fue la parte más difícil? ¿La composición de las canciones o la grabación, que creo que te llevó casi un año?
No, en realidad solo me llevo seis meses toda la creación del disco. La parte más difícil en realidad fue el año anterior a eso, que no trabajé. Me tomé un tiempo y consideré no volver a trabajar como Phosphorescent nunca más, estaba quemado de estar todo el tiempo en la carretera. Así que la peor parte de la creación de este disco fue… cuando no estaba creándolo. Deambulé por el estudio, haciendo piezas ambientales… estaba confuso… No, no confuso, sino inseguro de si debía seguir adelante con este proyecto. Una vez conseguí empezar a trabajar, todo fue fácil.
Me sorprende que la producción de las primeras canciones del álbum recuerde un poco a los trabajos de Brian Eno..
(Interrumpe) Totalmente.
¿De dónde salió esa idea? Porque es algo muy alejado de tus anteriores obras…
Creo que siempre he trabajado disco a disco, ellos siempre han encontrado su propio sonido. Y este decididamente empezó con esa idea del estilo Briano Eno… ¿Conoces ‘Apollo: Atmospheres And Soundtracks’? Estaba pensando en ese tipo de sonido cuando empecé a trabajar en la primera canción, que fue ‘Muchacho’s Tune’. Después, como te decía, el propio álbum fue tomando su propio camino y tú simplemente plasmas lo que ocurre. En parte lo eliges tú, pero también pienso que disco a disco lo vas haciendo mejor, te conviertes en mejor productor, ingeniero, técnico. Creo que he mejorado en eso. No es tanto como una huida salvaje como que aprendes a reflejar mejor lo que pasa por tu cabeza.
Además de a Eno, hay una canción, ‘Song For Zula’, que me recuerda particularmente al desaparecido Mark Linkous, a sus discos como Sparklehorse. ¿Hay una influencia real de él?
Sí, bueno, solo estoy familizarizado con ese disco que tiene unas flores en llamas en la portada… (NdE: se refiere a ‘It’s A Wonderful World’). Esos discos suenan fantásticamente pero no, no tuve un punto de referencia concreto para ‘Song For Zula’. Me di cuenta de que ‘Song For Zula’ era como una bestia, que tenía entidad, como si estuviera más allá de mi control y sentí que era uno de esos momentos afortunados para un artista. Me metí en el estudio y pensé «¡joder!»… (risas) Fue muy muy especial.
Es una canción magnífica, una de las mejores que he escuchado en mucho tiempo. Pero, por otra parte, en ella das una visión horrible sobre el amor. ¿Aún tienes esos mismos sentimientos?
No, no… (se incomoda) Es algo muy difícil para mí hablar sobre ello, pero te diré que no es una canción sobre Matthew, es una canción sobre Zula y… Afortunadamente, creo, no era yo la primera persona en la canción, sino que era el que estaba al otro lado en ese momento, así que…
Bueno, lo siento, ya sabes que a los periodistas nos gusta detenernos en estos sucesos dramáticos alrededor de un álbum, así que… (Risas)
Claro, claro, creo que es algo divertido en los compositores, bueno, en cualquier escritor, que hay una línea muy difusa entre las experiencias propias y las experiencias que tomas de otros. Y me gusta pensar que quizá no importa, que pasa algo mucho más grande alrededor que no me incluye, en lo que mi vida personal es insignificante.
Preguntaba esto porque antes de grabar ‘Muchacho’ perdiste tu estudio, en el que habías estado trabajando años, y, como decíamos, otros sucesos desagradables en tu vida personal. ¿Has pensado si el disco hubiera sido diferente de no haberte ocurrido todo eso? ¿Tenías antes en mente cómo iba a ser el quinto disco de Phosphorescent?
Como te decía antes, en ese momento pensé no volver a hacer nunca ningún otro disco de Phosphorescent, y eso fue algo muy gordo. Bueno, no fue algo tan gordo… Bueno, sí, pero sabía que volvería a hacer música aunque no supiera cómo. Cuando decidía si seguiría o no por este camino descubrí que la única cuerda a la que asirme en ese momento era componer y trabajar y de repente todo pareció claro.
Entre todos esos sentimientos tan dolorosos, emerge una parte brillante en la que hablas de agarrarte a la música, como decías. Especialmente en la propia ‘Muchacho’s Tune’, que habla justo de lo que acabas de contar. De hecho, parece como si esa canción fuera dirigida a tus fans, a la gente que ama tu música…
¿Sí? ¿De verdad? Es raro, nunca escribí esa canción hacia alguien concreto. Es un poco vago, pero ese «you» es mayestático. En la canción me suena, aunque suene cursi, a algo sagrado, espiritual, que es un concepto muy pesado. Pero me gusta lo que planteas, es bonito.
En la primera línea de esa canción dices «canté ‘Roll Away The Stone'», que es una canción de Mott The Hopple… (Pone cara de extrañeza) ¿No?
No, ni siquiera conozco esa canción, pero ya me lo habían preguntado antes. Es una canción mía que se llama también así. Pero ¿es una buena canción?
Sí, está bien, es de los 70, en su mayor apogeo. Vi en Youtube una actuación en Top Of The Pops en la que Ian Hunter canta sobre el playback, que era muy chula, con todo el rollo glam, etc. Y me preguntaba por qué era importante para ti.
¿En serio? Ni idea, no la he escuchado, pero tendré que hacerlo, definitivamente…
Leí que la mayoría de las canciones las escribiste en México. Supongo que el rollo mariachi de algunas canciones viene de ahí…
Sí, totalmente. Al principio pensé que esos arreglos mariachis estarían en la gran parte del disco, pero no funcionaba bien en otras canciones. Pero sí, la idea vino de ahí…
Creo que hay una generación de compositores que continúan el papel que en los 90 tenían Bill Callahan y Will Oldham, que posiblemente seáis tú, Damien Jurado, Father John Misty, Cass McCombs… ¿Sientes una conexión con ellos?
No sé si es algo que deba decir yo. Respeto y admiro a esos artistas, por supuesto. La respuesta es sí, pero no me incluiría en esos límites solo porque, personalmente, me interesan los compositores y mi conexión es con centenares de ellos, de muy distintos estilos.
¿Cuáles son tus sensaciones sobre volver al Primavera Sound, dos años después?
¿Fue hace dos o hace tres? Estoy muy emocionado, porque es posiblemente mi festival favorito…
Es curioso, he leído que otros artistas, como Bradford Cox, han dicho exactamente lo mismo.
Es precioso, nada comparable a otros festivales, es como «¡venga ya!». (Risas) Anoche iba caminando por el recinto y pensaba que en otros eventos parecidos el público solo está interesado en gritar, liarla, algo no muy divertido. Y aquí la sensación es que todo el mundo está emocionado por escuchar música interesante. Como te decía, anoche iba por el recinto y, no sé quién estaba tocando, pero era una música realmente desafiante y había unas 7.000 personas escuchando y disfrutando verdaderamente de ello.
¿Piensas ver algún grupo en particular?
Ni siquiera he tenido tiempo de pensarlo, llegamos anoche muy tarde pero… ¿toca hoy Nick Cave?