Poco nos quiso desvelar Doug Martsch cuando hablamos con él la semana pasada acerca de los sets de la nueva gira. Al no contar con disco nuevo por ahora, lo que podíamos esperar era un repaso a la discografía de la banda de Boise, Idaho, junto con alguna versión (ellos son muy de hacer versiones). Si acaso, podían adelantar algún nuevo tema, como vienen haciendo en los conciertos que han dado este año (cortes como ‘Living Zoo’ -no sabemos si es título provisional o definitivo- circulan por YouTube), pero ese no fue el caso de la primera fecha de su gira europea, que comenzó anoche en la sala But de Madrid.
Que no hubiera temas nuevos no restó emoción a un concierto cuya atmósfera calentaron los suizos Disco Doom, teloneros de Built to Spill en esta gira. Aún con la sala por llenarse, la banda ofreció un set un tanto extraño que andaba entre medios tiempos a lo Pavement, canciones más enérgicas y afines a la banda principal del cartel y cortes más ruidosos y caóticos, todo sin un orden y el ritmo que esperamos en un concierto. En vez de terminar su show con una canción que te haga querer investigar más sobre ellos, acabaron con ‘The Cabin’, de su álbum ‘Trux Reverb’ de 2010, ruidoso y poco amigable. Tal vez precisamente por ese final tan abrupto habría que averiguar más, quién sabe.
Noventa minutos dijo Doug en la entrevista que durarían los shows de BTS en esta gira. Dicho y hecho. Con la sala llena (se les echaba de menos ya) de fans entusiastas, el quinteto salió a escena con prácticamente todo ganado de antemano y solo tuvo que hacer sonar las primeras notas de ‘Goin’ Against Your Mind’ para confirmarlo. Sin ser una de las mejores salas en lo que a calidad sonora se refiere, bien colocados al fondo y en el centro, podíamos disfrutar de un sonido bastante decente para lo que se podía esperar. Fue curiosa la manera de actuar del quinteto: durante las canciones, especialmente a Martsch, se les veía entusiasmados, tocando sus temas con garbo (todo el garbo que se puede esperar de ellos, que por lo general se les ve de actitud calmada), pero luego entre canción y canción parecían desganados, pausando demasiado el espacio entre un tema y otro.
Ese fue tal vez el único pero que se le podía poner a un show con un repertorio magnífico: si el comienzo había sido de aúpa, con esas tres guitarras potentísimas y que se entrelazan a la perfección, una vez sonaron ‘The Plan’, la preciosa ‘Liar’, ‘Fly Around My Pretty Little Miss’ o ‘You Were Right’, tuvieron al público metido en el bolsillo. Habría más de una versión en el set y entre las más inesperadas, interpretaron una extracto de ‘Orion’, uno de los más célebres instrumentales de Metallica. El frontman daba muestras de agradecimiento y, escuchando las peticiones del público, Built to Spill cerraban la primera parte del show con uno de sus grandes hits, ‘Carry The Zero’.
Volvieron con otra versión que, en este caso, sí sabíamos que podía sonar, nada menos que ‘Don’t Fear The Reaper’ de Blue Öyster Cult, bastante lograda e ideal para recordar al recientemente fallecido Allen Lanier, teclista y guitarrista de la banda. Tras ‘Big Dipper’, otro clásico, llegó el corte final del concierto. ¿Algún mítico hit del tipo ‘Car’? Pues no, ‘How Soon Is Now?’ de The Smiths, que pese a algún problema con el sonido de la guitarra de Doug lograron resolver bastante bien. Y es que una voz así apetece escucharla casi con cualquier canción que podamos imaginar. Servidor hubiera preferido menos versiones y más canciones de, por ejemplo, el notable ‘There Is No Enemy’, del cual solo desgranaron la cañera ‘Pat’. Por pedir que no quede, pero apuesto a que todos los presentes salieron satisfechos y es que bien poco tiene que hacer una banda como Built To Spill para brillar. El regreso, con disco nuevo, por favor, que estamos ya sedientos. 8.