Le Parody: «Igual no soy carne de sello»

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Le Parody: «Igual no soy carne de sello»

leparodyPara celebrar que hace un año de la publicación del Disco RecomendadoCásala‘, Le Parody ofrece hoy 28 de noviembre un concierto en Madrid de «fin de gira» en Copérnico. Hablamos con Sole sobre sus planes futuros, sobre este año en que ha ofrecido 30 conciertos, sobre la «parálisis» de la industria, la gente que no calla en los conciertos, feminismo y toda la música desde Laura Pausini a Raúl Querido, pasando por la referenciada Juana Molina. Una conversación en la que caben casi tantas curiosidades como samples en sus canciones.

El concierto de hoy lo planteas como fin de gira por el aniversario de ‘Cásala’. ¿Qué vendrá después?
Lo que viene son ganas de parar. Ha sido un año ajetreado con conciertos y mil cosas. Todavía no sé, lo que quiero hacer es pararme a pensarlo. Tengo muchas ideas: meter más samplers, menos ukelele… Efectos de voz. Estoy obsesionada con música Bollywood y de Marruecos. Voy a hacer un experimento, el clásico de encerrarte a componer, un rollo como… ¿cómo se llama este?

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¿Bon Iver?
Sí, pero entre olivares, otro rollo (risas). En Andalucía. Yo nunca he compuesto así. Ahora voy a probar qué sale si te encierras un mes y haces sólo eso. En el primer EP probaba con retales que tenía… Para mí tenía coherencia, pero fue hecho poco a poco. Del disco pasado la primera mitad la hice sin haber tocado, la siguiente fue durante los conciertos. Lo que funcionaba lo guardaba, iba tanteando… y luego le di coherencia a todo y saqué el disco. Ahora me meto a samplear de verdad, a escuchar música, como cuando ves una peli, mirando una pared y sacando los sonidos que gustan, trocitos que llaman la atención… Con todo ello quiero hacer un collage. Está un poco en el aire, no sé si me aburriré y haré lo que hacía antes: un ritmo y trabajar encima. Pero la idea es otra.

En tu primer disco había samples cinematográficos, pero la melodía de la canción iba aparte. Ahora será distinto, por lo que dices…
La forma de hacerlo es distinta, pero el resultado no sé si será parecido. Me gusta lo melódico y eso probablemente esté siempre ahí. Quiero probar otras cosas porque no tengo compromiso con ningún sello para mantener un estilo o para hacer un disco en «x» tiempo.

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Al final cambiarás de idea y tu disco no sonará nada a Bollywood y Marruecos (NdE: como suele pasar cuando entrevistamos a alguien antes de entrar al estudio), pero desarróllame la idea…
Todo esto empieza por el flamenco, que me gusta mucho y este año he estudiado cante, aunque no creo que llegue a… Bueno, igual hoy hago un experimento en público… Estuve en Marruecos porque tenía un amigo allí y me gusta mucho ese tipo de folclore, y si sigues para atrás llegas al rollo zíngaro, gitano… y a la India. Y cuanto más hortera, más me gusta. Me gustaba el rollo mujer orquesta, pero también me gustaría estar más libre en el escenario. El primer disco lo hice en mi cuarto, más encima de los instrumentos, pero sobre el escenario me gustaría por ejemplo poder agarrar el micro. Por eso empecé a pensar en algo más práctico y usar el sampler para lo que es, para samplear. Mi idea cumbre sería coger melodías que estén hechas, reciclar trocitos de otros discos, y hacer un collage. Me gustaría hacer un disco reciclando melodías de otros discos, pero con mi voz por encima.

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Los samples de pelis usados en el disco pasado son algo muy distinto, claro…
Claro, el disco pasado lo empecé al revés, pensando en el tema del que iba a hablar. Cada vez que veía una peli o un anuncio con una frase que me llamaba la atención, la cogía. Estaba siempre alerta. Y el sampleo de ahora sería más de melodía.

El sample de cine le ha dado bastante personalidad a tu proyecto. Como elemento identificativo está descartado, por lo que veo…
Sí, ahora igual ya no lo voy a echar de menos…

¿Cómo puede ser que no tengas sello?
Tengo varias teorías. Una es por mi forma de ser, que igual espanta un poco, por cómo muevo todo. Igual no soy carne de sello. Y la otra es que creo que esto se está yendo a la mierda. Creo que todo está bastante parado. No estoy muy dentro de la industria, entonces no sé bien… Pero de dos años a esta parte veo que hay cierta parálisis, no ha salido nadie nuevo que lo haya petado y no porque no se hagan cosas que molen sino porque ya hay un cierto número de grupos que molan y ya no caben más.

Es raro porque en cuanto a indie, los sellos sacan a artistas menos vendibles; y en cuanto a majors, aunque no te parezcas nada a Marlango, quizá sí podrías encajar entre su público por el rollo cinematográfico, melódico… ¿A ti te parece que haces música indie?
No, al final no… Nunca busqué que lo fuera. Sí venía de ahí, he tocado en grupos indies y conozco el rollito. Yo me puse a hacer esto pensando que era más normal y la gente me decía «no me suena a nada». Frank, el trompetista, con él me he metido en el funky, músicas del mundo… No creo que mi música lleve eso, pero se te pega un poco. Lo indie, la parte que yo conozco, es como muy pose… No lo digo como algo negativo. La gente que conozco del rollo malasañero es como para divertirse, pero luego tienen sus trabajos y sus hobbies… y está guay, pero para mí es algo más: esto es lo que hago en mi vida. Y aparte a veces necesito currar para tener pasta porque no me da, pero lo central es esto.

Igual no se te ve tan indie porque vas sin guitarra eléctrica…
De hecho es que de indie se me escapa la definición, pero sí vengo y sigo en el underground. El underground sí mola, lo indie no sé, pero el underground es la hostia: la gente te cuida, haces una piña de gente que se lo pasa bien y te apoya de muchas formas.

¿A qué grupos te sientes próxima?
Narcoléptica, Roldán, Raúl Querido, que todo lo que hace me supera… Gente que se mueve mucho y hace combinaciones con gente de otros grupos. O Sef, que siempre toco con él. Se hace familia musical, eso en Madrid mola mucho. Trasciende lo indie, es muy underground… Si no te enteras…

Bueno, lo que hace Raúl Querido me parece que siempre será underground, pero lo tuyo lo veo mucho más pop, ¿te parece un insulto hacer música pop?
Al principio sí… porque pensaba pop… (silencio)

¿De dónde vienes? ¿Qué escuchabas de adolescente?
Bueno, vengo de sitios oscuros (risas), pero en plan cutre, no gothic. No tenía referencias, era lo que me fuera cayendo, mi padre escuchaba de Silvio Rodríguez a Marta Sánchez. Luego me gustaba lo mismo Laura Pausini que Pennywise, mis primeros conciertos eran de punk.

¿Entonces por qué te repele el pop?
De pronto pop me suena como Camera Obsura, que es bonito, pero no sé, estrofa, estribillo, estrofa, estribillo, voz lánguida… para un rato está bien pero yo no me veo así. Pero entiendo que lo que hago no es folclore y que las canciones son melódicas. Con el paso del tiempo y las reseñas he aceptado que es pop. Ahora el pop está también un poco loco así que…

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He visto en Facebook que fuiste a Solletico y que estabas indignada porque la gente no callaba. Había una ilustración chula, ¿de quién era?
Sí, es mía, hago viñetitas. Es que me escama, no puedo con eso, ni tocando ni viendo un concierto. Es de estupor. ¿Por qué lo hacéis? Hay maneras de hablar en un garito sin que se enteren tres filas por delante. Pero bueno, tengo que superar eso porque tampoco puedes llenarte de odio (risas). Como artista ya lo hago menos porque tengo más tablas y se me va menos la olla, pero al principio… mis amigos se ríen de mí porque llegué a parar una canción y decir: «hasta que no os calléis, no pienso seguir».

Hace 4 años hicimos un artículo sobre esto, preguntando a artistas, y la conclusión que saqué al final es que para la mayoría un concierto es un evento social en el que ves a tus amigos que no has visto en toda la semana, pero lo peor es que si no fuera por ese público casual no habría concierto, porque el grueso es así. Ha habido conciertos históricos de The xx, James Blake… con la gente hablando, y estoy seguro de que el grueso de público es casual, va a distraerse un rato sin más…
¡Cómo puede hablar alguien en James Blake! He probado cosas, no he llegado a irme porque no tengo ese estatus (risas). Pero me gusta ser honesta y seguir siendo yo. Si estoy incómoda porque no me oigo porque las cinco primeras filas están chillando, lo voy a contar, aunque os quiera porque sois mi público. Pero también depende del contexto, en Joy Eslava con Mondo Sonoro la gente estaba gritando y no oía mis propias bases… Ahí me dio palo, pero joder, fue difícil. Es una putada porque es la mitad del concierto. Te dicen: «si lo haces bien, la gente se calla». Y no, es: «Si la gente se calla, te sale muy bien». Te dicen «no vas a ir ahí y quedarte de forma pasiva escuchando», pero me vuelvo loca. ¡Es que la escucha no es pasiva!

El técnico también es importante y The xx han tenido a menudo un problema de volumen: su sonido no inunda la sala y la gente se distrae…
Esa es la tercera parte, es grupo, público y técnico. El técnico se puede cargar un concierto entero si te hace mal el sonido.

¿Cuántos conciertos has hecho este año? ¿Alguno que recuerdes para bien o mal?
Hago unos 3 al mes, igual han sido 30… El que más me ha gustado sobre todo ha sido el del BAM. Nos enteraamos poco antes de que Frank no llegaba porque estaba en Colombia con Joaquín Cortés (risitas). Tuve que salir sola y soné muy bien. Oía capas de las bases que no oigo normalmente y con bajos, graves… Toda la parte electrónica casi siempre se pierde y me llaman «chica con ukelele», pero claro, porque lo has oído con el ordenador o me has visto en Siroco con un ampli pequeño. Pero el equipo del BAM era buenísimo y tenía 3 monitores, como 6 técnicos para mí… Muy pro todo. De verdad, en Barcelona hacen las cosas de otra forma. También conciertos pequeñitos, en Canarias también súper bien, aunque no suenes perfecto, te vienes arriba porque la gente está ahí. El del FIB fue un poco desastroso, pero ya se me ha pasado.

Lo pusiste en Facebook…
No salió mal pero yo lo percibí mal. En el backstage estaba cabreada. Bueno, no voy a liarla… Se enfadaron mucho pero ya nos reconciliamos (risas). Entendí que es un festival grande y me lo tomé como que yo no tenía suficientes tablas en festivales.

¿Qué tal el Festival SinSal? ¿Estabas en las dos tandas del cartel secreto, en la primera que se canceló y en la definitiva?
Sí, yo aguanté las dos. Fue maravilloso, la hostia, una isla en mitad de una ría… yo estaba floja y con los conciertos no me quedé contenta, estaba en un momento un poco chungo; pero para mí estar allí fue como un aprendizaje porque estás tocando y no puedes ponerte a llorar si te sientes mal, así que estuvo bien. Y conocí a Triángulo de amor bizarro, que soy fan fatal y encima son la hostia de majos.

¿Cómo funcionan las pistas que dan de SinSal como cartel secreto? ¿Los artistas las podéis supervisar?
Estaba con unas ganas de decir que tocaba… y no lo podía decir. Las pistas las dan ellos… yo ponía en Twitter que iba a un sitio maravilloso. En la descripción salían un montón de ukeleles, supongo (risas). A mí me da un poco igual, ya he oído de todo.

Frank, el trompetista, toca con otros grupos, no sois un dúo, ¿verdad?
Sí, él toca con Afrobeat, Color Out… Bueno, me gusta que esté diluido, pero yo soy la que lo lleva para adelante. En directo cuando puedo meto a más gente, como a César, el productor, que toca alguna vez instrumentos; o Christian de Sef, que este sí que es underground, no tiene nada grabado… yo le echo la bronca.

¿Crees que tus temas funcionan por separado como singles o más bien se entiende el disco como un conjunto?
Más lo segundo. De hecho, no ha salido al final, pero queríamos sacar un vinilo con un tema antiguo y otro nuevo, porque no hay single y en la radio cada uno pone una, pero no sabíamos cuál meter.

Bueno, has hecho un vídeo, es una elección
Sí, pero también muy aleatorio, sólo porque rodamos en mi casa, porque era la canción más de amor y el vídeo iba a ser con mis colegas. Ahora saldrá el vídeo de ‘Tip Toe’ porque un chico me escribió diciendo que le gustaba mucho esa canción… La verdad es que di muchas vueltas a ver cómo colocar el disco, me llevó dos semanas. En directo es una movida, me cuesta mucho salir de «esta tiene que ser siempre la primera y esta la última».

¿Entonces habrá 7 pulgadas?
No sé, ha sido todo muy accidentado, nos iban a reeditar y nos iba a distribuir una distribuidora, que al final se ha caído… De verdad, creo que se está yendo a la mierda la industria discográfica. Pero como lo quiero hacer a retales y no «empeñar mi creatividad con un sello», va muy despacio. Ahora estoy con una gente como equipo de management.

¿Es tan malo estar con un sello?
No sé, el grupo en el que tocaba antes estaba en un sello y, aunque yo era músico de acompañamiento, me parecían contratos muy abusivos: «nos llevamos la mitad de lo que ganes, no gastamos nada y le ponemos el sello que queda muy bonito». No puede ser que el artista esté pagando por existir.

¿Para ti la edición física es importante? ¿Por ejemplo, el vinilo?
Yo soy poco fetichista. En casa, mi compi tiene un tocadiscos y está guay poner disquitos, pero como estoy en la autogestión, sólo veo el gasto y luego me lo tengo que quitar de encima. Ahora tengo una caja con 300 cd’s y guay, pero tener una caja con 300 vinilos…

¿Entonces sí tienes un par de canciones antes de encerrarte, para ese 7 pulgadas?
Es que tengo dos ahí guardadas como bonus tracks del disco reeditado. Eran 2 más en la onda del anterior, rehice bocetos que no saqué. Pero tampoco sé hasta dónde se puede mover un disco. Yo no me canso, pero ya estoy pensando en lo próximo. En cambio, la gente de management con la que trabajo ahora piensa que lo puedo seguir moviendo.

¿De qué va hoy el concierto gratis para los 10 primeros que lleven tarta?
Es «voy a hacer una tarta, ¿puedo ir gratis?». Una fiesta Le Parody es muy completa, con gente muy entregada, siempre hay algo de comer, con el vídeo hicimos una comida antes. Hay gente que no tiene pelas y le da palo que la invites, pues que hagan fotos o se pongan en el merchandising o lleven tarta…

Haces peticiones en Facebook: pides furgonetas a fans, compartes transporte… ¿has tenido suerte, te han ayudado, no te ha salido ningún loco?
Yo estoy encantada. Nos trajeron del FIB en coche, y te haces amigos. Los locos son más de escribir mails, no dan la cara. Tengo un par de haters, gente que te escribe una cosa muy loca, tú contestas amablemente y se va de las manos. Ya he visto que no hay que contestar.

¿Has estado viendo en directo a Juana Molina?
Me encantó, yo tengo dos o tres «ídolas» de las que soy muy fan. Juana Molina y La Mala Rodríguez. De La Mala me dicen «el último disco es malísimo» y yo: «¡qué va!». Seguro que mola más el primero, pero a mí me gusta.

El primero está envejeciendo raro, la voz es completamente distinta. En verdad, está teniendo unos 30 años estupendos.
Es más macarra… Y de Juana Molina me hice fan al hilo de que me compararon con ella. Escuché los primeros y no me gustaron, pero ‘Un día’ me flipó y me gusta la órbita en la que está. En el concierto con el sonido la cagaron mucho y la tía estaba incómoda, paró el concierto e hizo un monólogo. Cuando no la oías, la tía te hacía un chiste. Claro, viene de ahí.

Te he encontrado en un listado de Notodo como representante del «activismo feminista artístico» estatal. ¿Te identificas?
Sí, claro. Una de las grandes cosas del año pasado fue Ladyfest.

¿Tienes conciencia social desde adolescente?
No mucho, estaba atontada y sobre todo fue cuando llegué a Madrid y a partir del 15-M.

No sorprende, pero tampoco está tan evidente en tus canciones…
Yo espero que la música se empape de cómo soy yo. Y tampoco canto: «Te espero aquí sentada porque me muero porque tú no estás». Bueno, antes estuve en una banda de punk feminista más evidente, pero duró muy poco.

En ese especial había grupos que ni me había dado cuenta de que eran chicas quienes los conformaban, y nunca las habría identificado como «riot».
Está bien que sea más sutil, los grupos de tíos no están hablando de pertenecer a grupos de tíos. Igual mi música no tiene nada de eso, pero si me sigues más de cerca, pongo este tipo de movidas en Twitter. Si fuera carnicera, también sería feminista. No hago una letra para definir eso.

¿Tus referentes musicales vienen de ahí?
No especialmente, aunque coincide que últimamente sí me gustan. tUnE-yArDs me encanta y es muy del rollo, pero también St Vincent, que para mí es una guitarrista de la hostia, aunque su actitud es más de muñequita, de pose de modelo… no me cuadra mucho con el rollo feminista, pero me gusta. De hecho el rollo más evidente Amanda Palmer me va, pero su música me parece demasiado…

Hablando de imagen, ¿has tenido clara la imagen que querías vender de ti misma?
No, y partiendo de lo más básico, tampoco es que yo tenga un look ultra fotogénico. Y luego encima transmitir una imagen… le mandé unas fotos a algunos colegas y me aconsejaron.

Igual para estas cosas sí está bien que te asesore un sello…
¿Tú crees? Igual te meten en algo que no te gusta. La única vez que he delegado fue con un chico que nos plantó en un estudio con un flash con unos modelos… y al final no lo usamos. Yo vengo del mundo de la foto y me mola el rollo teatral… Por lo menos hasta ahora ha funcionado.

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