El año acaba con una estupenda noticia para las Pussy Riot. Las dos componentes del grupo que aún seguían en prisión, Maria y Nadezhda, van a ser liberadas estos días después de que el parlamento del país haya aprobado una petición de Amnistía firmada por Vladimir Putin, que no considera tan grave el vandalismo.
Recordemos que las tres chicas habían sido condenadas el año pasado a dos años en prisión por actos de “vandalismo originado por el odio religioso” y que una de ellas, Yekaterina, había sido liberada en octubre del año pasado, al no poderse demostrar que había participado en los actos.
La amnistía puede afectar a 12.000 personas, pero que nadie lance las campanas al vuelo. Putin acaba de decir que no se arrepiente de haber mandado a Pussy Riot a prisión y que son «una vergüenza» para las mujeres. Lo ha hecho mediante una conferencia de prensa en la que ha indicado que sentía pena por ellas, pero no por la huelga de hambre a la que una de sus miembros se sometió, por su traslado a miles de kilómetros o por las malas condiciones en que han vivido en prisión, sino porque «se han visto involucradas en actos que son humillantes para la mujer». Ha continuado: «la amnistía no tiene nada que ver con Greenpeace o con esta banda. Necesitamos humanizarnos, hacer que nuestro código criminal sea más humano celebrando el 20º aniversario de nuestra Constitución».
Putin dijo hace unos meses que Pussy Riot debían dedicarse a realizar tareas domésticas.