El año pasado ya lo adelantábamos: la crisis no tenía pinta de ir a acabarse en 2013, pese a que nuestros políticos no hayan dejado de proclamar que la recuperación económica ha llegado a nuestro país. Con este panorama no hace falta jurar que el año que nos deja ha sido algo soso, en todos los sentidos. Lo primero porque hemos tenido que despedirnos de muchas personas que nos hacían la vida más agradable (Lou Reed, Cory Monteith, Germán Coppini o Sara Montiel; más amable (Nelson Mandela) o incluso imposible (Margaret Thatcher). A todos ellos les hemos dicho adiós durante estos últimos meses, junto a otras personalidades importantes -y no tan importantes- que también merecen nuestro recuerdo.
Pero 2013 ha sido un año en el que hemos vuelto a ver brillar a grandes de la música. Ya desde enero Bowie nos daba un alegrón superior estrenando su nuevo trabajo, My Bloody Valentine confirmaban su vuelta después de un larguísimo silencio, el mundo aclamaba el regreso de Daft Punk, Los Planetas recuperaban una de las obras cumbre de la música en español y Fangoria nos prometían un discazo colaborando con grandes nombres del panorama musical.
Obviamente, no todo eran buenas nuevas en el mundo musical. Klaus & Kinski anunciaban una especie de descanso indefinido, y algunos medios de comunicación (nosotros incluidos) hemos tenido que admitir que a veces (más de las deseadas) cometemos errores.
En el mundo televisivo, nos hemos despedido de una de las series que más enganchados nos ha tenido a la pequeña pantalla últimamente, ‘Breaking Bad’, e incluso hemos asistido atónitos a noticias que bien parecían la trama de una serie policíaca (y nada más lejos de la realidad, que -como siempre- supera a la ficción).
Aunque si de lo que se trata es de levantar los espíritus, que al fin y al cabo es lo que toca hoy, 2013 se recordará ampliamente por ser el año en el que Miley Cyrus daba que hablar por doquier entre sus vídeos y sus actuaciones en directo. Claro, que no era la única: Ana Botella salía en todos los periódicos con su fatídico (aunque célebre) «relaxing cup of café con leche», que ha alcanzado tal popularidad que ha conseguido incluso que nos olvidemos de esa moda de grabarnos un vídeo bailoteando en la que lo único que se oye es CON LOS TERRORISTAS.
¡Feliz año a todos!