Sin necesidad de bucear mucho, ya salta a la vista que en la próxima edición del ya popularísimo festival Primavera Sound (¿no te ha dicho ya la gente más insospechada que si te verá por allí?) el peso artístico recaerá de forma casi exclusiva en bandas norteamericanas, algunas de ellas establecidas como los nuevos héroes del rock hecho allí. La impresión es que el diseño de este cartel es una especie de escenificación del relevo, la alternativa, entre iconos de los 90 (Pixies, Nine Inch Nails) y los del último lustro (Arcade Fire, The National), con Neutral Milk Hotel, paradigma de banda ignorada en su día y adorada hoy por todos, y Queens Of The Stone Age, que han contribuido decisivamente a que el stoner-rock no sea solo un género minoritario (el año pasado arrasaron en el FIB), como invitados de excepción.
Pero esa americanización radical de este cartel (la película de presentación del cartel, recordad, se situaba en Detroit) no afecta únicamente a los grandes nombres. En la letra pequeña, lo que más sorprende no es que apenas encontremos presencia de artistas centroeuropeos (The Ex, Stromae, Teho Teard & Blixa Bargeld o Moderat) o nórdicos (los metaleros Kvelertak). O que la presencia ibérica sea en principio (recordemos que Primavera Sound promueve junto a sponsors privados algunos escenarios pequeños para sets de bandas menos establecidas) la habitual (felizmente, el festival amplia los límites estilísticos con la inclusión de Sílvia Pérez Cruz). Lo más llamativo, sin duda, es la escasa presencia de gigantes británicos para un país que tradicionalmente ha sido una de las mayores y mejores fuentes de origen para eventos de este corte; si bien cabe destacar que la selección es prácticamente incontestable en su mezcla de nuevos talentos (Chvrches, Disclosure, SBTRKT, Jamie xx, Andy Stott), bandas con considerable tirón comercial (Foals, Mogwai, Metronomy) y viejas glorias como Slowdive o Loop, en unas reuniones de incierto éxito; y también es muy loable que se hayan decidido a reivindicar a un artista tan injustamente olvidado como Julian Cope.
La preponderancia de bandas del continente americano es, obviamente, significativa, e invita a reflexionar si realmente existe esa desigualdad en cuanto a la calidad y el potencial comercial entre USA y Canadá respecto al resto del mundo, máxime cuando acabamos de presenciar una gala de los Grammy en la que los grandes premios han ido para Daft Punk y Lorde, y de la que muchos han concluido que la industria de allí está en crisis. Pero, evidentemente, eso no afecta al panorama alternativo: quejarse ante un cartel que trae a Justin Vernon (esta vez como Volcano Choir en detrimento de Bon Iver), Spoon, St. Vincent, Haim, John Grant, Midlake, Jonathan Wilson, Godspeed You! Black Emperor, Jenny Lewis, Sharon Van Etten, Real Estate, etc. sería necio.
Estilísticamente, el rock gana, creo que como nunca, por goleada. El hip hop, después de comprobar que Outkast no estarán pese a que se les daba por seguros, estará apenas representado por jóvenes figuras como Kendrick Lamar (en merecidamente grandes letras, pese al dudoso calado de su única obra por estos lares) y Earl Sweatshirt. En cuanto a los héroes de la electrónica, el pabellón británico sí lleva ventaja con sus representantes (a los antes indicados se suma The Haxan Cloak), con un Laurent Garnier como principal reclamo y con los apetecibles Darkside y Factory Floor sumando. !!! y Holy Ghost! también están, si bien estos últimos tienen casi tanto de EDM como de rock y pop, como también ocurre con los australianos Cut Copy y Jagwar Ma.
Así que al margen de la presencia del enorme Caetano Veloso, maestro de la música brasileña contemporánea, y algún guiño etno-exótico (este año, el hijo de Fela, Seun Kuti, se adivina como otra agradable sorpresa), soul (cabe apuntar que apenas Charles Bradley y Blood Orange, a su manera, cubran ese nicho) y pop (la feliz inclusión de Sky Ferreira, que actuará el miércoles 26 de mayo, dice mucho del eclecticismo de los organizadores), el rock and roll gobierna con rotundidad en esta edición. Al margen de gran parte de los grandes nombres ya mencionados, históricos del out-rock 90 como Superchunk, Slint, Pond, Shellac (banda residente) o los proyectos personales de los Sonic Youth Lee Ranaldo y Kim Gordon se miden a jóvenes que han crecido escuchándoles y lo reflejan en su música (Deafheaven, Speedy Ortiz, Cloud Nothings). Lo que sí parece asegurado son los buenos momentos que ofrecerán artistas consagrados como Television (reinterpretando íntegramente el legendario ‘Marquee Moon’), el bluesman blanco Dr. John y el psico-jazz-rock espacial de Sun Ra Arkestra. Y, como siempre, cabrán las sorpresas entre las bandas apenas conocidas, como podría ser el caso de The Growlers, Yamantaka//Sonic Titan o los vizcaínos Belako.