Fanfarlo acaba de publicar ‘Let’s Go Extinct’, un tercer disco que vino precedido de un EP, ‘The Sea’, que ya daba pistas de por dónde podía orientarse su sonido. Simon Balthazar, vocalista del grupo, nos atiende desde Londres y a través del teléfono se pueden escuchar el bullicio de la urbe y las bocinas de los coches mientras habla sobre el nuevo sonido del grupo o se muestra reflexivo respecto a la humanidad. Fanfarlo actúan el 15 de febrero en Pontevedra, el 17 de febrero en Madrid, el 18 de febrero en Sevilla, el 19 de febrero en Valencia y el 20 de febrero en Barcelona.
«Vamos a extinguirnos»… ¿En serio?
Bueno, ya sabes, es un título juguetón. Está extraído de una de las canciones, el disco en general es juguetón. El disco juega con qué puede pasar en el futuro, una abducción de los marcianos… Yo qué sé (risas). Algo que funciona muy bien es jugar con grandes ideas, con filosofía. Nos gusta mirar hacia el futuro, pero a lo grande, no de aquí a cien o doscientos años sino como qué puede pasar dentro de un millón de años. Hay una suerte de simetría entre las cosas grandes y las cosas pequeñas. Cuando hablas de cosas como el fin del mundo también lo puedes relacionar con algo más pequeño como la familia, los amigos o la pareja.
Cuando rompes con alguien sientes que es el fin del mundo.
Exacto, pero porque las relaciones son así, las magnificamos.
¿Qué música habéis estado escuchando cuando grababais el disco? Hay partes donde noto influencias de Talking Heads, por ejemplo.
Creo que muchas influencias vienen de cosas no muy actuales. Desde luego Talking Heads y mucho pop de los 70 y 80. Hemos escuchado mucho a Todd Rundgren. Hemos vivido juntos durante la grabación del disco así que estábamos en una especie de burbuja donde cada uno compartía sus discos. En general new wave ochentera, post punk, música progresiva, rarezas de música disco, King Crimson… Hay un poco de todo, incluso americana en cosas como los coros o las guitarras.
¿Habías estado interesado siempre en la new wave? Nunca hubiera encajado a Fanfarlo ahí.
No siempre. Siempre he sido ecléctico en mis gustos musicales y creo que es un período interesante en la música, una especie de edad de oro donde había mucha experimentación y nos gusta fijarnos en eso.
‘A Distance’ pasó del EP (‘The Sea’) al disco. ¿Va a ser single?
¡No lo sé! El concepto de single en sí me resulta confuso. Hemos hecho un vídeo para la canción, la hemos enviado a radios… Supongo que eso es lo que significa single a día de hoy. No creo que la saquemos por separado en vinilo, hemos puesto todos nuestros esfuerzos en el EP y ahora en el disco.
Dais mucha importancia a las voces. ¿Os siguen importando tanto o ahora preferís centraros en el ritmo?
Las letras son centrales en Fanfarlo. Nos orientamos hacia las canciones, queremos escribir letras que vengan del corazón y al fin y al cabo es lo que más nos importa. Tenemos ese concepto clásico de escribir canciones interesantes.
También he visto que los títulos son muy épicos. ‘The Beginning and The End’ por ejemplo. ¿Hay algo más detrás?
¿Algo más como qué?
No sé, separaros…
¡No! (risas) Explicar esa canción en particular es complicado… Creo que tiene que ver con las personas, que no son muy claras todo el tiempo. Estaba leyendo sobre Standard Oil, una compañía corrupta que cometía abusos con sus trabajadores y el final del siglo XIX fue una época muy dura donde el capitalismo arruinaba las vidas de los demás. A muchas familias las separaban porque enviaban a esos trabajadores a otros sitios. Era como si la humanidad estuviera lanzando piedras sobre su propio tejado, haciéndose la guerra a sí misma de un modo muy extraño.
Parecido a lo que estamos pasando ahora, ¿no?
Sí, claro. Siento que es difícil hablar de la canción, trata demasiadas cosas en una sola, pero en definitiva podemos decir que trata de hacer cosas que al final pueden destruirnos.
Creo que siempre se os ha identificado como una banda muy twee. ¿Queréis deshaceros de esta imagen con el nuevo disco?
Creo que ahora somos más pop que antes (risas). Hay buena música pop y mala y cuando es buena es increíble. Y eso es lo que nosotros intentamos hacer, nuestro objetivo es hacer pop interesante.
¿Se han vuelto más importantes las percusiones para el grupo?
No, siempre nos han interesado. Es cierto que en ‘Let’s Go Extinct’ utilizamos bongos y hay un par de canciones donde utilizamos la cuica, un instrumento africano que se utiliza tanto allí como en Brasil. Ahora nos gusta mucho meter coros entre las percusiones y pasamos mucho menos tiempo haciendo solos. Cualquier cosa que sea crear texturas nos encanta. Nos encanta combinar sonidos acústicos con sintetizadores. También hemos usado muchos samples que pueden ser no muy obvios; los puedes oír al principio de ‘Painting with Life’ por ejemplo, donde se escucha viento. Hay mucho ruido blanco en este disco, huellas, relojes y cosas así. Casi todo proviene de archivos de la BBC.
¿Es fácil acceder a ese archivo? ¿Es gratuito?
Sí, es fácil y algunos efectos son gratuitos. La BBC tiene un gran archivo de música experimental, llamado BBC Radiophonic Workshop. Se creó en los días de gloria de la emisora y tenían un departamento interesante donde los compositores experimentaban con sintetizadores y creaban efectos de sonidos.
Tenéis mucho interés por la instrumentación. ¿Hay alguna pista de por dónde os moveréis en próximos discos?
Desde hace un tiempo me he mostrado más interesado en la electrónica y en el ambient, también en la música disco… Cathy (vocalista) también y bueno, no sé, ¡a lo mejor hacemos un próximo disco solo de guitarras! (risas). Hemos disfrutado de lo acústico pero nuestro segundo disco no funcionó de forma acústica y eso sí lo sentimos con ‘Let’s Go Extinct’ porque su composición es muy básica.
He leído que disfrutáis mucho tocando. ¿Estáis contentos con los conciertos o creéis que vuestras canciones se expresan mejor en disco?
Son dos cosas muy diferentes, la verdadera motivación del estudio es hacer cosas que no puedes hacer en la vida real, por ejemplo allí tocamos instrumentos de orquesta y para los conciertos no podemos permitirnos alquilarlos y eso es genial. En concierto siento que somos mejores que antes, estoy súper contento de salir de gira porque ya llevamos mucho tiempo juntos, nos conocemos muy bien, además estrenamos batería (Valentina Magaletti) y lo estamos disfrutando muchísimo.
Muchas de vuestras canciones han salido en series, ¿ha sido así más fácil entrar en el mercado norteamericano?
Sí y nos encanta que salgan en series y películas pero para ser sincero esto es para ganarse el pan (risas). La gente ya no compra discos así que si es Hollywood quien quiere pagarnos el alquiler, ¡genial! Quiero que sigan saliendo comedias románticas donde suenen nuestras canciones (risas). No me gusta que salgan en publicidad pero las películas son bienvenidas.
Una vez dijisteis que los carteles de los festivales podían volverse previsibles. ¿Crees que son una burbuja a punto de explotar?
Tengo una posición ambigua con los festivales, me encanta tocar en ellos pero no me gusta ir de público. Es demasiado. Siempre hay grandes patrocinios y un montón de grupos. Iba a festivales de adolescente y era genial porque podía estar en la hierba poniéndome borracho con mis amigos, pero eso ya no me llama la atención. Me encanta tocar en festivales y espero que la gente venga a vernos pero lo que suele pasar casi siempre es que los grupos que más quieres ver se solapen.