Lily Allen actuó hace un par de noches en el G.A.Y. Club de Londres para promocionar su próximo álbum, ‘Sheezus’. Como es tradición, la inglesa versionó a una diva de la música en su paso por el famoso local londinense y para esta ocasión escogió, por supuesto, a Beyoncé. Allen se disfrazó de Bey, puso el playback de ‘Drunk In Love’ a tope e hizo una divertida «performance» que no todo el mundo entendió.
Muchos han acusado a Lily de reírse de Beyoncé con su actuación y la cantante ha tenido que defenderse de los ataques a través de Twitter. «Solo una persona os puede explicar cuál fue mi intención y esa soy yo», ha comentado. «Cada vez que toco en el G.A.Y. me disfrazo y hago un «cover». La primera vez hice de Dorothy, la última de Britney y por lo tanto ahora le ha tocado a Queen B. ¿Por qué la gente saca sus propias conclusiones? No me estaba riendo de Beyoncé igual que no estaba insultando a nadie en #SHEEZUS». Allen concluye su mensaje apuntando que está aburrida del tema. Normal.