‘Are We There‘, el nuevo trabajo de Sharon Van Etten, sale esta semana a la venta, pero aún faltaba un poco para que viera la luz cuando la entrevistamos hace cosa de un mes. Muy amable y habladora, aunque siempre con un punto de timidez, Van Etten se explayó a gusto al contestar nuestras preguntas, que abarcaban tanto la música y las letras de su nuevo trabajo como los recuerdos de una carrera que empieza a ser dilatada. Estos días podremos comprobar cómo suenan en vivo sus nuevas canciones cuando Sharon actúe en el Primavera Sound.
«La gente que participó en ‘Tramp’ acabó ensombreciendo mis canciones y empecé a dudar de las razones por las que la gente escuchaba el disco, si era por la gente que había participado o por las canciones en sí»
‘Tramp’ fue a todas luces tu mayor éxito discográfico hasta la fecha. ¿Ha influido aquel disco a tu nuevo trabajo de algún modo?
«Por supuesto, trabajar con Aaron (NdE: Dessner, de The National) en aquel disco me ayudó a comprender mejor cómo funciona un estudio y también a plasmar mejor mis ideas en un disco. Fue algo nuevo para mí, porque nunca había trabajado con tanta gente, pero con el paso del tiempo y habiéndolo hablado con periodistas y fans, me he dado cuenta de que quizá toda la gente que participó en el disco (nde: Bryce Dessner y Zach Condon (Beirut), entre otros) acabó ensombreciendo mis canciones y empecé a dudar de las razones por las que la gente escuchaba el disco, si era por la gente que había participado o por las canciones en sí. Esta vez y para demostrarme a mí misma que lo importante son las canciones, yo misma he producido el disco y he elegido a la gente que quería que estuviera en él. Estoy muy agradecida a la gente que tocó en ‘Tramp’ y esas canciones suenan así también gracias a ellos, pero no quería volver a dudar de mi capacidad como compositora».
¿Sentiste algún tipo de presión al escribir los nuevos temas, dado el éxito de tu anterior trabajo?
“No, porque compongo canciones todo el tiempo, no compongo específicamente para un nuevo disco, sino simplemente cuando me apetece, pero sin saber qué será de esas canciones. Por otro lado, me preocupaba la reacción de la gente, porque van a escuchar un disco bastante distinto a ‘Tramp’, pero a la vez me siento muy orgullosa y por ello no quiero darle más vueltas al tema. Esto es todo lo que quería hacer y todo lo hice tal y como quería. No me arrepiento de nada, pero a veces tengo miedo de que los fans esperen otro disco de rock como ‘Tramp’ y no vayan a encontrarse con eso”.
Lo que me cuentas respecto a tu nuevo álbum encaja con las sensaciones que tengo al escucharlo. Hay una distancia considerable frente a ‘Tramp’ y en parte creo que es por la presencia de elementos como sintetizadores, en canciones como ‘Taking Chances’ o ‘Our Love’. ¿Qué te llevó a jugar con este tipo de sonidos?
“Todo tiene que ver con este muchacho (nde: me enseña un Omnichord que lleva consigo). Me lo regalaron durante la gira de ‘Tramp’ y me vino muy bien, porque en canciones como ‘Magic Chords’ hay instrumentos como un órgano de iglesia que no te puedes llevar de gira, así que de este modo pude sustituir unos sonidos por otros. Es fácil de sujetar y de tocar y me ayudó mucho a la hora de componer las nuevas canciones, porque tiene diez ritmos diferentes y teclas y acordes que no podría tocar normalmente con mi guitarra, ya que tengo las manos un poco pequeñas. Puedes enchufarte los cascos y tocar toda la noche y así no molestas a los vecinos y luego lo puedes pasar todo al ordenador. Después, algunos de estos sonidos, que son como muy de Casiotone, los mejoré en el estudio para que sonaran más potentes, añadiendo más bajo y una caja real”.
«Mi relación se acabó convirtiendo en una especie de competición en la que tenía que elegir entre irme de gira con Nick Cave o pasar tiempo en casa con mi novio, tal y como le había prometido»
En lo que a letras se refiere, ‘Are We There’ parece tener al amor como tema central. Al leer las letras de las canciones a la vez que escuchas el disco, en el orden en el que están secuenciadas, parece como si estuvieras ante una historia de amor de principio a fin, desde la esperanza que irradian ‘Afraid Of Nothing’ o ‘Taking Chances’ a la desesperación de ‘Your Love Is Killing’ o ‘I Love You But I’m Lost’, con una vuelta a la esperanza (‘Nothing Will Change’) y un final que vuelve a caer en la desesperación (‘Every Time The Sun Comes Up’). ¿Sería descabellado llamarlo un álbum conceptual en torno al amor?
«El amor forma una parte importante del disco, aunque no lo es todo, porque por otro lado está el tema de la lucha por tener una carrera musical contra el intento por mantener viva una relación. He pasado por esta situación con una persona durante diez años, separándonos y reconciliándonos una y otra vez y desde que salió ‘Tramp’ decidimos estar juntos de una vez por todas y comprometernos en serio después de tanto tiempo, pero después yo me ausenté nueve meses y fue muy complicado encontrar el equilibrio entre la música y la relación, tanto que se acabó convirtiendo en una especie de competición en la que tenía que elegir entre irme de gira con Nick Cave o pasar tiempo en casa con mi novio, tal y como le había prometido. Aunque quieras mucho a alguien, al final tienes que seguir lo que te dicta el corazón y ser tú mismo. Siempre hay algo que pierdes y yo he elegido esta vida y he trabajado mucho, estoy en la treintena y aún me queda mucho más por hacer. ¿Me arrepentiré de no haber tenido otro tipo de vida por haber elegido esta? No lo sé. En cuanto al orden de las canciones en sí, más que una narración, es una invitación al que me está escuchando a montarse en la montaña rusa en la que yo he estado durante un tiempo, con sus altibajos. Se cuenta una historia, pero a veces son simplemente pensamientos inconexos o momentos tristes de los que quiero hablar. ‘Tarifa’ es una de las canciones llenas de esperanza, porque habla sobre el reencuentro con mi novio después de seis meses de gira. Él voló a Barcelona y ahí pudimos pasar un tiempo juntos. Luego ‘Nothing Will Change’ habla de cuando nos conocimos. Hay de todo».
He leído que en la grabación de estas canciones empleaste instrumentos que habían pertenecido a John Lennon y Patti Smith. ¿Es esto cierto? Si es así, ¿qué sentiste al tenerlos entre las manos?
“Sí, así es. Stuart (nde: Lerman, productor de artistas como David Byrne o Elvis Costello que ha guiado a Van Etten en su labor como productora) ha trabajado en estudios desde los años 70 y comparte un estudio con un músico de Patti Smith y habíamos estado tocando pianos en su estudio, pero para las baladas yo necesitaba tocar y cantar a la vez y el piano que tenía Stuart se comía mi voz al ser vertical, con lo que acabamos encontrando uno de cola en los estudios Electric Lady de Nueva York, que eran de Jimmy Hendrix y es un lugar increíble que sigue teniendo los murales que Jimmy encargó pintar en su día. Resulta que ese piano de cola había estado presente en la grabación de ‘Horses’. Más adelante, cuando el disco estaba casi terminado, nos ofrecieron otro piano de cola que se empleó para la grabación de ‘Imagine’, el álbum. Fue increíble. Ya no es blanco, es negro. Tiene un tono que te emociona al tocar una sola nota, así que aunque el disco estaba casi terminado, intentamos meterlo en varios huecos”.
Las manos parecen ser un elemento importante en el vídeo de ‘Taking Chances’. ¿Por qué hay tanta presencia de manos? ¿qué significado tienen?
“No tengo ni idea, en realidad no fue nada planeado. La idea de manos pasando por mi cara es un poco inquietante, pero me gustan las manos que salen porque no se sabe muy bien si son masculinas o femeninas y tampoco tienen connotación sexual alguna. La manera en la que se ha grabado el vídeo, con la cámara grabando por encima de la mesa es un homenaje a la película ‘Cleo from 5 to 7’ de Agnès Varda, que es una directora increíble, la primera que aportó una visión femenina al cine”.
¿Cómo elegiste los colaboradores para este álbum (nde: Jonathan Meiburg de Shearwater, Mackenzie Scott de Torres, etc.)? ¿Fue por pura casualidad o seguiste un criterio?
“El núcleo del disco lo forma mi grupo, con el que he girado los últimos tres años, porque sobre todo quería que se notase que este disco sonase a banda. Los colaboradores son amigos que he aprovechado que no nos veíamos para que se pasaran por el estudio y tocaran lo que se les ocurriera. De este modo encontré la excusa perfecta para conectar con gente a la que no veo a menudo, ya que tengo que viajar tanto”.
Hablemos de tus comienzos como artista. En la actualidad es posible que haya gente que piense que ‘Tramp’ es tu debut, cuando en realidad es tu tercer trabajo. ¿Cómo te sientes respecto a ‘Because I Was In Love’ y ‘Epic’ con la distancia del tiempo?
“La mayoría de los discos que he hecho hasta la fecha son reflexiones sobre cosas que me han pasado y este último es el más personal de todos, pero el primero, ‘Because I Was In Love’ lo escribí cuando estaba completamente destrozada. Me había mudado de Tennessee al sótano de la casa de mis padres sin saber muy bien quién era yo y teniendo que empezar de cero. Hasta el día de hoy, siento que mi carrera ha sido una progresión natural, porque con cada disco he conocido a la gente que me ha llevado hacia el siguiente paso en mi carrera. Durante la época de aquel primer álbum conocí a Greg Weeks (nde: miembro de Espers y co-productor del debut de Sharon) y Greg me presentó a Brian McTear, con quien grabé ‘Love More’ para una sesión en la radio y quedé tan contenta que Brian acabaría produciendo ‘Epic’ y gracias a ‘Love More’, que fue un single de aquel álbum, conocí a Aaron, quien había hecho una versión de la canción junto a Bryce y a Justin (nde: Vernon). Tiene gracia, porque todo está conectado”.
Y, ¿crees que ‘Tramp’ ha podido ensombrecer esos dos primeros discos para aquellos que te descubrieron más tarde?
“Hay de todo, porque hay fans que me seguían desde el principio y a los que no les gustó ‘Tramp’ o fans a los que les gustó ‘Tramp’, pero no les ha gustado mi nuevo single, o gente a la que le ha gustado todo. Solo espero que a aquellos a los que les gusta mi música les guste mi nuevo álbum”.
¿Cómo te sentiste cuando Justin Vernon, Aaron y Bryce versionaron ‘Love More’ cuando tú eras mucho menos conocida?
“Fue muy emocionante. No conocía a The National por entonces, pero era fan de Bon Iver. Contacté con ellos inmediatamente, porque estaba grabando ‘Epic’ por entonces, para que colaboraran. Esa versión me hizo sentir reconocida, fue un espaldarazo por parte de una comunidad de artistas a la que no pensaba que podía pertenecer”.
«Solo puedo darle una calada al porro, porque si le doy dos, me convierto en una persona completamente distinta»
En la última canción del álbum te describes (o el personaje de la canción se describe) como una «one hit wonder». ¿Es así como realmente te sientes? ¿te has llegado a sentir así?
“No tiene que ver con la música, es más una broma entre mis amigos. Tiene que ver con la marihuana, porque solo puedo darle una calada al porro, porque si le doy dos, me convierto en una persona completamente distinta. Evidentemente hay también una alusión a ‘Tramp’, pero en el fondo no era más que una broma en una fiesta, lo siento. No tiene mayor profundidad (risas)”.
En una de tus publicaciones de Instagram dices que te gustaría dejar Nueva York para mudarte a Madrid. ¿Podría suceder esto de verdad? ¿Qué tiene Madrid para que quisieras mudarte?
“Me gustaría intercambiar apartamentos con alguien durante unas dos semanas o un mes, porque cada vez que vengo es solo para una noche y siempre por trabajo. Me encanta vivir en Nueva York, pero allí todo va demasiado deprisa a veces, además de que es muy caro y este año el invierno está durando muchísimo, mientras que aquí ya se puede ir en manga corta. Además aquí la gente es mucho más relajada, incluso trabajando, porque también se puede ser productivo sin tener que estar en constante tensión. Me encanta la comida también y la ciudad es preciosa, con tanta historia, hay tantas cosas que me gustaría aprender… Por otro lado aquí todo es más asequible que en NY. Además sé hablar castellano, lo estuve estudiando durante ocho años y necesito practicar.”