Roberto Saviano tiene mucho de qué quejarse. Desde que publicara ‘Gomorra: un viaje al imperio económico y al sueño de poder de la Camorra’, ha tenido que incluir en su vida diaria a unos cuantos Carabinieri, que le protegen día y noche. Ese ha sido el precio a pagar por su novela, repleta de detalles sobre la mafia que consiguió infiltrándose en una de sus organizaciones.

Y es que ‘Gomorra’, además de ser un libro, se ha convertido en -prácticamente- un fenómeno global. Matteo Garrone se encargó de llevarla a la gran pantalla en 2008, y Mario Gelardi hizo lo propio con el teatro. Por si esto fuera poco, el pasado 6 de mayo Sky Atlantic comenzaba a retransmitir ‘Gomorra: la serie’, una producción dirigida (entre otros) por Stefano Sollima que ha cosechado tal éxito de audiencia (más de un millón de espectadores por capítulo) que ha conseguido no solo ser retransmitida en medio mundo (entre ese medio, España, por fin) sino que una segunda temporada esté en camino.

La grandeza de ‘Gomorra: la serie’, no es otra que la de representar a la mafia napolitana en la peor de sus crudezas. Alejándose de muchas de las proyecciones cinematográficas que ahondan en el tema gangster, la serie de Sollima se descuelga del glamour de capos como Alcapone o Corleone, y sitúa a sus acólitos en los barrios más deprimidos de Nápoles, llevando a cabo trabajos tan poco elegantes como traficar con hachís.

No queda ahí la cosa: los jefes del cotarro, los verdaderos capos que nos muestra Saviano, dejarían la casa de Jose Antonio Roca en evidencia. Lujo chabacano, dorados por todas partes y un horterismo brillante como forma de vida que borrará, a base de destellos (y de sangre, porque en ‘Gomorra’ tiros hay unos cuantos) esa imagen bucólica que siempre se nos presenta cuando pensamos en Italia.

Calificación: 6/10
Destacamos: la banda sonora, que devanea entre hip hop italiano y música electrónica.
Te gustará si: ‘El Padrino’ te supo a poco.
Predictor: en España, con lo dados que somos a la corruptela, igual algunos políticos la ven para coger ideas.