Si hay algo notable en Deerhoof es su habilidad para sorprender todavía a día de hoy. Lo hicieron con ‘Deerhoof vs. Evil’, lo volvieron a hacer con el estupendo ‘Breakup Song‘ y lo han vuelto a hacer este año con su decimosegundo disco, ‘La Isla Bonita’, que, al contrario de lo que pueda parecer, debe más a Janet Jackson que a Madonna, pues el grupo se debatía durante su composición entre sonar como Joan Jett o como Janet (‘Paradise Girls’, el tema que abre el álbum, uno de los mejores y para el que acaban de publicar un vídeo marca de la casa, fue en sus orígenes de hecho una versión de ‘What Have You Done For Me Lately’). Aunque el resultado, producido en su totalidad por Nick Sylvester (antiguo redactor de Pitchfork), evidentemente no tiene nada que ver con Jackson. En realidad, lo que ha hecho Deerhoof ha sido volver al punk crudo, nervioso y urgente de su primera entrega, editada en 1997. Se echa de menos la deliciosa complejidad de antaño, pero el álbum no es que esté falto de ideas precisamente y el dominio del cuarteto de la textura sonora, su gusto por la melodía fragmentada, su habilidad para tejer riffs memorables, su talento para los diálogos instrumentales y su buen uso de la repetición, continúan intactos en canciones del vigor de ‘Tiny Bubbles’, del dulce onirismo de ‘Mirror Monster’, de la suciedad de ‘Exit Only’ o de la oscuridad de ‘Big House Waltz’. Podrían haber hecho algo más imponente, desde luego, dada su experiencia, pero ‘La Isla Bonita’ tiene algo que no todos los decimosegundos discos tienen, y es que suena como si fuera un álbum debut: enérgico, fresco y divertido. Y muy Deerhoof, siempre muy Deerhoof.
Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Paradise Girls’, ‘Tiny Bubbles’, ‘Big House Waltz’
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Escúchalo: The Guardian