4 años después del excelente ‘Olympia‘, Bryan Ferry vuelve con material nuevo. Un material que nada tiene que envidiar a los grandes clásicos en la carrera del líder de Roxy Music como ‘Bete Noire’ aunque en ‘Avanmore’ no encontremos un hit del calibre de ‘Kiss and Tell’ ni aunque lo busquemos. Ferry ofrece, sin embargo, lo que mejor sabe hacer siendo consciente de que ya casi nadie espera nada de él. Nile Rodgers, Johnny Marr, Mark Knopfler (sic) y demás colaboradores pasan totalmente desapercibidos en esta fórmula a prueba de bombas que el autor de ‘Don’t Stop to Dance’ lleva explotando desde finales de los 70. Una sucesión de capas de sonidos, elegantemente mezclados que, acompañados de una producción elegante y suave, deja el camino libre para que la voz, cada vez más aterciopelada y susurrante de Bryan, consiga un romanticismo oscuro ante el que es imposible no rendirse.
‘Avanmore’, como le sucedía a ‘Olympia’, su anterior trabajo con material nuevo, se caracteriza por ofrecer una pista de lo grande que podría estar siendo ahora mismo Bryan Ferry si tuviese alguna intención de buscar nuevos horizontes. ‘Johnny and Mary’, la versión del clásico de Robert Palmer, a manos de Todd Terje no solo es lo mejor del disco sino que hace que te preguntes para cuándo un álbum de colaboraciones en el que el ego de Ferry deje espacio a alguien más que no sea él. Imagino que de las discusiones con Eno en la grabación de ‘For your Pleasure’ se podrían sacar al menos un par de temporadas de una serie dada la falta de modestia de ambos. Terje ya había colaborado con Bryan en algunos remixes, el de ‘Love is the Drug‘ no se lo salta un gitano, y en ‘Johnny and Mary’ actualiza la fórmula Ferry hasta un nivel que hace difícil imaginar que el siguiente trabajo del artista no vaya por esa línea.
Ahora, también es cierto que lo mismo se pensó con ‘Shameless’ y no hay ni rastro de ella en ‘Avanmore’. El conjunto de canciones del disco que nos ocupa es uno de los más sólidos en la carrera del autor de ‘Editions of You’. Aunque lo mejor se encuentra ya avanzado el tracklist – ‘Avanmore’, ‘Lost’ y ‘One Night Stand’ son las destacadas – ‘Loop de Li’ y ‘Midnight Train’ tampoco se quedan atrás. El «problema» de este trabajo, además de la falta de riesgo que ya es marca de la casa, es que a ratos está al borde de caer en la parodia gracias a unas letras que siguen pintando a Bryan Ferry como un señor castigado por la sexualidad de las mujeres, cuando no como un tipo que pierde el norte y construye metáforas cursis cuando conoce a un pibón. Tienes 70 tacos, Bryan, céntrate un poquito.
También es cierto que si hay una persona capaz de bordear el ridículo y salir airoso sin despeinarse, ese es Bryan Ferry. Lo mismo le da ir hecho un cuadro que calzarse un bigote imposible. Es más, puede incluso salir vestido de aviador con pantalones de campana, un parche en el ojo y acompañado de unas azafatas bailongas y petarlo igualmente. Se llama tener estilo. Pero el estilo, y no sé si en este caso debería ponerlo en mayúsculas, a lo mejor no es suficiente para justificar la publicación de un disco que vuelve a poner en evidencia que quizá debería dejarse ayudar más a menudo por todos los artistas actuales – Todd Terje, Dj Hell, etc. – que respetan y veneran la obra de Roxy Music y la suya en solitario. Porque, y esto es un hecho, esa discografía en conjunto, y respetando absolutamente todas sus épocas, es ma-ra-vi-llo-sa.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Avonmore’, ‘Johnny And Mary’, ‘Lost’.
Te gustará si te gusta: hacerte mayor.
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