Tarde o temprano tenía que llegar el día. El dúo franco-finlandés no había sido muy dado a abusar de elementos electrónicos en su repertorio previo, pero eso ha cambiado en este ‘Shake, Shook, Shaken’ donde lo orgánico y sus nuevos coqueteos sintéticos se cogen de la mano con una gran naturalidad. Ese ímpetu por sonar algo menos extravagantes y aliarse con las estructuras más pop se puede apreciar en uno de los temas que mejor resumen lo que se puede encontrar en el disco, el exquisito ‘Miracles (Back In time)‘, o en esos sintetizadores saltarines que vertebran ‘Lick My Wounds’. Aunque sus seguidores no tienen motivos para asustarse porque, pese a este nuevo planteamiento instrumental, sus canciones siguen siendo del todo reconocibles para aquellos que les han seguido la pista desde que lanzaran su primer largo en 2008 (con aquella ‘On My Shoulders‘ a la cabeza que tanto le debió a un anuncio televisivo de libretas).

Ahí están ‘Trustful Hands’, la delicada ‘Anita No!’, la muy Regina Spektor ‘A Mess Like This’ o ‘Nature Will Remain’, cuatro temas que perfectamente podrían haberse colado en sus discos anteriores. No obstante, los números que más destacan aquí son aquellos en los que expresamente se desatan de sus cadenas formales y les permiten mostrar nuevas caretas sonoras como en la hipnótica ‘Keep Your Lips Sealed‘ (donde florece esa percusión de marcha militar que tanto les gusta), ‘Sparks’ (con uno de los mejores estribillos de todo el largo) o esa ‘Opposite Ways’ que desde la primera escucha pide a gritos ser single.

Por primera vez se puede oír uno de sus álbumes de cabo a rabo sin que la cabeza te acabe estallando por culpa de la voz de Olivia, que aquí se muestra mucho más contenida que de costumbre. Y eso, junto a las estructuras más convencionales que el dúo nos pone en bandeja, hace de este trabajo probablemente el más fácil de escuchar de su carrera hasta la fecha.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Keep Your Lips Sealed’, ‘Miracles (Back In Time)’, ‘Sparks’, ‘Opposite Ways’
Te gustará si te gusta: Los The Dø de toda la vida (pero desde un prisma más accesible) y el pop electrónico para degustar en casa y no en la pista de baile.