«¿De verdad esto es un single de los autores de ‘Ready For The Floor’, ‘Boy From School’, ‘One Life Stand’, ‘I Feel Better’…? Y podría seguir un ratito más. ‘Huarache Lights’ es indudablemente coherente con el marcado estilo de Hot Chip, e incluso introduce toques interesantes (la voz femenina, las voces sintetizadas y robotizadas, el riff de teclado…). Pero, más allá de eso, carece del gancho y el nervio que se le debe exigir a una canción a la altura de los temas citados antes. Personalmente, asumo que es simplemente la correctita aunque algo aburrida introducción (hay esperanza: es el primer tema del álbum) a ‘Why Make Sense?’. Porque si pretende hacer al disco atractivo, las perspectivas no son nada halagüeñas». Raúl Guillén.
«Para no variar, el nuevo single de Hot Chip es otra propuesta sofisticada y edificante por parte de la banda que nos dio la gran ‘Ready for the Floor’. Es un tema de gancho sólido y desarrollo eufórico pero compuesto desde cierta melancolía, ideal para la pista de baile en la que llora Robyn. Para titularse como un modelo de zapatillas deportivas, deja bastante huella». JB.
«Una canción nueva de Hot Chip después de casi tres años sin material nuevo, supone prestar atención con ansiedad: los oídos se predisponen a no perder un solo detalle. Pero ni a la primera de forma inmediata, ni con las escuchas posteriores, se encuentra esa capacidad de crear canciones a las que recurrir en cualquier fiesta. No decepciona totalmente, en tanto que podría ser algún corte más discreto de alguno de sus trabajos más recientes, pero sí como primer adelanto. Todo lo contrario que la portada». Sr John.
«La carrera de Hot Chip casi se caracteriza por la grandiosidad de los segundos singles de sus discos. ‘Boy From School’, ‘Ready for the Floor’, ‘I Feel Better’ y ‘How Do You Do?’ eran temas a la altura o incluso mejores que ‘Over and Over’, ‘Shake a Fist’, ‘One life Stand’ y ‘Night & Day’. Esperemos que sea el caso de su próximo álbum ‘Why Make Sense?’, pues de momento este ‘Huarache Lights’, de referencias retorcidas a Kraftwerk, se queda simplemente en anécdota. Se acaba quedando en tu cabeza, sí, pero más por lo machacón de sus 5 minutos y medio que por lo brillante de su idea principal». Sebas E. Alonso.