Ibeyi / Ibeyi

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Ibeyi / Ibeyi

ibeyiInjustamente, si alguien nos habla de «mestizaje musical» solemos echarnos a temblar, imaginando personajes buenrollistas repitiendo manidos tics jamaicanos o algún remoto folklore aderezado con una cutre base housera pregrabada del Garage Band. Sin embargo, la recuperación de una cultura tradicional para aproximarla a una visión nueva nos ha dado en general muchas más alegrías que sueño y pereza. Hoy lo comprobamos, una vez más, con el debut de Ibeyi, dúo compuesto por dos jóvenes gemelas francocubanas, hijas del afamado percusionista Miguel «Angá» Díaz, miembro de Buena Vista Club Social fallecido en 2006 con apenas 45 años.

El conguero, pese a que estas contaban entonces con apenas 11 años, logró inculcar a Lisa-Kainde (piano y voz) y Naomi (percusión y voz) su amor por el ritmo y la tradición de la isla caribeña. Extremadamente precoces, se han venido labrando un nombre en el circuito del jazz más abierto gracias a unas canciones e interpretaciones que aúnan soul, jazz y folclor cubano, especialmente el que conecta con la tradición yoruba, descendiente de los esclavos africanos que poblaron la isla hacia 1700. Pero lo significativo de estas canciones está en que, en lugar de ceñirse estrictamente a la tradición afrocubana, tienden puentes al hip hop, al R&B, al neo-soul, al pop o a la electrónica (‘Stranger/Lover’ y ‘Weatherman’ son los ejemplos más claros). Richard Russell, director del heterógeneo sello XL y productor del álbum, ya había demostrado en sus trabajos con Gil Scott-Heron, Bobby Womack o Damon Albarn tener buena mano para trabajos en los que se encuentran elementos tan dispares. Y en ‘Ibeyi’ vuelve a demostrarlo, logrando equilibrar todas esas facetas con asombrosa naturalidad.

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Pero no olvidemos que Russell parte de los buenos mimbres que ofrecen estas dos precoces intérpretes: pianos solemnes, percusiones escuetas pero poderosas y, sobre todo, unas voces que desprenden sentimiento y espiritualidad, tanto cuando entonan emulando a Billie Holiday (‘Mama Says’) como cuando parecen entregadas a un canto ritual (‘Oya’). Aunque lo mejor y más personal del álbum llega cuando todo eso ocurre a la vez, con los singles ‘Ghosts’ y ‘River’ como mejores exponentes. Cierto es que esa recurrente estructura puede llegar a ser algo cansina (‘Behind The Curtain’), y que temas muy potables como ‘Singles’ o ‘Yanira’ se ven perjudicados por estar situados hacia el final del álbum, cuando ya han descubierto todas sus bazas. Pero es una leve debilidad de una obra muy notable en líneas generales. Eso incluye unas letras que, al menos en la parte que comprendemos (buena parte del disco está interpretado en el dialecto yoruba), parecen expiar la pena de la pérdida de su padre (en ‘Mama Says’, por ejemplo, ponen voz a su madre viuda) a la vez que le homenajean (en ‘Think Of You’, tras escuchar la voz de «Angá» en la intro, cantan «escuchamos risas y pensamos en ti, caminamos al ritmo y pensamos en ti»). Bien es verdad que a veces esos textos parecen demasiado naif, muy inocentes hasta para unas jovencitas de 20 años. Sin embargo, su juventud también hace valorar aún más su presente, con un disco muy personal y asombrosamente maduro en el plano artístico; que, sobre todo, ofrece grandes esperanzas sobre su futuro.

Calificación: 7,4/10
Lo mejor: ‘Ghosts’, ‘Mama Says’, ‘River’, ‘Oya’.
Te gustará si: no te asusta la palabra mestizaje y te gustan FKA Twigs, Grimes.
Escúchalo: Spotify

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