La última jornada en un festival de tres días no suele ser fácil. El cansancio comienza a ser evidente y las ganas de saltar se resienten. Si a esto sumamos una temperatura que especialmente ayer no acompañó (el recinto está junto al mar y la brisa era fría), podemos concluir que las bandas llamadas a finiquitar la primera edición de MBC no las tenían precisamente todas consigo para hacer vibrar a un público escaso hasta última hora.
Senior i el cor brutal es una de esas propuestas autóctonas que podrían tener cierto tirón estatal, si bien no a los niveles masivos de Manel, quizás sí como grupos tipo Mishima. El sonido folk de la banda liderada por Miguel Ángel Landete encuentra en la bandera estadounidense/valenciana que preside su set la perfecta metáfora visual de su música: guitarras y más guitarras sobre baterías trotonas que culminaron con una ‘València Califòrnia’ memorable.
Tórtel (cuyo frontman Jorge Pérez ya se había paseado por el escenario el primer día junto a Coleccionistas) sorprendió en formato sexteto -normalmente son cuatro-, incluyendo músicos de otras bandas como Ramírez, La habitación roja o Polock. Aires tropicales inundaron la presentación de los temas de su último trabajo, ‘La gran prueba‘, con un especial protagonismo de los teclados y un resultado general mucho más potente que en los discos.
Mientras la noche se echaba encima con Yuck o Sr. Chinarro de fondo -nada nuevo bajo el sol agonizante- el frío iba siendo cada hora más intenso. Lo cual, sumado a los 35 minutos de retraso de su horario, ya extraño de por sí, puso las cosas muy cuesta arriba a Joana Serrat. Seguramente su concierto hubiera lucido mucho más horas antes, por lo que cabe quitarse el sombrero ante la elegancia y la sensibilidad que hizo brotar del escenario Barceló. El hype queda más que justificado: recuerda por momentos a la Sharon van Etten más luminosa o a las First Aid Kit más melancólicas. Su concierto fue ganando en intensidad, aunque nunca como para espantar el frío bailando (tampoco era su cometido).
Ese era el objetivo de La Roux, plato fuerte de la jornada. Arrastrando el retraso anterior, su show comenzó media hora después de lo programado, aunque eso no fue óbice para que la artista inglesa (más sus músicos de acompañamiento) pusiera a todo el mundo a saltar desde la primera canción, ‘Let Me Down Gently’. La andrógina figura de Elly Jackson -elegantísima con pantalón bombacho blanco y americana negra- recuerda cada vez más al Bowie de los noventa, y su actitud calculadamente fría (solo se dirigió al público para despedir el show) añade un punto de sofisticación al conjunto.
El bombazo que es ‘Bulletproof’ en directo -tema con el que cerró La Roux- nos dejó con ganas de más, y a pesar de la fina lluvia que comenzó a caer sobre el Puerto de Sagunto, casi todos los presentes aguantaron hasta el set de DJ Coco (de hecho daba la impresión de que había más gente que durante los conciertos). Esto puso un dulce punto final a un festival que, pese a lo desangelado de algunos momentos, ha acabado por ofrecer ratos muy divertidos.
Con la continuidad asegurada -el sábado se confirmaba la segunda edición para Semana Santa del año que viene, mediante comunicado oficial-, y una asistencia total de 12.000 personas según la organización, cabe esperar que el MBC crezca en su siguiente edición. Realmente solo ha faltado algo de público: había cartel, buena organización y una oferta tanto dentro del recinto como en la ciudad asequible y de calidad. Ahora solo queda que el boca oreja funcione.
Foto: Hara Amorós.