Hey, antes de que Panda Bear reivindicara a Enya… ¿qué digo? Antes de que Fugees reivindicaran a Enya (un poco de aquella manera) yo y estoy seguro de que muchísimos de nuestros lectores ya acumulábamos discos de la cantante irlandesa en vinilo y… ¡en cinta! Puede que ‘Dark Sky Island’ no sea mucho mejor que ‘And Winter Came…’, su último álbum hasta ahora, editado hace ya 7 añazos, pero los tiempos son menos esnobs que nunca y parece buen momento para reivindicarla ahora que está claro que cíclicamente aparece alguien de prestigio que lo hace. Quizá sea simbólico que por primera vez en 24 años, Enya vuelve a editar en vinilo…
Eso sí, aquellos que opinéis que Adele ha ido demasiado «a lo seguro» con ‘25‘, preparaos para oír este ‘Dark Sky Island’ que para bien y para mal podría haber sido editado en 2008, 2001 o 1991. Nadie espera que Enya se adentre en los caminos del dubstep y el trap -a menos que alguien tenga muchas ganas de puntuar algo con un 0-, pero lo cierto es que tanto ella como sus personas de máxima confianza, Roma y Nicky Ryan, suenan algo holgazanes en este nuevo disco. El sencillo ‘Echoes in Rain’ es un triste refrito de ‘Orinoco Flows’ y ‘Anywhere Is’ y lo peor es que no hay otro «primer single» posible en el disco, mientras que ‘So I Could Find My Way’ y ‘I Could Never Say Goodbye’ por alguna razón me generan muchas ganas de escuchar… ‘Love Me Tender’ y ‘Can’t Help Falling In Love’ de Elvis Presley.
‘The Forge of the Angels’ y ‘Sancta Maria’ realmente no van a ningún lugar maravilloso, como tampoco los temas entonados en loxian, esa lengua inventada por estas autoras que un profesor de la Universidad de Dublín calificó como «galimatías lingüístico». E igual de peregrinas son las inspiraciones de las canciones, como ese ‘The Humming’ que analiza «los ciclos del universo y cómo el cambio afecta a todo» y cuyo título consideran adecuado porque «se refiere al sonido primigenio del universo, 47 octavas por debajo de la parte más grave de un piano». Escuchando después la canción, básicamente lo que lleva haciendo Enya toda la vida, uno se pregunta qué esconden en ese castillo de Dublín que Enya se compró en los 90. ¿Una plantación de (sancta) maría? Entre conceptos imposibles, que si islas, que si viajes, los idiomas inventados y demás, parece mierda de la buena.
Sin embargo, es justo reconocer que ‘Dark Sky Island’ sí es un buen disco para introducirse a las nuevas generaciones. No contiene nada tan estridente como el solo jevi de ‘My! My! Time Flies’ del álbum anterior e incluye canciones tan cucas como ‘Even in the Shadows’, cuyo arranque sobre todo se acerca -suponemos que involuntariamente- a los territorios del dream pop, de Angelo Badalamenti a Beach House. ¿Quizá ha venido bien en este tema una colaboración ajena como ha sido la de Eddie Lee? No vendrían mal más aires nuevos porque este álbum nunca suena desbocado, simplemente extraña que hayan tardado siete años en hacerlo cuando estos tres pueden montar un disco como este en cinco minutos y, literalmente, con los ojos cerrados.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Even in the Shadows’, ‘Echoes in Rain’, ‘So I Could Find My Way’
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